Tarde, pero seguro. Muchos se habrán enterado ya de que el árbol familiar de los dinosaurios al parecer no fue plantado en terreno firme y ahora está tambaleándose, lo que ha dado mucho de qué hablar durante los últimos días.
La base de todo esto es un nuevo estudio publicado por Matthew Baron, David Norman, y Paul Barrett que cuestiona la clasificación tradicional de los dinosaurios utilizada durante los últimos 130 años en la que se divide el grupo Dinosauria en dos grandes ramas: Saurischia y Ornithischia. Puede encontrar más información sobre la clasificación tradicional aquí.
En el nuevo estudio, los paleontólogos investigan las similitudes entre distintos dinosaurios y proponen que los terópodos están más emparentados con los ornitisquios que con los sauropodomorfos tras comparar sobre 457 características diferentes en 74 especies. Como resultado, se ha propuesto el grupo "Ornithoscelida" (término originalmente acuñado por Thomas H. Huxley en 1867) que incluiría a los terópodos y a los ornitisquios, mientras que los sauropodomorfos permanecen en Saurischia, junto con los herrerasáuridos (ahora no considerados terópodos).
Cladograma diseñado por Darren Naish
La nueva clasificación implica una re-definición del grupo Dinosauria y de Saurischia. Por otra parte, el estudio menciona también la posibilidad de que los dinosaurios se hayan originado en el hemisferio norte, idea opuesta a la concepción actual, según la cual, es probable que los dinosaurios se hayan originado en Sudamérica o África.
No obstante, es de tener en cuenta que las proposiciones de Baron y sus colegas de momento son sólo una hipótesis que todavía no ha sido unánime aceptada por la comunidad científica, mas eso no significa que no pueda serlo. Si otros científicos prueban la hipótesis y sus resultados son consistentes con los de los autores, este hallazgo podría tener importantes implicaciones para nuestra comprensión de la evolución de los dinosaurios.
Fuente del estudio: http://www.nature.com/nature/journal/v543/n7646/full/nature21700.html
La serie "Walking with Dinosaurs" (Caminando con Dinosaurios) es reconocida como uno de los documentales más destacados sobre la vida mesozoica. Sin embargo, como ya hemos visto, eso no significa que esté exenta de errores y cuando se trata de discordancias científicas, hay algunos que simplemente son difíciles de pasar por alto. Esto puede verse desde el primer capítulo de la serie, "Sangre Nueva", el cual tiene lugar a finales del Triásico en la Formación Chinle, la cual se encuentra en la colindancia entre Arizona y New Mexico, EE.UU. En este episodio podemos observar parte de la fauna nativa la Formación Chinle, como el Coelophysis (un terópodo primitivo), el Postosuchus (un rauisuquio de gran tamaño) y el Placerias (uno de los últimos dicynodontos), pero también hacen aparición algunas criaturas que no se conocen en dicha formación y cuya presencia en la misma es muy poco probable, estando por lo tanto, fuera de contexto.
Una de esas criaturas es una especie no identificada de cynodonte.
Imagen propiedad de la BBC
También podemos ver al Peteinosaurus, un pterosaurio primitivo encontrado únicamente en la Formación Caliza de Zorzino de Italia.
Imagen propiedad de la BBC
Otra es el Plateosaurus, un sauropodomorfo basal sólo conocido en la Formación Trossingen de Alemania (aunque material referido al género ha sido encontrado en otras partes de Europa). Por si fuera poco, en el documental es representado asumiendo una locomoción cuadrúpeda cuando los expertos piensan que era bípedo.
Imagen propiedad de la BBC
Pero la interrogante es: ¿Por qué el programa pone a estos tres seres a invadir la Formación Chinle?
Pues en el caso del cynodonte, es probablemente debido al hallazgo de un par de dientes fosilizados encontrados en la formación inicialmente atribuidos a un cynodonte desconocido. Posteriormente, se descubriría que éstos no eran atribuibles a un taxón dentro de Cynodontia, por lo que de momento no hay pruebas de que el grupo estuviese presente en dicha formación.
