Este es un tema que discutí recientemente con unos amigos
en un foro y me parece apropiado tratarlo aquí también. Y es que durante
años, los medios han alimentado nuestra imaginación y nuestros temores
mostrándonos a los dinosaurios emitiendo aterradores rugidos con efectos de
sonido muy bien trabajados, pero ¿qué tan cerca está eso de la realidad?
Clip de Jurassic Park, propiedad de Universal Pictures
Cierra el pico, "Rexy" porque probablemente, no está tan cerca. El asunto es que hoy mucha gente está tan acostumbrada a escuchar
a los dinosaurios rugir en los medios que hasta se suele pensar que es natural
que estos animales hubiesen rugido cuando
la realidad posiblemente fue muy distinta.
Antes que nada, aclaremos que "rugido" es un
término de uso amplio que no siempre se emplea de la forma correcta. Lo que se
conoce formalmente como un rugido consiste en un tipo de vocalización producido
gracias en gran parte a las cuerdas vocales vistas en la laringe mamífera. De
modo que sólo algunos mamíferos cuentan con las adaptaciones necesarias para
producir este tipo de vocalización (particularmente, los grandes felinos). Lo
mismo ocurre con los bramidos, gruñidos, bufidos, aullidos, barritos, berridos,
etc. Todos estos son sonidos que diversos tipos de mamíferos pueden producir
gracias a las cuerdas vocales presentes en su laringe. Ahora bien, sabemos que
los dinosaurios no son nada parecido a los mamíferos. Pertenecen a un grupo muy
distinto conocido como arcosaurios, que hoy está representado por los
cocodrilianos y las aves (sin olvidar que éstas últimas son dinosaurios). Hasta
donde se ha visto, la laringe de los arcosaurios no contiene cuerdas vocales,
lo que los inhibe de la capacidad de rugir, bramar, gruñir y emitir los sonidos
que solemos escuchar en los mamíferos. Y partiendo de la premisa del
horquillado filogenético, lo más lógico es que los dinosaurios tampoco pudieran
emitir este tipo de vocalizaciones.
Sin embargo, sabemos que en el caso de los dinosaurios
avianos (es decir, las aves), éstos pueden emitir una amplia variedad de
sonidos, desde graznidos hasta silbidos. La gran mayoría debe esto a un órgano
conocido como la siringe, el cual depende de un sistema de sacos aéreos en
lugar de cuerdas vocales. Cabe resaltar que hay pruebas de que los dinosaurios
no avianos también poseían un sistema de sacos aéreos. Entonces, ¿es posible
que los dinosaurios no avianos cantaran y grajearan como las aves actuales? Pues
probablemente no. Resulta que la estructura conocida más primitiva
que sugiere la presencia de una siringe se encuentra en el Vegavis iaai, un ave
similar a un ganso que vivió en la Antártida hace poco más de 65 millones de años
(eso es justo después del final del Mesozoico, luego de los eventos que
llevarían a los dinosaurios no avianos a la extinción). En otras palabras, lo
más probable es que las aves más primitivas y los dinosaurios no avianos
carecieran de una siringe, por lo que no habrían podido emitir sonidos de la
misma forma en la que lo hace la inmensa mayoría de las aves actuales. Además,
aún si los dinosaurios no avianos hubiesen tenido una siringe, es posible que
su función no estuviese del todo relacionada con la vocalización, pues para que
ésta vibre y produzca sonido, debe recibir presión y flujo de aire de un saco
clavicular y lo que se ha encontrado del sistema de sacos aéreos no incluye un
saco clavicular homólogo al de las aves (sí es cierto que el Aerosteón
riocoloradensis muestra una estructura consistente con lo que podríamos llamar
un saco clavicular, pero su configuración sugiere que tuvo un origen distinto y
probablemente, una función diferente al de las aves, tratándose de un caso
de evolución convergente).
Eso, sin embargo, no significa que los dinosaurios no
avianos fuesen "mudos". Los dinosaurios han sido uno de los grupos de
animales más exitosos del planeta, habiendo sido capaces de habitarlo durante
más de 225 millones de años de evolución (eso es muchísimo más de lo que
llevamos los primates en él). Además, hay pruebas de que algunos asumían un
comportamiento social complejo. Todo esto está ligado a una capacidad de comunicación
sofisticada y efectiva. En adición, si bien existen pruebas de que los
dinosaurios utilizaban el lenguaje corporal a la hora de comunicarse, se sabe
también que algunos tenían un sistema auditivo altamente desarrollado y varios estudios
sugieren que en algunos casos, éste permitía la detección de sonidos imperceptibles para el oído humano. Por si fuera poco, esto se
ve aún en las aves actuales. Teniendo en cuenta que la evolución ha mantenido y
desarrollado esta adaptación por más de 225 millones de años, lo más probable
es que la comunicación sonora haya jugado una función significativa en la
supervivencia y en el éxito de los dinosaurios como grupo.
De modo que es probable que al menos, algunos dinosaurios
pudieran vocalizar. Tal es el caso de los hadrosaurios lambeosaurinos como el
Parasaurolophus, cuya cresta estaba compuesta por "pasadizos" en el
interior que pudieron haberle permitido
funcionar como una cámara de resonancia a través de la cual, el flujo de
aire podía generar un sonido retumbante de baja frecuencia. Dicho de otra
forma, las crestas de los hadrosaurios pudieron haber funcionado de forma
similar a un trombón. Por si fuera poco, un patrón similar fue encontrado en
los canales nasales de algunos ankylosaurios, como el Euplocephalus, los cuales
son ampliamente extensos y forman múltiples giros a lo largo de la parte
delantera del cráneo hasta conectar con la garganta, lo cual pudo haber
permitido la amplificación de sonidos generados a través de flujo de aire, funcionando
de forma parecida a la cresta de los lambeosaurinos. También se ha sugerido que
este pudo haber sido el caso de algunos saurópodos (particularmente, de los
macronarios), como el Brachiosaurus, teoría sustentada por la forma de sus
crestas y cámaras nasales. De hecho, hay quien sugiere que sus largos cuellos y
tráqueas contribuían en la amplificación y profundización de sonido, como ocurre
actualmente con los gansos, cisnes y avestruces.
