Con las producciones audiovisuales sobre dinosaurios recobrando fuerza en el mundo mediático, la comunidad dinofriki en internet ha estado bastante activa en cuanto a la cobertura y seguimiento de varios de estos nuevos proyectos y, aunque como aficionado de los dinosaurios, es bueno ver que éstos están ganando auge en la cultura popular, otros medios de entretenimiento tematizados en criaturas prehistóricas en formatos más tradicionales parecen haber sido eclipsados y no han recibido tanta atención. Tal es el caso de un manga recientemente publicado llamado "Dinosaur Sanctuary" (Santuario de Dinosaurios), usualmente abreviado como "Dinosan", del cual no he visto que se hable mucho pese a ser un trabajo bastante notable en términos de su representación poco convencional de los dinosaurios, por lo que me gustaría aprovechar para hacer de él el enfoque de la entrada de hoy.
Dinosan es una serie de manga escrita y diseñada por Itaru Kinoshita y publicada por Shinchosha Publishing Co. como parte de la revista Comic Bunch. Hasta la fecha, se han publicado tres volúmenes (aunque sólo dos han sido traducidos para el público occidental hasta la fecha de publicación de esta entrada). El primero de éstos salió al mercado en 2021 y se espera el cuarto para septiembre de 2023. Como es típico en manga, el formato de lectura es oriental (de derecha a izquierda) y la mayoría de los diseños son en blanco y negro.
La premisa del manga consiste en el descubrimiento de una isla que alberga un "mundo perdido", donde varias especies de edad mesozoica han logrado sobrevivir por millones de años. La existencia de dicha isla es hecha pública en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, al mismo tiempo que empezaba a popularizarse la preservación de la vida silvestre. Es por esto que se implementan planes de conservación para las pocas especies remanentes de dinosaurios no avianos y, mediante los avances en bioingeniería, se empieza asimismo a "resucitar" especies extintas a través de la clonación, gracias al acceso a material genético de sus parientes cercanos. Así, se abrieron reservas zoológicas para albergar a los dinosaurios y educar a las personas sobre ellos. La preservación y exhibición de dinosaurios parecía ser un negocio en auge hasta que un trágico incidente con una Allosaurus en la pequeña reserva de Enoshima Dinoland en Japón lo cambió todo. Curiosamente, luego de 15 años, la reserva de Enoshima Dinoland es una de las pocas que permanecen abiertas, aunque experimenta dificultades para mantenerse a flote. Es en esta realidad donde nuestra protagonista, Suma Suzume, comienza su aventura como la nueva cuidadora de dinosaurios del parque con la meta de reavivar el interés del público, algo para lo que su carisma y su ferviente pasión, apreciación y respeto por estos animales le será de gran ayuda.
Entusiasta de los dinosaurios desde su niñez, Kinoshita ha expresado que su idea para Dinosan surgió cuando, tras ver Jurassic Park, quiso explorar más a fondo el concepto de la crianza y manutención de dinosaurios en un zoológico especializado en éstos, deseo que a su vez fue influenciado por su participación en actividades agrícolas en la granja de su familia. De este modo, el manga se centra principalmente en el día a día de Suzume como cuidadora y en las diferentes situaciones que vive con los dinosaurios del parque de una manera no muy distinta a cómo se las apañan los cuidadores de zoológico del mundo real con los animales modernos, ocasionalmente mostrándonos varios eventos desde la perspectiva de otro personaje, sea otro empleado de Enoshima Dinoland o bien, un visitante, adoptando así una narrativa estilo "Slice of Life". En el apartado de los protagonistas, Dinosan cuenta con personajes bastante arquetípicos dentro del formato del manga y el anime, como la novata idealista, el veterano misterioso, la figura de hermana mayor, el jefe de buen corazón, etc. y, como es de esperarse del género “Slice of Life”, no hay antagonistas propiamente dichos, aunque eso, desde luego, no hace que prescinda de conflicto y trama. El formato de la serie es principalmente episódico, con cada capítulo centrándose en Suzume y/o alguno de sus compañeros de trabajo lidiando con una situación que involucra a uno o varios individuos de una misma especie de dinosaurio, aunque no por eso carece de una historia lineal.
Conceptualmente, Dinosan parece una especie de “puente” entre Prehistoric Park y Jurassic Park. Como Prehistoric Park, se enfatiza la conservación y manutención de los dinosaurios en estos santuarios especializados, así como la educación del público sobre estas criaturas. Asimismo, como en Jurassic Park, se explora la idea de exhibirlas al público a fin de generar ingresos monetarios que permitan no sólo mantener el negocio en marcha, sino también ampliarlo (con muy poco de la parte donde los dinosaurios escapan y empiezan a corretear a todo el mundo). Esto permite denotar de manera sublime el dilema dicotomómico de los zoológicos. Si bien, por un lado, se enfatiza el bienestar de los animales y la preservación de las especies ahí albergadas, no se pasa por alto que esto se hace a costa de la inviabilidad de poder liberar a estas criaturas en su hábitat natural mientras se comercializa su cautiverio a fin de poder obtener los fondos necesarios para continuar y ampliar los esfuerzos de conservación.