El caso del Peteinosaurus y del Plateosaurus ya es un poco más difícil de justificar, pero es posible que los productores hayan querido explorar la presencia de pterosaurios y sauropodomorfos en ese ecosistema, lo cual no es del todo erróneo, ya que se han encontrado fósiles de pterosaurios (que irónicamente, muestran una mayor similitud con el Eudimorphodon que con el Peteinosaurus) y huellas atribuidas a sauropodomorfos basales en la Formación Chinle, pero ese material no ha sido estudiado tan exhaustivamente como para asignarlo a un taxón específico previamente descrito. De modo que donde erra el programa es en la asignación de un nombre genérico al pterosaurio y al sauropodomorfo mostrados en este episodio y especialmente, en asignarlos a taxones sólo encontrados en Europa, ya que no hay nada que respalde la presencia de éstos en la Formación Chinle y es poco probable que el material mencionado sea asignado a estos géneros en particular.
Así que como siempre, seamos cuidadosos y críticos con la información que se nos ofrece en los documentales.
Referencias:
Libro "The Princeton Field Guide to Dinosaurs" de Gregory S. Paul
Libro "Dinosaurs: The Grand Tour" de Keiron Pim
http://chinleana.fieldofscience.com/2009/09/enigmatic-triassic-taxa.html
http://dipbsf.uninsubria.it/paleo/dvecchia.htm
https://www.researchgate.net/publication/281625871_Eosauropus_a_new_name_for_a_Late_Triassic_track_Further_observations_on_the_Late_Triassic_ichnogenus_Tetrasauropus_and_related_forms_with_notes_on_the_limits_of_interpretation
Este es un tema que discutí recientemente con unos amigos
en un foro y me parece apropiado tratarlo aquí también. Y es que durante
años, los medios han alimentado nuestra imaginación y nuestros temores
mostrándonos a los dinosaurios emitiendo aterradores rugidos con efectos de
sonido muy bien trabajados, pero ¿qué tan cerca está eso de la realidad?
Clip de Jurassic Park, propiedad de Universal Pictures
Cierra el pico, "Rexy" porque probablemente, no está tan cerca. El asunto es que hoy mucha gente está tan acostumbrada a escuchar
a los dinosaurios rugir en los medios que hasta se suele pensar que es natural
que estos animales hubiesen rugido cuando
la realidad posiblemente fue muy distinta.
Antes que nada, aclaremos que "rugido" es un
término de uso amplio que no siempre se emplea de la forma correcta. Lo que se
conoce formalmente como un rugido consiste en un tipo de vocalización producido
gracias en gran parte a las cuerdas vocales vistas en la laringe mamífera. De
modo que sólo algunos mamíferos cuentan con las adaptaciones necesarias para
producir este tipo de vocalización (particularmente, los grandes felinos). Lo
mismo ocurre con los bramidos, gruñidos, bufidos, aullidos, barritos, berridos,
etc. Todos estos son sonidos que diversos tipos de mamíferos pueden producir
gracias a las cuerdas vocales presentes en su laringe. Ahora bien, sabemos que
los dinosaurios no son nada parecido a los mamíferos. Pertenecen a un grupo muy
distinto conocido como arcosaurios, que hoy está representado por los
cocodrilianos y las aves (sin olvidar que éstas últimas son dinosaurios). Hasta
donde se ha visto, la laringe de los arcosaurios no contiene cuerdas vocales,
lo que los inhibe de la capacidad de rugir, bramar, gruñir y emitir los sonidos
que solemos escuchar en los mamíferos. Y partiendo de la premisa del
horquillado filogenético, lo más lógico es que los dinosaurios tampoco pudieran
emitir este tipo de vocalizaciones.
Sin embargo, sabemos que en el caso de los dinosaurios
avianos (es decir, las aves), éstos pueden emitir una amplia variedad de
sonidos, desde graznidos hasta silbidos. La gran mayoría debe esto a un órgano
conocido como la siringe, el cual depende de un sistema de sacos aéreos en
lugar de cuerdas vocales. Cabe resaltar que hay pruebas de que los dinosaurios
no avianos también poseían un sistema de sacos aéreos. Entonces, ¿es posible
que los dinosaurios no avianos cantaran y grajearan como las aves actuales? Pues
probablemente no. Resulta que la estructura conocida más primitiva
que sugiere la presencia de una siringe se encuentra en el Vegavis iaai, un ave
similar a un ganso que vivió en la Antártida hace poco más de 65 millones de años
(eso es justo después del final del Mesozoico, luego de los eventos que
llevarían a los dinosaurios no avianos a la extinción). En otras palabras, lo
más probable es que las aves más primitivas y los dinosaurios no avianos
carecieran de una siringe, por lo que no habrían podido emitir sonidos de la
misma forma en la que lo hace la inmensa mayoría de las aves actuales. Además,
aún si los dinosaurios no avianos hubiesen tenido una siringe, es posible que
su función no estuviese del todo relacionada con la vocalización, pues para que
ésta vibre y produzca sonido, debe recibir presión y flujo de aire de un saco
clavicular y lo que se ha encontrado del sistema de sacos aéreos no incluye un
saco clavicular homólogo al de las aves (sí es cierto que el Aerosteón
riocoloradensis muestra una estructura consistente con lo que podríamos llamar
un saco clavicular, pero su configuración sugiere que tuvo un origen distinto y
probablemente, una función diferente al de las aves, tratándose de un caso
de evolución convergente).
