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31 de diciembre de 2022

Las 5 Dinoticias más Relevantes del 2022

El 2022 está llegando a su fin y de más está decir que ha sido el año menos activo del blog hasta ahora. Desafortunadamente, no puedo prometer que eso cambiará en el 2023, pues actualmente estoy atendiendo otras prioridades. Así que quizá, no pueda actualizar el blog tan seguidamente como antes. Sin embargo, procuraré publicar alguna que otra entrada de manera ocasional. Mientras tanto, como es mi costumbre, cerremos este año con un resumen de las noticias que más me cautivaron este año en lo que respecta a la investigación de la vida mesozoica, no sin antes mencionar como siempre que no por eso se le resta mérito a otros importantes descubrimientos realizados durante el 2022 que simplemente, no puedo cubrir aquí por cuestiones de tiempo. Con eso dicho, comencemos.

1. Tesoros macabros del sitio Tanis

El sitio Tanis es un yacimiento fosilífero al sur del estado de North Dakota, EE.UU, perteneciente a la formación Hell Creek, el cual se caracteriza por presentar signos de una gran inundación ocurrida durante la etapa maastrichtiense del Cretácico tardío. Desde su descubrimiento en 2008, este lugar nos ha provisto de fósiles de animales marinos y dulceacuícolas, así como de dinosaurios y pterosaurios, cuyos restos fueron depositados en relativa cercanía unos de otros, probablemente por las grandes oleadas ocurridas durante el evento de inundación. Varios de estos fósiles están muy bien preservados y algunos incluso conservan restos de piel. A esta colección se suma una pata “momificada” de tescelosáurido recuperada el pasado mes de abril, siendo el primer fósil de este tipo de dinosaurio en el que se encuentran restos de piel. La pata muestra indicios de haber sido desgarrada, pero no hay señales patológicas que sugieran que fue arrancada por un depredador o carroñero, tales como marcas de mordida o huesos faltantes, ni tampoco hay signos de desgaste producidos por alguna enfermedad, lo que fortalece la hipótesis de que fue separada del resto del cuerpo y sepultada de manera instantánea a causa de las violentas marejadas. Pese a que Tanis no es el único sitio con este tipo de propiedades, algunos paleontólogos teorizan que, en este caso, los indicios de inundación reflejados en sus rocas podrían representar pruebas de un tsunami causado por el impacto del meteorito que produjo lo que hoy es el cráter Chicxulub en la península de Yucatán hace 66 millones de años, por lo que los fósiles encontrados aquí podrían contener pistas directamente asociadas al evento K-Pg, lo que podría ayudarnos a comprender mejor cómo se desenlazó la extinción de los dinosaurios no avianos y otros integrantes importantes de la biosfera mesozoica. Esta teoría es reforzada por la identificación de microtectitas (partículas diminutas de lo que probablemente fueron escombros lanzados a la atmósfera y reingresados a la Tierra como resultado del impacto del meteorito) en la zona con una composición química semejante a la de la litología del sitio del impacto, algunas de las cuales han sido encontradas entre las branquias de peces fosilizados preservados en posiciones indicativas de sofocación, sugiriendo que murieron al respirar estas partículas cuando éstas reingresaron a la Tierra tras el impacto. Los paleontólogos Robert DePalma y Phil Manning, quienes reportaron el descubrimiento, indican que los fósiles del tescelosaurio y de los peces provienen de la misma capa estratigráfica, lo que incrementaría la probabilidad de que este dinosaurio hubiese sido una víctima directa del impacto del asteroide. No obstante, hay quien sugiere la posibilidad de que el tescelosaurio y otros organismos fosilizados encontrados en el lugar hubiesen muerto antes del impacto, con sus cuerpos habiendo sido exhumados, arrastrados y enterrados nuevamente por las marejadas. Independientemente de cuál haya sido el caso, es sumamente raro encontrar fósiles con tal nivel de preservación, por lo que este descubrimiento no deja de ser significativo, pudiendo revelarnos información importante sobre cómo era este dinosaurio en vida y sobre cómo murió. Aparte de la pata de tescelosaurio, también se reportó el hallazgo de un huevo de pterosaurio (probablemente, azdárquido) con un embrión fosilizado en su interior que parece sugerir que éstos nacían de huevos de cáscara blanda, llevando a la hipótesis de que las madres enterraban los huevos en sedimento blando. Estos descubrimientos aún no han sido formalmente detallados y publicados en una revista científica, pero los paleontólogos a cargo del mismo aseguran que dicha gestión está en proceso.

El bloque de piedra que contiene la pata "momificada" de tescelosaurio
Crédito de la fotografía: BBC

2. ¿Sangre caliente o sangre fría? ¿Por qué no las dos?

Uno de los mayores misterios que ha intrigado a la humanidad sobre los dinosaurios es si éstos eran endotérmicos (de sangre caliente) como las aves o ectotérmicos (de sangre fría) como los cocodrilos y otros reptiles. Es decir, si su tasa metabólica le permitía retener calor y mantener una temperatura corporal estable o si eran más dependientes de factores ambientales para ello. Varios estudios realizados previamente a partir de análisis químicos de los huesos fosilizados han arrojado resultados diferentes, con los modelos pareciendo favorecer la endotermia y la mesotermia (un punto intermedio entre la ectotermia y la endotermia). No obstante, es de notar que varios de estos métodos se basan en el estudio de rastros isotópicos que pudieron haber sido alterados durante la fosilización en medidas desconocidas. El pasado mes de mayo fue publicado un estudio por parte de un equipo internacional de paleontólogos encabezado por Jasmina Wiemann que plantea un nuevo método consistente en analizar los residuos moleculares en los huesos surgidos como subproducto de los procesos metabólicos, los cuales son más estables e insolubles en agua, por lo que es más probable que se conserven durante la fosilización. De esta forma, los investigadores analizaron huesos de 55 grupos diferentes de animales tanto vivos como extintos, comparando la cantidad de subproductos moleculares asociados a la respiración con las tasas metabólicas de los animales modernos y utilizando esos datos para inferir las de los grupos extintos. Los resultados sugieren que los dinosaurios son ancestralmente endotérmicos y que los saurisquios mantuvieron esa adaptación durante su historia evolutiva, aunque los ornitisquios parecieron inclinarse hacia la ectotermia a medida que evolucionaban y se diversificaban. Esto sugiere que los primeros dinosaurios, los terópodos y los grandes saurópodos debían tener un estilo de vida activo y habrían requerido comer con determinada frecuencia para mantener sus funciones corporales, mientras que los ornitisquios, gracias a su metabolismo más lento, habrían podido permitirse un estilo de vida menos activo y mayores períodos sin alimento, aunque habrían sido más dependientes de la temperatura ambiental para la termorregulación. El estudio también abarca a los pterosaurios y plesiosaurios, con los resultados indicando que ambos grupos estaban conformados por animales endotérmicos. De hecho, según la investigación, tal parece que la endotermia es la condición ancestral de los ornitodiros (el grupo de arcosaurios del que derivan los dinosaurios y pterosaurios). Este aspecto de su biología probablemente fue clave para su éxito, especialmente cuando se tiene en cuenta aspectos como el que se discute en la próxima noticia.