Video suministado por Ryan
Asimismo, este medio de vocalización también es empleado por el otro linaje de arcosaurios que persiste en la actualidad, los cocodrilianos (cocodrilos, caimanes y gaviales). El estudio concluyó que este mecanismo evolucionó al menos, 16 veces en la rama de los arcosaurios, lo que aumenta las probabilidades de que este fuera el caso de muchos dinosaurios no avianos.
Video suministado por snook201
Otra
posibilidad de la que se ha hablado es de la presencia de bolsas inflables en
la nariz que también funcionarían como un estilo de vocalización por boca
cerrada (algo parecido a los sacos inflables de los sapos y las ranas),
hipótesis sustentada por las grandes cavidades nasales vistas en algunos
dinosaurios. Esta idea puede apreciarse en el Muttaburrasaurus de "Walking
with Dinosaurs".
No obstante, la vocalización por boca cerrada no es la única posibilidad que se tiene en cuenta a la hora de considerar la forma en que se comunicaban los dinosaurios en el Mesozoico. Después de todo, algunos fósiles de dinosaurios incluyen huesos hioides, los cuales juegan un papel importante en la vocalización bocal.
Teniendo eso en cuenta, es de considerar que la
laringe de los cocodrilianos no contiene cuerdas vocales y a pesar de eso,
éstos pueden emitir de su boca ronquidos, siseos y lloridos controlando el
flujo de aire en sus sacos aéreos.
Pero no son los únicos. Cabe resaltar que no todas las aves poseen una siringe y sin embargo, cuando abren el pico, pueden llegar a ser muy ruidosas. Este es el caso de los buitres. Éstos, a pesar de carecer de siringe, no son para nada mudos y no necesariamente practican la vocalización por boca cerrada, sino que de la misma manera que los cocodrilianos, pueden controlar el flujo de aire en sus sacos aéreos para emitir una variedad de graznidos y siseos.
Clip de Walking with Dinosaurs, propiedad de la BBC
No obstante, la vocalización por boca cerrada no es la única posibilidad que se tiene en cuenta a la hora de considerar la forma en que se comunicaban los dinosaurios en el Mesozoico. Después de todo, algunos fósiles de dinosaurios incluyen huesos hioides, los cuales juegan un papel importante en la vocalización bocal.
Video suministado por Nicole M.
Pero no son los únicos. Cabe resaltar que no todas las aves poseen una siringe y sin embargo, cuando abren el pico, pueden llegar a ser muy ruidosas. Este es el caso de los buitres. Éstos, a pesar de carecer de siringe, no son para nada mudos y no necesariamente practican la vocalización por boca cerrada, sino que de la misma manera que los cocodrilianos, pueden controlar el flujo de aire en sus sacos aéreos para emitir una variedad de graznidos y siseos.
Video suministado por Love Knysna
Así que, ¿cómo
sonaban los dinosaurios?
Video suministado por los desarrolladores de Saurian
Por otra parte, también está la posibilidad de que el
saco clavicular visto en el Aerosteón sustentara la presencia de un órgano
similar a la siringe de las aves que no necesariamente funcionaría igual a
ésta. Después de todo, el que esta estructura no sugiera la presencia de una
siringe aviana no significa que no pueda estar relacionada con otro mecanismo
de vocalización que simplemente desconocemos. De igual modo, es posible que los
dinosaurios no avianos poseyeran algún otro tipo de órgano fónico que no
requiriera cuerdas vocales o la función que juega el saco clavicular en muchas
aves. Después de todo, si las aves pudieron desarrollar su propio sistema de
vocalización, ¿quién sabe si los demás dinosaurios no avianos desarrollaron el
suyo? De hecho, ¿quién sabe si las diversas ramas del linaje Dinosauria
desarrollaron su propio órgano fónico de forma independiente a medida que
evolucionaban? Por otro lado, otra posibilidad que tampoco hay que descartar es
que la laringe de los dinosaurios no avianos fuese más sofisticada o que
incluso contuviera cuerdas vocales (después de todo, éstas están presentes y
han evolucionado de forma independiente en varios grupos de amniotas) y les
permitiera producir un mayor rango de vocalizaciones, pasando eventualmente a
ser una característica vestigial. El problema con estas líneas de pensamiento,
sin embargo, es que no hay suficientes pruebas ni material que sustente que
alguno de éstos haya sido el caso, razón por la que enfrentan mucha oposición y
de momento, entran en el territorio de lo poco probable.
En resumen, es cierto que contrario a lo que suelen
mostrar los medios, los dinosaurios probablemente no rugían, pero eso no
necesariamente los privaba de otras formas y vías de vocalización. Simplemente,
no sabemos con certeza en qué consistían esas vocalizaciones y a falta de
pruebas directas, sólo podemos deducir y especular.
Fuentes:
http://io9.gizmodo.com/what-sound-did-t-rex-actually-make-1591173199
https://www.quora.com/How-do-we-know-that-therapod-dinosaurs-didnt-squawk
https://www.sciencedaily.com/releases/2016/07/160711121517.htm
https://www.sciencedaily.com/releases/2016/10/161012134216.htm
http://albertonykus.blogspot.com/2011/03/singing-raptors-addendum.html