Eso, sin embargo, no significa que los dinosaurios no
avianos fuesen "mudos". Los dinosaurios han sido uno de los grupos de
animales más exitosos del planeta, habiendo sido capaces de habitarlo durante
más de 225 millones de años de evolución (eso es muchísimo más de lo que
llevamos los primates en él). Además, hay pruebas de que algunos asumían un
comportamiento social complejo. Todo esto está ligado a una capacidad de comunicación
sofisticada y efectiva. En adición, si bien existen pruebas de que los
dinosaurios utilizaban el lenguaje corporal a la hora de comunicarse, se sabe
también que algunos tenían un sistema auditivo altamente desarrollado y varios estudios
sugieren que en algunos casos, éste permitía la detección de sonidos imperceptibles para el oído humano. Por si fuera poco, esto se
ve aún en las aves actuales. Teniendo en cuenta que la evolución ha mantenido y
desarrollado esta adaptación por más de 225 millones de años, lo más probable
es que la comunicación sonora haya jugado una función significativa en la
supervivencia y en el éxito de los dinosaurios como grupo.
De modo que es probable que al menos, algunos dinosaurios
pudieran vocalizar. Tal es el caso de los hadrosaurios lambeosaurinos como el
Parasaurolophus, cuya cresta estaba compuesta por "pasadizos" en el
interior que pudieron haberle permitido
funcionar como una cámara de resonancia a través de la cual, el flujo de
aire podía generar un sonido retumbante de baja frecuencia. Dicho de otra
forma, las crestas de los hadrosaurios pudieron haber funcionado de forma
similar a un trombón. Por si fuera poco, un patrón similar fue encontrado en
los canales nasales de algunos ankylosaurios, como el Euplocephalus, los cuales
son ampliamente extensos y forman múltiples giros a lo largo de la parte
delantera del cráneo hasta conectar con la garganta, lo cual pudo haber
permitido la amplificación de sonidos generados a través de flujo de aire, funcionando
de forma parecida a la cresta de los lambeosaurinos. También se ha sugerido que
este pudo haber sido el caso de algunos saurópodos (particularmente, de los
macronarios), como el Brachiosaurus, teoría sustentada por la forma de sus
crestas y cámaras nasales. De hecho, hay quien sugiere que sus largos cuellos y
tráqueas contribuían en la amplificación y profundización de sonido, como ocurre
actualmente con los gansos, cisnes y avestruces.
Por otra parte, en un estudio publicado en julio
de 2016, un equipo de investigadores encabezado por el biólogo Tobias Riede
explora otra forma de emisión sonora que pudo haber sido empleado por los
dinosaurios. Dicha forma de generación de sonido es la vocalización por boca
cerrada, la cual consiste en canalizar el aire a lo largo de una especie de
bolsa que rodea el esófago mientras la boca se mantiene cerrada, lo que permite
la filtración de sonidos a través de la piel del área del cuello. Esto es algo
que los ratites, tales como los avestruces, casuarios y emúes hacen con
frecuencia, valiéndose sólo del saco cervical (sin utilizar la siringe).
Video suministado por Ryan
Asimismo, este medio de vocalización también es empleado por el otro linaje de arcosaurios que persiste en la actualidad, los cocodrilianos (cocodrilos, caimanes y gaviales). El estudio concluyó que este mecanismo evolucionó al menos, 16 veces en la rama de los arcosaurios, lo que aumenta las probabilidades de que este fuera el caso de muchos dinosaurios no avianos.
Video suministado por snook201
Otra
posibilidad de la que se ha hablado es de la presencia de bolsas inflables en
la nariz que también funcionarían como un estilo de vocalización por boca
cerrada (algo parecido a los sacos inflables de los sapos y las ranas),
hipótesis sustentada por las grandes cavidades nasales vistas en algunos
dinosaurios. Esta idea puede apreciarse en el Muttaburrasaurus de "Walking
with Dinosaurs".