Dos terópodos coelurosaurianos (un tiranosáurido y un ave) resaltan en una imagen infrarroja gracias a su condición endotérmica
Arte de Brian Engh

3. Un Ascenso Frío

La extinción del Triásico-Jurásico hace alrededor de 202 millones de años fue un lapso en el que los grupos de arcosaurios terrestres dominantes hasta entonces, tales como los rauisuquios, se extinguieron, lo que le dio a los dinosaurios la oportunidad de escalar y ocupar su lugar en la cadena alimentaria. Sin embargo, es uno de los eventos transicionales más misteriosos y desconocidos en lo que respecta a nuestra comprensión del Mesozoico y se sabe muy poco sobre las causas de tal suceso, aunque se han encontrado pruebas de que hubo una intensa actividad volcánica a nivel global en ese período, probablemente producida por la ruptura del supercontinente Pangea, por lo que algunos expertos asocian la extinción con este evento. El pasado 1 de julio se publicó un estudio realizado por un equipo encabezado por Paul Olsen que parece respaldar esa línea teórica. El estudio consiste en el análisis de huellas fosilizadas de dinosaurio excavadas en el desierto de la cuenca Junggar al noroeste de China junto con fragmentos inusuales de roca que solo podrían haber sido depositados por hielo. Según Olsen y sus colaboradores, tal parece que los dinosaurios estaban adaptándose a climas más fríos que otros arcosaurios eran incapaces de tolerar. Esto les dio una ventaja durante las fases más violentas de vulcanismo, en las que enormes cantidades de azufre habrían sido arrojadas a la atmósfera, superando los niveles de gases de efecto invernadero y desviando la luz solar en el proceso, causando repetidos y duraderos inviernos volcánicos en todo el mundo. Esto probablemente creó condiciones que la mayoría de los reptiles ectotérmicos no pudo resistir, pero sí los dinosaurios que ya estaban adaptados al frío, algo que probablemente fue gracias, en parte, al desarrollo de una capa aislante de plumaje en algunos de ellos y a su potencial endotermia ancestral.

Arte de Larry Felder

4. Los ornitisquios silesaurianos contraatacan

En 2020 se publicó un estudio encabezado por Rodrigo Müller y Mauricio García, cuyos resultados parecen sacudir el árbol filogenético de los dinosaurios ornitisquios como lo conocemos, pero que explicarían por qué resulta tan difícil identificar fósiles de edad triásica que puedan referirse de manera innegable a este grupo. Los autores plantean la hipótesis de que los silesáuridos (un linaje de dinosauriformes que, hasta entonces, estaba separado de Dinosauria) conformaban un grupo parafilético (es decir, que excluye a varios de sus descendientes, como se hace con las aves cuando se habla de los reptiles) de ornitisquios basales. Este año, David B. Norman publicó un estudio junto a Müller, García y su exalumno, Matthew Baron, famoso por su hipótesis del linaje ornitoscélido (según la cual, los terópodos y los ornitisquios son grupos hermanos dentro de un conjunto mayor llamado Ornithoscelida). Este estudio consecutivo parece respaldar la hipótesis de que los silesaurios son ornitisquios basales al poner a prueba el análisis filogenético propuesto por Müller y García con la adición de especies anteriormente no consideradas. En vista a esto, los autores proponen la designación de un par de clados para redefinir al grupo Ornithischia, separándolo en Parapredentata, que incluiría a los linajes del grupo más basales y de edad triásica (lo que inicialmente era el grupo parafilético de los silesaurios) y Prionodontia, que incluiría a lo que tradicionalmente hemos conocido como ornitisquios, los cuales parecen haberse originado en el Jurásico. Aunque de momento siguen siendo de carácter hipotético, las conclusiones de investigaciones como esta contribuyen a llenar lagunas en nuestro entendimiento sobre la evolución de los primeros dinosaurios.

Crédito de la imagen: Norman et al., 2022

5. Pequeños revolucionarios

Pachagnathus benitoi y Yelaphomte pradeori: Los 1ros pterosaurios triásicos del hemisferio sur

El pasado mes de marzo se publicó el hallazgo de restos óseos de pterosaurio encontrados en la formación Quebrada del Barro, al noroeste de Argentina. Las rocas de esta formación datan del triásico superior, por lo que estos fósiles consisten en los primeros huesos inequívocos de pterosaurio de edad triásica encontrados no sólo en Sudamérica, sino en todo el hemisferio sur. Por si fuera poco, los restos parecen representar no uno, sino dos taxones distintos, ambos pertenecientes a la familia de los raeticodactílidos. Pese a estar estrechamente emparentados, es notable una marcada diferencia de tamaño entre ambos ejemplares y dado que, en ambos casos, la osteología sugiere que se trataba de animales maduros al momento de su muerte, es muy poco probable que representen etapas ontogénicas distintas de un mismo taxón. De esta forma, se nombraron dos especies. La de mayor tamaño fue llamada Pachagnathus benitoi y sus restos consisten en una mandíbula parcial sin el extremo anterior, la cual conserva un diente del lado izquierdo y las raíces de tres dientes del lado derecho, mientras que la de menor tamaño recibió el nombre de Yelaphomte praderioi y sus restos consisten en un cráneo parcial con la parte anterior de ambos maxilares y la parte posterior de ambos premaxilares. Hallazgos como este sugieren que los pterosaurios se diversificaron y se expandieron en un punto bastante temprano de su historia evolutiva, siendo esto probablemente una de las claves de su éxito.

 

Un trío de Pachagnathus sobrevuela el paisaje de la Argentina triásica mientras un Yelaphomte los observa alertamente desde un tronco cercano.
Arte de Jorge Blanco

 Jakapil kanikukura: Un eslabón perdido en el árbol filogenético de los tieróforos

Es sabido que los tieróforos (los notorios dinosaurios herbívoros con osteodermos sofisticados, tales como los estegosáuridos y los ankylosáuridos) evolucionaron de ornitisquios pequeños que probablemente asumían una postura bípeda. Sin embargo, a medida que se fueron diversificando empezaron a desarrollar cuerpos más grandes y macizos que parecían restringirse a una postura cuadrúpeda para soportar eficazmente su peso, con sus ancestros bípedos de pequeño tamaño aparentando haber llegado al final de su historia evolutiva en algún punto del Jurasíco medio hasta que un descubrimiento sin precedentes, publicado el pasado 11 de agosto, demostró lo contrario. Entra el Jakapil kanikukura: un tieróforo encontrado en la formación Candeleros de Argentina, cuyas rocas datan de la etapa cenomaniana del Cretácico. El único ejemplar reportado consiste en un esqueleto bastante fragmentario descrito por un equipo encabezado por Facundo J. Riguetti e incluye una mandíbula inferior completa, algunas vértebras y costillas, partes de algunos huesos de las extremidades y varios osteodermos. Sin embargo, dicho material es suficiente para denotar que, pese a su edad geológica, este dinosaurio presenta características que bien pueden asociarse a una etapa transicional entre los tieróforos basales y los más diversificados. Entre éstas, un cuerpo pequeño que, a pesar de todo, está cubierto de osteodermos prominentes y proporcionalmente más grandes que los de tieróforos más primitivos, como Scutellosaurus y Scelidosaurus, siendo más semejantes a los de los ankylosaurios en ese aspecto. Adicionalmente, los restos sugieren que las extremidades traseras eran considerablemente más largas que las delanteras, las cuales parecían ser bastante pequeñas, lo que indica que el Jakapil, probablemente, pertenece a un linaje de tieróforos en el que las patas delanteras se fueron reduciendo con la evolución, propiciando la postura y locomoción bípeda. El descubrimiento de Jakapil tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de la historia evolutiva de los tieróforos, pues muestra que los miembros antiguos del grupo tuvieron una distribución geográfica mucho más amplia de lo que se pensaba, llegando hasta lo que hoy es Sudamérica en un punto relativamente temprano de su evolución, además de indicar que, contrario a lo que se pensaba hasta ahora, los primeros linajes del grupo en divergir no se extinguieron en el Jurásico, habiendo sobrevivido hasta el Cretácico.