Pese a tratarse de un manga de ficción, Dinosan también se puede considerar un trabajo de índole educativa. Además de presentar una visión de los dinosaurios como los animales de carne y hueso que eran, el manga, en varias ocasiones y de diversas maneras, informa al público sobre ellos y lo exhorta a respetarlos y apreciarlos como seres vivientes no muy distintos a nosotros en ese aspecto en lugar de partir de ideales y nociones popularizadas o de crear expectativas sobre cómo actuarían sin una base cognitiva sólida, cosa que consigue de manera sublime y sin por eso privar a la narrativa de su constitutivo drama. En cada capítulo, los personajes deben aplicar conocimientos sobre la biología de los dinosaurios para atender su situación lo mejor posible y, en la mayoría de los casos, estos conocimientos derivan de datos paleontológicos reales o bien, de especulación fundamentada en la observación de animales modernos (en su mayor parte, extrapolada de arcosaurios actualmente vivos, como las aves y los cocodrilianos). En adición a eso, al final de cada capítulo, se presenta un comentario del asesor científico sobre la plausibilidad de lo transcurrido en la trama.
Hablando de la asesoría, ésta está en manos del Dr. Shinichi Fujiwara, paleontólogo y profesor en la Universidad de Nagoya y cabe mencionar que el equipo de diseño se la toma tan en serio que no sólo le proporciona al Dr. Fujiwara un espacio para sus notas al final de cada capítulo, sino que también lo acredita en la portada como parte del proceso creativo, algo que se refleja, más que nada, en las viñetas del manga, pues los dinosaurios están diseñados de una manera bastante creíble y consistente con los conocimientos paleontológicos adquiridos gracias a algunas de las investigaciones más recientes. Esto no sólo se hace notar en el diseño de los dinosaurios, sino también en lo que respecta a su comportamiento y a su biología.
Teniendo eso en cuenta, de más está decir que Dinosan no es la típica aventura de ciencia-ficción donde los dinosaurios son monstruos que atacan sin reserva a todo aquel que se les cruce en frente. De hecho, en la mayoría de los casos, se podría decir que se representa a los dinosaurios más mansos de lo que uno esperaría en realidad, aunque es de considerar que se trata de animales criados en cautiverio y bajo cuidado constante por parte de seres humanos, por lo que dicha representación no parece tan descabellada cuando se pone en contexto. Desde luego, no por eso hay falta de incidentes violentos (aunque están lejos de ser el foco de la trama) ni de una sensación de riesgo al momento en que a alguno de los personajes humanos le toca interactuar con los dinosaurios directamente y regularmente se les suele ver tomando estrictas medidas de precaución en dichas circunstancias, con lo que, pese a lo mencionado anteriormente, se denota que los dinosaurios no dejan de tratarse como animales impredecibles. De hecho, cabe mencionar que pese a que, en general, Dinosan tiene un tono agradable que le permite ser disfrutado por todos, algunas viñetas son bastante explícitas en el apartado de violencia y contenido de sangre y podrían resultar perturbadoras para algunos lectores; sobre todo, si son de menor edad.
Dicho esto, aunque Dinosan tiene un evidente enfoque educativo y el trabajo de asesoría se hace notar, no por eso es del todo intachable. Sin embargo, cabe resaltar que en la mayoría de los casos, se trata de asuntos sobre los que no hay un consenso unánime en la comunidad paleontológica, como por ejemplo, el tratamiento del Troodon como un género válido. En esa misma línea, cabe también mencionar la toma de algunas libertades creativas como el concepto de cuernos anillados en el Triceratops de una manera similar a los de los antílopes, algo puramente especulativo que se ha explorado ya en el mundo del paleoarte y que, aunque no tiene mucho respaldo científico, no necesariamente es implausible. Con eso dicho, estos deslices bien podrían considerarse detalles menores y no por eso hacen la obra menos didáctica.
Ya entrando en lo personal, aunque el estilo de la serie se siente un poco simple en comparación con mangas más ambiciosos, he de decir que me ha encantado Dinosan y que me parece muy bien lograda en cuanto a lo que pretende conseguir: aprovechar y avivar el interés del público no sólo por los dinosaurios y la vida prehistórica, sino también por la vida en general. Pese a tratarse de un “Slice of Life” didáctico, diría que la serie está lejos de ser monótona y aburrida. Todo lo contrario, de hecho. Opino que la variedad de situaciones exploradas en los diversos capítulos y la forma en que la narrativa se vale de información paleontológica contribuyen a mantener al lector interesado y tienen gran potencial para llevarlo a desear ver qué más va a pasar. Como entusiasta de la paleontología, de más está decir que me quito el sombrero ante la dedicación del equipo de diseño en cuanto a la precisión científica y al elemento didáctico, aparte de que ver cómo los conocimientos paleontológicos son aplicados en las situaciones que enfrentan los personajes resulta gratificante y lleva a uno a intentar visualizar estos escenarios en el mundo real, cumpliendo así su función como obra de ciencia-ficción. Mis únicas críticas en este apartado son que la representación más amansada de los dinosaurios puede crear falsas impresiones (aunque como mencioné anteriormente, esto se justifica por tratarse de animales criados en cautiverio) y que la premisa de “mundo perdido” se siente poco creíble no sólo por carecer de explicación, sino porque se encamina por la línea de que las especies de dinosaurios ahí encontradas se mantuvieron inalteradas y no evolucionaron desde el Mesozoico (sin embargo, dado que no es el enfoque de la serie, se le puede dejar pasar), aparte de algunos detalles que considero que pudieron trabajarse mejor, como el caso de los Troodon mencionado más arriba (tal vez, habría sido más plausible identificarlos como Stenonychosaurus). Por lo demás, la recomiendo a todo aquel a quien le interese la paleontología y el aspecto científico de los dinosaurios. Aunque la serie puede ser disfrutada por público de todas las edades, sugeriría a los padres que le echen un vistazo por su cuenta (especialmente, al segundo volumen) antes de leerla junto a los más pequeñines.
Con todo eso dicho, la serie traducida al español está disponible a la venta aquí.
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