Clip de Walking with Dinosaurs, propiedad de la BBC
No obstante, la vocalización por boca cerrada no es la
única posibilidad que se tiene en cuenta a la hora de considerar la forma en
que se comunicaban los dinosaurios en el Mesozoico. Después de todo, algunos
fósiles de dinosaurios incluyen huesos hioides, los cuales juegan un papel
importante en la vocalización bocal.
Teniendo eso en cuenta, es de considerar que la
laringe de los cocodrilianos no contiene cuerdas vocales y a pesar de eso,
éstos pueden emitir de su boca ronquidos, siseos y lloridos controlando el
flujo de aire en sus sacos aéreos.
Video suministado por Nicole M.
Pero
no son los únicos. Cabe resaltar que no todas las aves poseen una siringe y sin
embargo, cuando abren el pico, pueden llegar a ser muy ruidosas. Este es el
caso de los buitres. Éstos, a pesar de carecer de siringe, no son para nada
mudos y no necesariamente practican la vocalización por boca cerrada, sino que
de la misma manera que los cocodrilianos, pueden controlar el flujo de aire en
sus sacos aéreos para emitir una variedad de graznidos y siseos.
Video suministado por Love Knysna
Así que, ¿cómo
sonaban los dinosaurios?
Pues los dinosaurios pudieron haber empleado
diversos tipos de vocalizaciones por boca cerrada o bien, es posible que
hubiesen emitido sonidos que sólo requirieran flujo de aire en lugar de cuerdas
vocales, consistiendo mayormente en ronquidos, lloridos o siseos de forma
similar a los cocodrilianos, graznidos como los de los buitres o incluso, una
combinación de ambos. Un buen ejemplo en el que se puede apreciar a un
dinosaurio emitiendo este tipo de vocalizaciones es en las pruebas de efectos
sonoros del Tyrannosaurus del videojuego "Saurian".
Video suministado por los desarrolladores de Saurian
Por otra parte, también está la posibilidad de que el
saco clavicular visto en el Aerosteón sustentara la presencia de un órgano
similar a la siringe de las aves que no necesariamente funcionaría igual a
ésta. Después de todo, el que esta estructura no sugiera la presencia de una
siringe aviana no significa que no pueda estar relacionada con otro mecanismo
de vocalización que simplemente desconocemos. De igual modo, es posible que los
dinosaurios no avianos poseyeran algún otro tipo de órgano fónico que no
requiriera cuerdas vocales o la función que juega el saco clavicular en muchas
aves. Después de todo, si las aves pudieron desarrollar su propio sistema de
vocalización, ¿quién sabe si los demás dinosaurios no avianos desarrollaron el
suyo? De hecho, ¿quién sabe si las diversas ramas del linaje Dinosauria
desarrollaron su propio órgano fónico de forma independiente a medida que
evolucionaban? Por otro lado, otra posibilidad que tampoco hay que descartar es
que la laringe de los dinosaurios no avianos fuese más sofisticada o que
incluso contuviera cuerdas vocales (después de todo, éstas están presentes y
han evolucionado de forma independiente en varios grupos de amniotas) y les
permitiera producir un mayor rango de vocalizaciones, pasando eventualmente a
ser una característica vestigial. El problema con estas líneas de pensamiento,
sin embargo, es que no hay suficientes pruebas ni material que sustente que
alguno de éstos haya sido el caso, razón por la que enfrentan mucha oposición y
de momento, entran en el territorio de lo poco probable.
En resumen, es cierto que contrario a lo que suelen
mostrar los medios, los dinosaurios probablemente no rugían, pero eso no
necesariamente los privaba de otras formas y vías de vocalización. Simplemente,
no sabemos con certeza en qué consistían esas vocalizaciones y a falta de
pruebas directas, sólo podemos deducir y especular.
Tratando este blog principalmente sobre dinosaurios, ¿qué mejor forma de empezar que conocer qué es un dinosaurio y qué no? Pero antes de comenzar, quisiera aclarar que en esta entrada
pretendo definir lo que científicamente se considera un dinosaurio de una forma
resumida y simplificada. Al hacerlo, sin embargo, omito términos clave y me
arriesgo a presentar información incompleta e imprecisa. No obstante, mi
objetivo es que la información aquí provista sea sencilla de entender para el
público general y que el lector logre captar y comprender la idea principal, lo
que espero sea más fácil con el uso de las imágenes provistas. Dicho esto,
comencemos.