Reconstrucción artística del Jakapil en vida
Arte de Daniel LopPer de ArtStation.com

Mbiresaurus raathi: El sauropodomorfo basal más antiguo de África

Los restos de dinosaurio inequívocos más antiguos conocidos datan de poco más de 230 millones de años y han sido encontrados en formaciones de Sudamérica como la del Ischigualasto en Argentina o la de Santa María en Brasil. También se ha reportado el hallazgo de fósiles de sauropodomorfos de edad similar en India. En vista a esto, los paleontólogos llevan un tiempo teorizando que una flora y fauna parecida a la de estos sitios debió haber estado distribuida en regiones intermedias del hemisferio sur, siguiendo “cinturones climáticos” con condiciones similares en lo que entonces era el supercontinente Pangea, siendo lo que hoy es el continente africano una de estas regiones. El pasado 31 de agosto se publicó una investigación que valida dicha teoría con evidencia directa, la cual consiste en la descripción de un sauropodomorfo basal de mediano tamaño, cuyos restos fueron encontrados en la Cuenca del Río Cabora Bassa en Zimbabwe. Las rocas de este lugar datan de aproximadamente, 230 millones de años, teniendo una edad similar a la de las localizadas en Sudamérica e India, lo que convierte a este sauropodomorfo en el más antiguo de África, así como en uno de los más antiguos del mundo. Por si eso fuera poco, el material recuperado consiste en un esqueleto bastante completo, lo cual es inusual en fósiles de esta edad. Gracias a esto, se puede tener una idea bastante precisa de su anatomía, la cual refuerza la teoría de que los sauropodomorfos eran ancestralmente bípedos. El equipo de investigación encargado de este descubrimiento fue encabezado por Christopher Griffin, quien le dio al sauropodomorfo el nombre de Mbiresaurus raathi y en su publicación, menciona además la recuperación de restos de lo que probablemente es un herresasáurido (lo que de corroborarse, también lo convertiría en el primero de su tipo descubierto en África), así como de cinodontes, aetosaurios y rincosaurios que esperan ser descritos formalmente, aunque desde ya sugieren una paleofauna semejante a la del Ischigualasto y a la de la formación Santa María. Este hallazgo es importante por su potencial para despertar el interés de continuar investigando este yacimiento tan poco conocido, lo que puede contribuir a ampliar nuestro entendimiento sobre los inicios del reinado de los dinosaurios.  

Reconstrucción artística del Mbiresaurus en el Zimbabwe triásico junto con otros integrantes de su ecosistema en el fondo
Arte de Andrey Atuchin

Referencias:

  1. https://svs.gsfc.nasa.gov/14140
  2. https://www.bbc.com/news/science-environment-61013740
  3. https://www.smithsonianmag.com/smart-news/paleontologists-find-fossilized-remains-of-a-dinosaur-killed-in-the-mass-extinction-180979912/
  4. https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.abo6342
  5. https://www.sciencedaily.com/releases/2022/07/220701143118.htm
  6. https://www.nature.com/articles/s41586-022-04770-6
  7. https://www.sciencedaily.com/releases/2022/05/220525110846.htm
  8. https://phys.org/news/2022-09-dinosaur-family-tree-bird-hipped-dinosaurs.html
  9. https://academic.oup.com/zoolinnean/advance-article/doi/10.1093/zoolinnean/zlac062/6680019
  10. https://paleonerdish.wordpress.com/2022/03/18/first-triassic-records-of-pterosaurs-in-the-southern-hemisphere/comment-page-1/
  11. https://www.nature.com/articles/s41598-022-15535-6
  12. https://www.livescience.com/new-armored-dinosaur-south-america
  13. https://www.science.org/content/article/i-ve-got-dinosaur-african-find-illuminates-dawn-dinos

4 de octubre de 2020

Dinosaurios Fantásticos y Dónde Encontrarlos - Parte 5: Formación Nemegt

En la entrada anterior de esta serie, vimos la formación Wessex en el Reino Unido, cuyas rocas datan de principios del Cretáceo. Esta vez, toca adelantarnos varios millones de años hasta finales de dicho período, cuando los dinosaurios alcanzaron lo que podría considerarse el culmen de su reinado como el grupo dominante en tierra. Para eso, exploraremos lo que hoy es la formación Nemegt de Mongolia, la cual data de alrededor de 70 millones de años de antigüedad. Análisis estratigráficos y de la paleoflora indican que esta región entonces disfrutaba de un clima cálido y húmedo, constando de un ambiente boscoso donde predominaban las coníferas y que contaba con múltiples cuerpos de agua dulce. Esta formación ha demostrado ser un rico yacimiento fosilífero, lo cual tiene sus ventajas y desventajas, pues si bien esto supone una importante fuente de material de estudio para la paleontología, también atrae a comerciantes y excavadores furtivos que extraen los fósiles ilegalmente para venderlos en muchas ocasiones de manera clandestina en el mercado negro, lo que ha implicado la pérdida de numerosos ejemplares para la ciencia, ya que algunos suelen terminar destruidos, otros extraviados y otros en manos de coleccionistas privados donde no pueden ser estudiados, ya sea por falta de accesibilidad o por pérdida de elementos clave para su análisis (nótese por ejemplo, el caso del Raptorex más abajo en esta entrada). Entre los dinosaurios que podemos encontrar en esta formación están:

Adasaurus

Arte de Jonathan Kuo

Un dromeosáurido de pequeño tamaño conocido por la parte posterior del cráneo y varios huesos postcraneales. Probablemente cazaba animales de menor tamaño.

Alioramus

Arte de Zhao Chuang

Un tiranosáurido de pequeño tamaño (aunque es de tener en cuenta que los especímenes recuperados hasta ahora parecen tratarse de fósiles de individuos subadultos) conocido por bastante material del cráneo, aunque poco del resto del esqueleto. Se caracteriza por presentar un hocico bastante alargado en comparación con el de otros tiranosaurios en el que resalta una cresta conformada por cinco protuberancias óseas sobre los huesos nasales. Probablemente cazaba animales similares en tamaño. Se ha teorizado que podría tratarse de una etapa ontogénica de un tiranosáurido de mayor tamaño, aunque recientemente el hallazgo de otros tiranosaurios con características similares ha reforzado la idea de que es un género válido.

Anserimimus

Arte de Dmitry Tokalchik

Un ornitomímido de mediano tamaño conocido por material postcraneal. Se caracteriza por poseer huesos fuertes en sus extremidades con relación a otros ornitomimosaurios de su tamaño pese a tener una contextura relativamente esbelta. Es probable que fuese omnívoro.