Todos conocemos a los dinosaurios, esos seres que alguna
vez rondaron por nuestro planeta y hoy, dominan nuestra imaginación. Pero, ¿qué
es exactamente un dinosaurio?
Arte de Haruo Takino
Para algunos, un dinosaurio es un tipo de animal con
características reptilianas que habitó el planeta durante lo que se conoce como
la era Mesozoica, desde hace 225 millones a 66 millones de años. Para otros, es
un tipo de reptil extinto capaz de desplazarse con patas erguidas. Para otros,
un dinosaurio es un grupo de animales extinto hace 66 millones de años que
evolucionó de reptiles primitivos en una amplia diversidad de especies. Si bien
todas estas premisas tienen algo de cierto, cada una tiene sus errores y
ninguna logra dar con una definición acertada de lo que es un dinosaurio según
la ciencia.
Es por esto que es común el error de pensar que los
dinosaurios están completamente extintos o que criaturas como el Pteranodon, el
Dimetrodon, el Plesiosaurus, el Ichthyosaurus y el Mosasaurus son dinosaurios,
cuando la evidencia indica lo contrario. Y es aquí que donde la pregunta del
título cobra importancia.
Pteranodon
Arte de Mark Witton
Dimetrodon
Arte de Raúl Martín
Plesiosaurus
Arte de Mineo Shiraishi
Ichthyosaurus
Arte de John Sibbick
Mosasaurus
Arte de Vlad Konstantinov
La palabra "dinosaurio" ha sido definida de
múltiples maneras desde que fue usada por primera vez en 1842 por Sir Richard
Owen. Etimológicamente, la palabra "dinosaurio" se deriva de los
vocablos griegos "deinos" (que significa 'terrible') y "sauros" (que significa
'lagarto'), lo que se traduce como "lagarto terrible". Esta
definición etimológica, sin embargo y por muchas razones, no es la más
apropiada para describir al grupo. Los conocimientos adquiridos con los
descubrimientos más recientes han llevado a reanalizar el término y a definirlo
a partir del estudio de su evolución y de la ciencia de la clasificación de los
animales. De modo que si bien las características físicas de estos seres juegan
un papel importante en su identificación, éstas no son la mejor herramienta
para responder a esta pregunta. Con eso dicho, los científicos definen
"dinosaurio" como el grupo constituido por el ancestro común del Megalosaurus
y el Iguanodon y todos sus descendientes. Esta definición puede parecer
compleja y al mismo tiempo, muy simplificada, pero en esencia lo que quiere
decir es que los dinosaurios son un linaje de animales que evolucionó de un
mismo organismo (que para los efectos, sería el primer dinosaurio) y se
ramificó a medida que evolucionaba, llevando a que el grupo fuese tan diverso
como lo conocemos hoy. De modo que todo aquello que no descienda de ese
organismo hipotético, no es un dinosaurio.
Megalosaurus
Arte de Raúl Martín
Iguanodon
Arte de Todd Marshall
En este caso, la definición toma como ejemplo a
Megalosaurus e Iguanodon porque son "representantes" de las dos
grandes ramas principales que componen el grupo: Saurischia (grupo al que
pertenece Megalosaurus) y Ornithischia (grupo al que pertenece Iguanodon).
Dichos grupos presentan particularidades anatómicas únicas, siendo
especialmente apreciables en la forma de las caderas. Los saurisquios presentan
caderas similares a las de los lagartos, mientras que las de los ornitisquios
son más parecidas a las de las aves. Estas características los distinguen como
dinosaurios y lo más sorprendente es que algunas de las especies más antiguas y
primitivas muestran rasgos tanto de dinosaurios saurisquios como de ornitisquios,
indicando que ambos grupos descienden de un mismo ancestro que presentaba estas
características combinadas antes de que el linaje se separara en Saurischia y
Ornithischia. Al descender de este ancestro común, los integrantes de ambos
grupos conforman un grupo más amplio y este es el grupo que conocemos como "Dinosauria",
el cual, como ya se mencionó, está conformado por dicho ancestro común y todos
sus descendientes. De modo que cualquier animal que presente las
características mencionadas probablemente es descendiente de ese hipotético ancestro
común y sería por consiguiente, un dinosaurio.