Avimimus

Arte de ZEGH8578 de Deviantart

Un ovirraptorosaurio pequeño conocido por múltiples ejemplares. Los huesos de sus brazos presentan estructuras identificadas como puntos de inserción de plumas (lo que en inglés se conoce como "quill knobs"), sugiriendo la presencia de alas formadas por plumas no muy diferentes a las de las aves modernas. No obstante, no hay pruebas de que dichas alas fuesen aptas para levantar el vuelo y actualmente esta idea se considera poco probable. Por otra parte, los huesos de sus patas traseras estaban configurados de una manera similar a los de algunas aves corredoras de hoy, sugiriendo que estaba adaptado para desplazarse rápidamente en tierra. Su alimentación es difícil de deducir, habiendo quien sugiere que pudo haber sido herbívoro o insectívoro, mas la mayoría de los expertos teoriza que pudo haber sido omnívoro.

Bagaraatan

Imagen extraída de expeditiondiscoveryguild.blogspot.com

Un terópodo coelurosauriano de afinidades inciertas conocido por algunas vértebras caudales (de la cola), huesos de las patas traseras y de la pelvis y parte de una mandíbula inferior. El material encontrado hasta ahora indica que era relativamente pequeño, mas es posible que esto se deba a que los huesos sean de un animal que murió antes de alcanzar su tamaño adulto. Algunos paleontólogos consideran que pudo haberse tratado de un tiranosauroide, mientras que otros sostienen que pudo haber sido un maniraptor, habiendo quien da el paso extra de asignarlo a la familia de los troodóntidos. Lo que sí se sabe, sin embargo, es que era un terópodo carnívoro.

Barsboldia

Arte de Jack Wood

Un hadrosaurio relativamente grande conocido por algunas vértebras y huesos de las caderas, pubis y patas traseras. Pese a que el material encontrado no ha permitido determinar sus afinidades de manera precisa, algunas de sus características, tales como la elevación de las vértebras sacras, sugieren que se trataba de un saurolofino, lo cual también es sustentado por la paleoecología local. Probablemente se alimentaba de arbustos y vegetación baja, así como de árboles de mediana altura.

Borogovia

Arte de Andrey Atuchin

Un troodóntido de pequeño tamaño conocido por huesos de las patas traseras. A diferencia de otros troodóntidos, la garra en el segundo dedo de sus patas traseras no tenía forma de hoz, como suele ser típico en los deinonicosaurios, sino que era más corta y aplanada que en otros miembros del grupo. Se ha especulado que esto pudo haber sido una adaptación para compensar la falta de fuerza del tercer dedo, cuya contextura era más fina que la del segundo y la del cuarto dedo. No obstante, los huesos del segundo dedo eran más robustos que los del tercer y cuarto dedo y la garra era notablemente más larga que las de los otros dedos. Es probable que, como otros troodóntidos, el Borogovia cazara animales de menor tamaño.

Brodavis

Arte de Scott Reid

Un ave hesperornitoforme conocida por restos parciales encontrados en formaciones de Asia y Norteamérica, indicando que se trata de un género transcontinental. En el caso del material encontrado en la formación Nemegt, sólo es conocida por huesos de una de las patas traseras. Resalta por ser la primera hesperornitoforme de la que se conoce que subsistía en torno a cuerpos de agua dulce (la mayoría lo hacía en torno a cuerpos de agua salada). Debido a que sus huesos no son tan densos como los de otros miembros del grupo, se ha sugerido que pudo haber tenido cierta capacidad de vuelo, mas de momento no ha sido posible probarlo. Probablemente vivía cerca de las costas de lagos y estanques naturales y se alimentaba de peces, crustáceos y otros animales acuáticos de menor tamaño.

Deinocheirus

Arte de Max Bellomio

Un ornitomimosaurio de gran tamaño (siendo de hecho, el ornitomimosaurio más grande encontrado a la fecha) conocido por esqueletos parciales de varios ejemplares que en conjunto conforman casi la totalidad del esqueleto. Inicialmente, sólo se conocían los huesos de sus extremidades delanteras y eso fue todo con lo que se contó por alrededor de medio siglo hasta que nuevos fósiles fueron recuperados de expediciones subsiguientes a la formación Nemegt y de entidades que los adquirieron y los donaron a la ciencia luego de que fuesen vendidos en el mercado negro. El extremo de su cola presentaba lo que parece ser un pigóstilo (una estructura común en la cola de las aves, la cual está formada por la fusión de vértebras y ayuda a dar soporte a los músculos y plumas de la cola) parecido al de las aves modernas, lo que sugiere que el animal tenía una especie de "abanico" de plumas al final de su cola y por consiguiente, que debió tener una cobertura de plumaje al menos, en parte de su cuerpo. Resalta además por presentar características inusuales en los ornitomimosaurios, tales como una complexión corporal robusta y maciza, espinas neurales en su lomo que parecían sostener una vela o joroba y un cráneo relativamente alargado con un pico parecido al de un pato. La forma del pico y el hallazgo de gastrolitos (rocas ingeridas para facilitar la digestión) en el área estomacal sugieren que era principalmente herbívoro y que estaba adaptado para procesar vegetación blanda. No obstante, entre el contenido estomacal de uno de los especímenes se encontraron restos de peces, indicando que no estaba restringido a una alimentación a base de plantas.

Elmisaurus

Arte de Jaime A. Headden

Un ovirraptorosaurio caenagnátido de tamaño mediano conocido por huesos de las extremidades. Tratándose de un ovirraptorosaurio, es posible que fuese omnívoro y que se alimentara de plantas y animales pequeños, incluyendo artrópodos y crustáceos, aunque lo cierto es que actualmente la alimentación del grupo no es del todo comprendida.

Gallimimus

Arte de Scott Reid

Un ornitomímido de tamaño relativamente grande, siendo el ornitomímido más grande conocido a la fecha de esta publicación. Se conoce por múltiples ejemplares en diferentes etapas ontogénicas. Su anatomía sugiere que era un corredor rápido. Es sabido gracias a sus parientes más cercanos que debió tener una cobertura de plumas similares a las de los actuales avestruces en la mayor parte del cuerpo con la posible excepción de sus patas traseras y que a medida que maduraba habría desarrollado alas en las extremidades delanteras, las cuales no eran aptas para volar, sino que probablemente servían para exhibición. Es posible que fuese omnívoro, aunque hay quien teoriza que el grueso de su alimentación consistía principalmente de vegetación.

Gobiraptor

Arte de Do Yoon Kim

Un ovirraptórido conocido por un esqueleto parcial y parte del cráneo. El material encontrado pertenece a un individuo subadulto, por lo que se desconoce qué tamaño habría alcanzado al final de su desarrollo. Sus características indican que no estaba estrechamente emparentado con la mayoría de los ovirraptóridos encontrados en la zona. Teniendo en cuenta la forma de su pico, los expertos teorizan que pudo haberse alimentado de invertebrados con concha o con un exoesqueleto duro, así como de semillas y vegetación dura.

Gurilynia 

Arte de Carlos Cortés

Un ave enantiornita conocida por restos fragmentarios. El material recuperado hasta ahora indica que es una de las enantiornitas de mayor tamaño conocidas hasta ahora en el registro fósil. Probablemente estaba adaptada para el vuelo. Es posible que fuese principalmente insectívora y que se alimentara de diversos tipos de artrópodos teniendo en cuenta lo observado en varios de sus parientes más cercanos.

Homalocephale

Arte de Jack Wood

Un paquicefalosáurido pequeño conocido por un cráneo parcial y cerca de la mitad del esqueleto. Resalta por presentar un cráneo aplanado, contrario a la típica estructura cupular comúnmente vista en los miembros de su familia. Se teoriza que los fósiles encontrados hasta ahora pueden ser de individuos que no habían alcanzado la adultez al momento de su muerte, lo que a su vez ha dado paso a la hipótesis de que puede tratarse de una etapa subadulta de otro miembro de la familia, por lo que la validez del género actualmente es objeto de polémica.

Judinornis

Arte de Jack Wood

Un ave hesperornitoforme conocida por material fragmentario. Pese a esto, se puede deducir que a diferencia de la mayoría de sus parientes, probablemente prosperaba en torno a cuerpos de agua dulce alimentándose principalmente de peces.

Mononykus

Arte de Andrey Atuchin

Un alvarezsáurido relativamente grande en comparación con otros miembros de la familia, el cual es conocido por varias vértebras, huesos de las extremidades y fragmentos del cráneo. Como tiende a ser el caso en los alvarezsaurios, es probable que la contextura de su cuerpo y la forma de sus patas traseras lo hiciesen un corredor rápido. Restos de sus parientes cercanos indican que su cuerpo debió estar cubierto de un plumaje simple, similar al de los polluelos de las aves modernas. Se sabe poco sobre la alimentación de los alvarezsáuridos, pero la teoría más comúnmente aceptada es que eran mayormente insectívoros. No obstante, hay quien sugiere que los miembros más grandes de la familia, tales como el Mononykus, pudieron también haberse alimentado de vertebrados pequeños.

Nemegtomaia

Arte de Michael B. H

Un ovirraptórido pequeño conocido por restos parciales de tres especímenes. Uno de éstos fue encontrado sobre lo que parece ser un nido con siete huevos fosilizados en un patrón más o menos anillado en las esquinas, sugiriendo que el ejemplar adulto los empollaba con las alas y la cabeza, manteniendo su cuerpo en el centro del nido posiblemente para minimizar el riesgo de aplastarlos, aunque no se descarta la posibilidad de que la distribución de los huevos haya sido alterada circunstancialmente a posteriori. Lo que sí se sabe gracias a este hallazgo es que estos dinosaurios parecían preferir anidar en terrenos arenosos y suaves. Como ocurre con los ovirraptorosaurios en general, hay incertidumbre sobre su alimentación, siendo posible que fuese omnívoro o que se especializara en comer alimentos duros, como por ejemplo, semillas e invertebrados acorazados.

Nemegtonykus

Arte de Scott Reid

Un alvarezsáurido pequeño conocido por material postcraneal. Pese a que no se han encontrado huesos de sus extremidades delanteras, es altamente probable que, como tiende a ser el caso de los alvarezsaurios, éstas fuesen cortas y terminasen en manos en las que sólo el primer dedo era funcional, estando éste equipado con una garra en forma de garfio de la que se teoriza que pudo haber servido para rasgar cortezas duras a fin de facilitar la obtención de alimento. Es posible que fuese principalmente insectívoro y que se valiera de la velocidad para escapar de depredadores de mayor tamaño.

Nemegtosaurus

Arte de Emily Willoughby

Un saurópodo titanosauriano conocido por un cráneo parcial, aunque algunos huesos postcraneales identificados recientemente, incluyendo vértebras y huesos de las patas traseras han sido tentativamente asignados al género. Estudios de sus anillos escleróticos sugieren que pudo haber sido activo tanto de noche como de día. Pese a que la forma de sus dientes indica que estaba adaptado para arrancar hojas de las ramas, es difícil determinar con precisión de qué tipo de vegetación se alimentaba y si se especializaba en consumir hojas de árboles altos o de arbustos de baja o mediana altura u otro tipo de plantas. La teoría más comúnmente aceptada sin embargo, es que se valiera de su cuello largo para alcanzar vegetación alta que habría sido inaccesible para otros dinosaurios herbívoros con los que coexistía, lo que habría minimizado la competencia con éstos.

Nomingia

Arte de Andrey Atuchin

Un ovirraptórido de mediano tamaño conocido por restos postcraneales. Se caracteriza por presentar cinco vértebras fusionadas al final de su cola en una estructura parecida al pigóstilo en el extremo de la cola de las aves modernas. Esta estructura ha dado paso a la teoría de que el Nomingia habría tenido una especie de "abanico" de plumas en el extremo de su cola, como suele verse en las aves en la actualidad. Dicho "abanico" probablemente habría sido utilizado para exhibición y comunicación visual. Como suele ocurrir con los ovirraptorosaurios en general, la alimentación de este dinosaurio es objeto de debate, siendo las teorías más difundidas que se especializara en consumir materia vegetal dura, invertebrados acorazados u otros animales de menor tamaño o bien, una combinación de todas estas cosas.

Opisthocoelicaudia

Arte de ZEGH8578 de Deviantart

Un saurópodo titanosauriano conocido por restos postcraneales. Se ha sugerido que el género puede ser sinónimo de Nemegtosaurus, pero huesos asociados a éste último muestran diferencias con los de Opisthocoelicaudia, sugiriendo que éste pudo no haber sido el caso o al menos, que había más de dos géneros de saurópodos en el área. Las vértebras de la base de su cola están configuradas de modo que la parte posterior de las mismas era cóncava (curvada hacia adentro), mientras que la parte anterior era convexa (curvada hacia afuera), siendo esta característica la que le dio su nombre, el cual significa: "cola con cavidades posteriores". Las vértebras también tienen aditamentos bien desarrollados para músculos y ligamentos que la habrían reforzado en vida, lo que ha llevado a teorizar que el Opisthocoelicaudia pudo haberse mantenido estable apoyado sobre sus patas traseras y su cola en una postura trípode mientras se alimentaba de vegetación alta.

Prenocephale

Arte de Danielle Dufault

Un paquicefalosáurido pequeño conocido por cráneos de varios ejemplares y material fragmentario del resto del esqueleto. Uno de estos especímenes representa lo que probablemente fue un individuo juvenil y sin embargo, presenta un cráneo en forma de domo. No obstante, es posible que se trate de un individuo que había empezado a desarrollar la estructura cupular poco antes de su muerte, por lo que esto no descarta la teoría de que su cráneo fuese aplanado hasta alcanzar cierta edad, mas es de tener en cuenta que el material disponible al momento no permite corroborar una cosa o la otra. Es probable que el Prenocephale fuese herbívoro y que se alimentara principalmente de vegetación baja, aunque recientemente se ha sugerido la posibilidad de que los paquicefalosaurios fuesen omnívoros y que se alimentaran también de pequeños vertebrados o de carroña de manera ocasional.