Cladograma de Dinosauria de S. H. Morgan
Tal es el caso de las aves. Así es, los canarios y
pericos que adoptamos como mascotas, los pollos que comemos en el almuerzo y
las palomas que ensucian nuestros vehículos mientras conducimos son
dinosaurios, al igual que el famoso Tyrannosaurus rex, el Triceratops y el
Velociraptor. De hecho, algunos expertos definen "dinosaurio" como 'el
grupo constituido por el Triceratops y las aves modernas, su ancestro común y
todos sus descendientes'. Y es que las aves, como lo comprueban múltiples
estudios, descienden del grupo de dinosaurios saurisquios llamado
"Theropoda", el cual contiene a todos los dinosaurios carnívoros. Y
como ya mencionamos, "dinosaurio" es todo aquel descendiente del
organismo que dio origen al grupo, por lo que más que estar emparentadas con
los dinosaurios, las aves forman parte de su linaje. En otras palabras, las
aves modernas también son dinosaurios, por lo que éstos en realidad no están
extintos en su totalidad.
El Serinus canaria, un dinosaurio viviente
Imagen tomada de soloanimales.com
Este no es el caso de otras criaturas que algunos suelen llamar "dinosaurios", como los ya mencionados Pteranodon, Dimetrodon, Plesiosaurus, Ichthyosaurus y Mosasaurus. En el caso del Pteranodon y sus parientes, se trata de un linaje emparentado con los dinosaurios llamado "Pterosauria" (pterosaurios), el cual evolucionó simultáneamente con los dinosaurios a partir de un organismo perteneciente a un grupo más amplio llamado "Archosauria" (arcosaurios), grupo que también incluye a los ya mencionados dinosaurios y a los cocodrilos. De hecho, el primer dinosaurio probablemente evolucionó de un arcosaurio que vivió antes de que el linaje se dividiera en Pterosauria y Dinosauria.
Cladograma de Archosauria editado de http://paleocave.sciencesortof.com/2013/06/why-are-birds-dinosaurs/
Con el Dimetrodon ocurre lo mismo, pero su caso es aún
más estremecedor, ya que se trata de una criatura mucho más antigua que pertenece a un grupo evolutivo muy lejano al de los
dinosaurios llamado "Synapsida" (sinápsidos), el cual incluye a los mamíferos,
con los que el Dimetrodon está más estrechamente emparentado. Los arcosaurios,
como los dinosaurios y los pterosaurios, pertenecen a una rama separada de
Synapsida, conocida como "Sauropsida" (saurópsidos), que es el grupo
al que erróneamente solemos referirnos como "reptiles" y que en conjunto
con "Synapsida" conforma el grupo "Amniota".
Cladograma de Amniota tomado de Wikipedia
Esto nos lleva al caso del Plesiosaurus, el
Ichthyosaurus, el Mosasaurus y otras criaturas marinas similares de la Era
Mesozoica. Cada uno de estos animales pertenece a grupos distintos del grupo
Sauropsida. El Plesiosaurus y sus parientes pertenecen a un grupo llamado
"Sauroptegrygia", el Ichtyosaurus y sus relativos son parte de un
grupo llamado "Ichtyoptegrygia" y el famoso Mosasaurus y su linaje
pertenecen a un grupo conocido como "Squamata", el cual incluye
también a los lagartos y las serpientes. Cada uno de estos grupos forma parte
del linaje de los saurópsidos, pero están separados de "Archosauria",
por lo que estos animales no están del todo emparentados con los dinosaurios.
Cladograma de Sauropsida editado de www.biozoona.wordpress.com
Así que ya sabemos qué es y qué no es un dinosaurio y que
lo que hace de un dinosaurio un dinosaurio, más que en la apariencia, está en
las venas. Lo irónico, sin embargo, es que en la mayoría de los casos, esto sólo
puede determinarse a partir de restos
fosilizados que no suelen incluir material genético. No obstante, dichos restos
tienden a ofrecer pistas sobre la morfología de estos animales que a su vez
conducen a pistas sobre su evolución. Y es de encontrar y estudiar esas pistas
de lo que se encargan los paleontólogos a la hora de identificar un animal
prehistórico, como lo sería un dinosaurio.
Fuentes:
1.Libro "Dinosaurs: The Most Complete, Up-to-Date Encyclopedia for Dinosaur
Lovers of All Ages." de
Thomas Holtz.
2.Libro
"The Princeton Field Guide to
Dinosaurs" de Gregory S. Paul