Rinchenia

Arte de Andrey Atuchin

Un ovirraptórido de mediano tamaño conocido por un cráneo y varios huesos postcraneales en su mayoría fragmentarios. Inicialmente fue clasificado como una especie de Oviraptor y fue este espécimen en el que se basó la cresta con la que éste último es usualmente representado y que aunque no se haya preservado en el material recuperado hasta ahora, probablemente también tenía en vida, la cual pudo haber servido para exhibición. Sin embargo, estudios posteriores indicaron que muchas de las características del cráneo de este espécimen diferían notablemente de las que se veían en el del Oviraptor, lo que llevó a reclasificarlo bajo un nuevo género.

Saichania

Arte de Yuriy Priymak

Un anquilosáurido de tamaño mediano conocido por cráneos de diferentes ejemplares y varios restos postcraneales. Como todo anquilosaurio, tenía un cuerpo robusto con un blindaje consistente en fusiones de los huesos de su lomo y costados, así como en osteodermos (osificaciones en la piel). Incluso su vientre parecía estar blindado con osteodermos en forma de quilla. Fósiles de mazos óseos (estructuras formadas por la fusión de las vértebras del extremo de su cola) encontrados en la zona han sido asignados al género, aunque hay quien considera que podría ser material de otro anquilosaurio. Su cráneo resalta por presentar abultamientos óseos, así como un paladar osificado, cosa que es poco común encontrar en dinosaurios. Probablemente se alimentaba de vegetación baja y es posible que de adulto tuviera pocos depredadores naturales.

Saurolophus angustirostris

Arte de sphenaphinae de Deviantart

Un hadrosaurio saurolofino de gran tamaño conocido por múltiples ejemplares en diferentes etapas de crecimiento; algunos de ellos bien preservados. Se han recuperado impresiones de piel que indican que el animal tenía escamas compactas y cuadriformes a lo largo del lomo y la cola, formando patrones verticales en ésta última. El género se caracteriza por presentar una cresta pequeña en la parte posterior del cráneo, la cual está conformada en su mayor parte por los huesos nasales, lo que ha llevado a inferir que pudo haber tenido una función asociada a la termorregulación, a la respiración o a la generación de sonido por flujo de aire. Probablemente se alimentaba de vegetación baja y de mediana altura y a partir de lo observado en otros hadrosarios, se puede deducir que era un animal gregario.

Tarbosaurus

Arte de sphenaphinae de Deviantart

Un tiranosáurido de gran tamaño conocido por una cantidad considerable de ejemplares en diferentes etapas de crecimiento, muchos de los cuales están bien preservados, lo que ha permitido reconstruir la totalidad del esqueleto y estudiar minuciosamente a la especie. Era bastante parecido a su pariente norteamericano, el Tyrannosaurus rex, pero es ligeramente menor en tamaño y presenta un cráneo menos robusto. Impresiones de piel asignadas al género muestran indicios de escamas pequeñas y reticuladas similares a las vistas en la piel de las aves y pese a que no se ha encontrado evidencia directa de plumas, modelos deductivos realizados a raíz de sus relaciones de parentesco respaldan la hipótesis de que haya tenido plumaje hasta cierto punto. Se ha aludido también a la posibilidad de que tuviese una papada o saco gular (una bolsa de piel expandible en la parte inferior del cuello), pero esta idea no ha podido ser verificada, ya que está basada en comunicaciones informales sobre impresiones de piel asociadas a un ejemplar que nunca fue recuperado ni formalmente descrito, por lo que no se puede realizar un análisis para determinar la verdadera naturaleza de las presuntas impresiones. Tanto lo encontrado en el registro fósil como estudios biomecánicos indican que el Tarbosaurus estaba adaptado para cazar animales de gran tamaño, incluyendo otros terópodos de tamaño similar, anquilosaurios y posiblemente, saurópodos. Siendo el terópodo carnívoro más grande encontrado en la región hasta ahora, es posible que fuese el depredador ápice del ecosistema.

Tarchia

Arte de Jack Wood

Un anquilosáurido de gran tamaño conocido por restos parciales de varios ejemplares. Es hasta ahora el anquilosaurio más grande encontrado en Asia. Es probable que se alimentara de vegetación baja y la forma de su pico sugiere que estaba adaptado para mordisquear materia vegetal de complexión dura. Hay quien restringe su distribución a la vecina y estratigráficamente más antigua formación Barun Goyot, asignando el material encontrado en la formación Nemegt a Saichania.

Therizinosaurus

Arte de Elijah Shandsheight

Un terizinosáurido de gran tamaño conocido por restos postcraneales fragmentarios. No obstante, teniendo en cuenta lo que se sabe de otros miembros de la familia, es probable que fuese un animal de contextura robusta con un cuello largo y una cabeza pequeña con pico y probablemente también tenía plumas al menos, en algunas partes del cuerpo. Resalta por presentar unguales manuales (huesos de las garras de sus extremidades delanteras) alargadas y poco curvas, de las cuales se teoriza que pudo haber usado como herramienta para defenderse o competir con otros de su especie, para comunicación visual, para alcanzar alimento que de otra forma sería inaccesible o bien, para una combinación de todas estas cosas. Lo encontrado en otros terizinosáuridos sugiere que era principal o exclusivamente herbívoro. Además, el hallazgo de lo que parece ser un nidal comunal de terizinosaurios en la formación Nanchao de China sugiere que el grupo tenía hábitos gregarios al menos, hasta cierto punto.

Tochisaurus

Arte de cisiopurple de Deviantart

Un troodóntido conocido por huesos de las patas traseras, los cuales sugieren que se trataba de un miembro relativamente grande de la familia. Posiblemente se alimentaba de animales de menor tamaño, así como de carroña.

Zanabazar

Arte de Michael B. H

Un troodóntido conocido por restos fragmentarios, aunque suficientes para deducir que se trataba de un miembro relativamente grande de la familia, siendo de hecho, el troodóntido de mayor tamaño conocido en Asia hasta ahora. Pese a que no se sabe mucho sobre su estilo de vida, teniendo en cuenta lo que se conoce sobre sus parientes más cercanos se puede deducir que pudo haberse especializado en cazar animales de menor tamaño y que quizá fue un depredador de hábitos principalmente nocturnos, además de haber sido un oportunista que robara presas de otros depredadores.

Se han encontrado igualmente fósiles de dinosaurios que aún no han sido nombrados o descritos de manera formal. Entre éstos:

- Varios restos de anquilosaurios no identificados (algunos de ellos, aún sin describir), incluyendo impresiones de piel y dos mazos de la cola que probablemente pertenecen a dos especies distintas y que no parecen tratarse de ejemplares referibles a Saichania o Tarchia.

- Un ornitomímido no identificado similar al Anserimimus del que se han encontrado varias vértebras y huesos de las extremidades.

- ¿Raptorex?: Un tiranosaurio pequeño conocido por un esqueleto parcial. Estudios indican que se trataba de un individuo juvenil al momento de su muerte. Dado que fue extraído y puesto en venta clandestinamente (probablemente en el mercado negro), su procedencia exacta es desconocida e inicialmente se pensó que provenía de la formación Yixian de China. Esto en su momento causó revuelo, pues era indicio de que los tiranosauroides habían desarrollado características de los tiranosáuridos a principios del período cretácico, incluyendo las típicas extremidades delanteras reducidas con dos dedos funcionales cuando fósiles de otros tiranosauroides de la época presentaban extremidades delanteras relativamente largas con tres dedos funcionales. No obstante, análisis más exhaustivos sugieren que lo más probable es que los fósiles del Raptorex proviniesen de la formación Nemegt. Al igual que su procedencia, la validez del género fue puesta en duda, ya que el ejemplar comparte múltiples similitudes con especímenes de Tarbosaurus juveniles, siendo altamente probable que se tratase en realidad de una cría de Tarbosaurus.

Imagen de Sereno et al., 2009

- Restos parciales de saurópodos probablemente titanosaurianos que podrían o no ser material de Nemegtosaurus o de Opisthocoelicaudia.

- Restos de terizinosáurido aún no descritos.

*Actualización (10/10/2020): Dos días después de la publicación de esta entrada se publicó la descripción de una nueva especie de ovirraptórido, la cual ha recibido el nombre de Oksoko avarsan y se conoce por varios ejemplares que en conjunto, permiten reconstruir el esqueleto entero. Los restos le fueron confiscados a contrabandistas de fósiles, tras lo cual análisis geoquímicos permitieron determinar que procedían de esta formación. La especie se caracteriza por presentar una cola inusualmente corta y sólo dos dedos funcionales en sus extremidades delanteras, con el tercer dígito estando notablemente reducido. El hecho de que algunos de los ejemplares hubiesen sido encontrados juntos en un mismo bloque de roca ha llevado a los expertos a teorizar que pudo haber sido un animal gregario.

Arte de Michael Skrepnick

Además de dinosaurios, también se han encontrado restos de cocodrilomorfos, mamíferos y al menos, un pterosaurio probablemente azdárquido de gran tamaño, así como una variedad de peces y tortugas e invertebrados acuáticos.

27 de noviembre de 2019

Dinosaurios Fantásticos y Dónde Encontrarlos - Parte 4: Formación Wessex

En la primera entrada de esta serie, exploramos la formación del Ischigualasto en Argentina, la cual algunos llaman "La Cuna de los Dinosaurios". Esta vez, viajaremos a la cuna de la paleontología como ciencia: Inglaterra. Específicamente, exploraremos la Formación Wessex, tierra que de acuerdo a los estudios estratigráficos, data de 145 a 125 millones de años de antigüedad, habiendo así sido testigo en su tiempo de cómo los dinosaurios continuaban definiendo su éxito y adaptabilidad más de 85 millones de años después de su surgimiento al haber entrado en la etapa cretácica, la cual supuso numerosos cambios ecológicos que parecieron catalizar la diversificación de estos animales. No obstante, es de tener en cuenta que la misma cuenta con diferentes niveles de estratos, por lo que mucha de la flora y la fauna fósil ahí encontrada bien pudo no haber sido contemporánea. Aún así, análisis geoquímicos sugieren que esta región mantuvo un clima subtropical poco variable durante las diferentes etapas del cretácico temprano, siendo probablemente una región húmeda y pantanosa en aquellos entonces. Algunos de los dinosaurios aquí encontrados incluyen:

Aristosuchus
Arte de Michael B. H.

Un posible compsognátido de pequeño tamaño (aunque relativamente grande en comparación con la mayoría de los miembros de esta familia) conocido por escaso material postcraneal. Probablemente se alimentaba de carroña y de vertebrados pequeños y escurridizos, incluyendo peces y mamíferos primitivos.

Baryonyx
Arte de Robinson Kuns y Rebecca Slater

Un espinosáurido de mediano tamaño conocido por restos de varios individuos. Algunos de sus fósiles parecen mostrar indicios de adaptaciones a un estilo de vida semiacuático, lo cual es reforzado por el descubrimiento de fósiles de peces digeridos en el área estomacal del holotipo (el espécimen utilizado para describir y nombrar a la especie), siendo probable que se mantuviera constantemente cerca de los cuerpos de agua y que una parte importante de su alimentación consistiese en fauna acuática, aunque el hallazgo de huesos de dinosaurios ornitisquios en el área estomacal del mismo espécimen sugiere que su dieta no era exclusivamente piscívora.

Calamosaurus
 Arte de Ashley Patch

Al igual que el Aristosuchus, es posiblemente un compsognátido, aunque de mayor tamaño. No obstante, el material disponible es muy escaso, lo que ha dificultado clasificarlo con precisión, habiendo quien cuestiona si en verdad se trata de un terópodo. Sin embargo, de ser correcta su clasificación como un compsognátido, lo más probable es que fuese un depredador ágil y que cazara animales más pequeños que él, aparte de alimentarse de las sobras de presas de otros depredadores más grandes cuando tuviera la oportunidad.

Calamospondylus
Arte de Katarena Darpole

Un terópodo coelurosauriano de pequeño tamaño. Algunos paleontólogos actualmente piensan que es un oviraptorosaurio basal, aunque debido a la escasez de material, su clasificación ha sido objeto de polémica desde hace varios años y hay quien sugiere que podría tratarse de un compsognátido o incluso, de un espécimen de Aristosuchus o de Calamosaurus (pese a que algunos expertos señalan que los restos de Calamospondylus parecen indicar que se trata de un género separado). Siendo un carnívoro pequeño, es probable que se haya alimentado de animales aún más pequeños que él y que fuese un oportunista que aprovechara los restos dejados por otros depredadores.

Chondrosteosaurus
Arte de Jack Wood

Un saurópodo de afinidades desconocidas del que sólo se ha encontrado un par de vértebras cervicales. Su tamaño exacto es desconocido, aunque algunas reconstrucciones basadas en la idea de que se trate de un macronario (fundamentadas en la premisa de que este parecía ser el grupo de saurópodos más común en esas circunstancias) indican que no parecía diferir mucho en tamaño con un elefante actual (aunque cabe tener en cuenta que aún de ser correctas estas estimaciones, podría tratarse de un ejemplar sub-adulto).

Eotyrannus
Arte de Gabriel Ugueto

Un tiranosauroide primitivo de pequeño tamaño conocido por un esqueleto parcial perteneciente a un espécimen sub-adulto (aunque dientes aislados atribuidos al género pudieron haber pertenecido a un ejemplar adulto, con una longitud cercana a los 6 metros). El material disponible sugiere que se trataba de un animal bastante ágil, siendo probable que se especializara en cazar presas formidablemente adaptadas para correr.

Eucamerotus
Arte de Cisiopurple de Deviantart

Un saurópodo posiblemente titanosauriforme conocido por poco material postcraneal. Los pocos fósiles encontrados indican que era de mediano tamaño para los estándares de un saurópodo, siendo posible que se alimentara de vegetación relativamente alta.

Hypsilophodon
Arte de Jack Wood

Un ornitisquio pequeño conocido por múltiples especímenes, algunos de ellos, bien preservados. Usualmente es considerado un ornitópodo, aunque recientemente se ha sugerido que pudo haber pertenecido a un grupo hermano de los cerápodos (linaje del que derivan los ornitópodos y los marginocéfalos, como el Pachycephalosaurus y el Triceratops). Probablemente se alimentaba de vegetación baja y sus fósiles indican que pudo haber sido un corredor ágil, lo cual pudo haberle brindado una ventaja a la hora de evadir ataques de los depredadores.

Iguanodon
Arte de Raul Martin

Un iguanodóntido de gran tamaño conocido por múltiples especímenes en diferentes etapas ontogénicas (se han encontrado fósiles de individuos adultos y sub-adultos) y estados de preservación, el cual destaca por ser el primer dinosaurio no aviano herbívoro descubierto. Es posible que fuese un bípedo facultativo, pudiendo pararse y moverse utilizando sus cuatro patas y ocasionalmente, sólo sus patas traseras. Esto probablemente le ayudaba a alimentarse tanto de vegetación baja como de árboles de mediana altura.

Iuticosaurus
Arte de Satoshi Kawasaki

Un saurópodo conocido por tres vértebras de la cola incompletas, aunque suficientes para indicar que se trataba de un animal relativamente grande (probablemente, rondando entre los 15 y los 20 metros de largo). Debido a la escasez de material, su clasificación es complicada y algunos paleontólogos incluso cuestionan si en verdad debería ser tratado como un género válido. Como saurópodo medianamente grande, es probable que se alimentara de las hojas de árboles no muy altos.

Mantellisaurus
Arte de Jack Wood

Un iguanodóntido de mediano tamaño conocido por múltiples ejemplares, estando algunos de ellos bastante completos. Su anatomía es bastante similar a la del Iguanodon (tanto, que hasta hace poco se pensó que pertenecía al mismo género), aunque resalta por presentar extremidades delanteras más cortas. Era probablemente un bípedo facultativo, pudiendo pasar la mayor parte del tiempo apoyándose sobre sus cuatro patas, aunque es posible que corriera dependiendo sólo de sus patas traseras. Probablemente se alimentaba de vegetación baja y árboles de altura mediana.

Neovenator
Arte de Fred Wierum

Un allosauroide neovenatórido de gran tamaño conocido por material correspondiente a cerca de un 70% del esqueleto. Era probablemente un depredador generalista y la forma en que está estructurado su esqueleto sugiere que era un animal relativamente ágil, lo que le habría ayudado a cazar presas rápidas.

Polacanthus
Imagen del Institut Català de Paleontología Miquel Crusafont

Un nodosáurido de mediano tamaño conocido por material postcraneal. Probablemente se alimentaba de vegetación baja y al contar con una armadura ósea sobre la pelvis complementada con púas que se extendían por su lomo, es posible que tuviese pocos depredadores naturales.

Oplosaurus 
Paleontografía extraída de Paleofile.com

Un saurópodo macronario conocido sólo por un diente. No ha sido posible determinar de qué tipo de macronario se trata, pero las dimensiones del diente sugieren que era un animal de gran tamaño, siendo posible que se alimentara de árboles altos y que tuviera pocos o ningún depredador natural una vez alcanzaba su tamaño adulto.

Ornithopsis
Arte de Cisiopurple de Deviantart

Un saurópodo conocido por restos vertebrales fragmentarios cuya forma sugiere que pudo haberse tratado de un titanosauriforme. Es posible que alcanzara una longitud circulante entre los 10 y 15 metros, aunque es difícil determinarlo con precisión. No obstante, de ser correctas estas estimaciones, es probable que se alimentara de árboles de mediana altura.

Ornithodesmus
Imagen extraída de dinopedia.fandom.com

Un terópodo de pequeño tamaño conocido sólo por una serie de vértebras que han llevado a clasificarlo tentativamente como un dromeosáurido (aunque inicialmente se pensó que el material pertenecía a un género de pterosaurio hoy conocido como Istiodactylus). Pese a que aún existe controversia en cuanto a sus afinidades, de tratarse efectivamente de un dromeosaurio, es probable que fuese un depredador ágil adaptado para cazar presas de menor tamaño.

Thecocoelurus
Imagen de AlternatePrehistory de Deviantart

Un terópodo de pequeño tamaño y de afinidades inciertas conocido por una vértebra fragmentaria del cuello y algunos escasos restos asociados igualmente fragmentarios. La mayoría de los expertos coincide en que se trata de un coelurosaurio, con algunos considerando que pudo haber sido un ornithomimosaurio (siendo ésta hasta ahora la posibilidad más reconocida), otros, un oviraptorosaurio y otros, un therizinosaurio. De ser correcta algunas de estas alternativas, es posible que fuese un animal omnívoro.

Valdoraptor
Arte de Ashley Patch

Un terópodo conocido únicamente por metatarsos (huesos de los dedos) de una de sus patas traseras. La escasez de material ha dificultado una clasificación precisa, mas hay quien sugiere a partir de lo perceptible en el material encontrado que podría tratarse de un ornithomimosaurio primitivo, con algunos incluso proponiendo que podría ser otro ejemplar de Thecocoelurus.

Valdosaurus
Arte de Jack Wood

Un dryosáurido de pequeño tamaño (aunque relativamente grande para los estándares de un dryosaurio) conocido por material postcraneal. Probablemente se alimentaba de vegetación baja y era posiblemente un corredor veloz, lo que le habría facilitado huir de los depredadores.

Yaverlandia 
Arte de Cisiopurple de Deviantart

Siendo conocido sólo por fragmentos del cráneo, antiguamente era considerado un paquicefalosáurido primitivo, aunque estudios recientes sugieren que en realidad pudo haberse tratado de un terópodo, posiblemente maniraptor. En vista a la escasez de material, su clasificación ha sido dificultosa, como también lo ha sido teorizar sobre su estilo de vida.

Asimismo, se han encontrado fósiles de dinosaurios que aún están por ser descritos, entre éstos:

-Un posible braquiosáurido de gran tamaño apodado "Angloposeidon" (cabe mencionar que este no es el nombre científico dado al animal, sino un sustituto utilizado mientras recibe un nombre formal), conocido por un fémur, una vértebra cervical y parte de un húmero (pertenecientes a tres especímenes distintos, con cada hueso correspondiendo a un espécimen). De ser efectivamente un braquiosaurio, es probable que se alimentara de vegetación alta y de haber alcanzado o superado los 20 metros de largo, como indican algunos estimados, es posible que no tuviera depredadores naturales una vez alcanzaba la adultez.

-Un posible rebbachisáurido de pequeño tamaño conocido por una escápula incompleta y una vértebra de la cola (probablemente pertenecientes a dos especímenes distintos) un tanto similares a los del Nigersaurus. De haber estado efectivamente emparentado con éste, es probable que se alimentara de vegetación blanda.

El posible rebbachisáurido con un "Angloposeidon" en el fondo
Arte de Mark Witton

-Un posible terópodo tetanuro conocido por partes de un fémur y de un pubis que parecen indicar que pertenecían a un animal de mediano tamaño, aunque la complexión de los huesos sugiere que se trataba de un individuo sub-adulto, pudiendo haber sido un depredador de gran tamaño una vez culminado su desarrollo.

Imagen de Benson et al., 2009 

-Un posible dromeosáurido velociraptorino de gran tamaño conocido por un puñado de dientes, los cuales sugieren que se trataba de un animal similar en tamaño al Utahraptor de Norteamérica.

Imagen de news.bbc.co.uk

Pese a que los dinosaurios parecían ser el grupo dominante en tierra, el registro fósil indica que la formación Wessex también constituyó el hábitat de una amplia diversidad de mamíferos primitivos, pterosaurios, cocodrilomorfos, peces e invertebrados.