31 de diciembre de 2023

Las 5 Dinoticias más Relevantes del 2023

Así como el 2022, el 2023 fue un año poco activo en el blog, pero como de costumbre, estamos aquí para cerrarlo con algunos de los descubrimientos más impactantes que se realizaron durante el mismo en cuanto al estudio de la vida mesozoica. Este listado, claro está, no comprende todos los hallazgos que se realizaron durante el año, sino un resumen de los que, en la humilde opinión del autor, destacan por sus implicaciones o simplemente, por su impacto. De modo que, en ese aspecto, el siguiente listado es bastante subjetivo y selectivo y no pretende desprestigiar otros hallazgos paleontológicos importantes realizados durante el año. Con esto dicho, comencemos.

1. Ankylosaurian Idol

"Pinny Barnes" canta a gritos en el horizonte
Gif extraído de la miniserie "Dinotopia", de Hallmark Entertainment
Fondo originario del video "Big Enough", lanzado por Terrible Records

Hace unos años publiqué una entrada titulada ¿Cómo sonaban los dinosaurios?, la cual recopila de una manera un tanto concisa lo que se sabía hasta entonces sobre la capacidad de los dinosaurios de vocalizar de acuerdo a lo observado en el registro fósil y a lo que se ve actualmente en el mundo natural, con la mayoría de las pruebas apuntando a que los dinosaurios probablemente habrían emitido sonidos similares a los siseos y ronquidos de los cocodrilianos, a los graznidos de los buitres o a los bufidos que emiten los avestruces con su boca cerrada debido a la poca evidencia que sugiriera que éstos contaban con un órgano fónico complejo como el de la mayoría de las aves y mamíferos de hoy. El pasado 15 de febrero se publicó un estudio bajo la autoría de Junki Yoshida y un equipo del Museo de la Universidad de Hokkaido que insta a actualizar esa conclusión. En esta nueva investigación, Yoshida y su equipo examinan una laringe fosilizada encontrada en el ejemplar IGM100/3186 del anquilosáurido asiático, Pinacosaurus grangeri. Esto de por sí es un hallazgo extraordinario, ya que dicho órgano suele ser cartilaginoso y por consiguiente, es muy difícil que se fosilice. No obstante, pese a que el fósil fue descubierto en 2005 e investigaciones previas ya habían sido realizadas sobre su función en la respiración, el estudio de Yoshida y su equipo constituye el primer esfuerzo realizado a fin de estudiar exhaustivamente esta estructura y analizar su rol en la vocalización del animal. Los autores observaron que, como en la mayoría de los reptiles, la laringe del Pinacosaurus está compuesta por huesos cricoides y aritenoides, pero éstos estaban más estructurados como la siringe de las aves, siendo más extensos y contando con articulaciones para músculos que pudieron haberlos manipulado a fin de modificar el flujo de aire a través de la garganta, permitiendo al dinosaurio emitir una variedad de sonidos. En adición, al comparar esta estructura con las de saurópsidos modernos, los investigadores descubrieron que los aritenoides del Pinacosaurus eran proporcionalmente más grandes, lo que sugiere que el animal probablemente era capaz de emitir sonidos muy fuertes. En pocas palabras, se podría decir que la laringe del Pinacosaurus parece tratarse de una especie de precursor de la siringe de las aves. Teniendo esto en consideración, el equipo, aunque no descarta la posibilidad de que esta estructura fuese una convergencia especializada de los anquilosaurios, propone que este hallazgo es un fuerte indicio de que esta estructura (o al menos, una similar) debió evolucionar antes del origen de las aves, linaje en el que eventualmente daría lugar a la siringe. Dado que las aves descienden del linaje de los saurisquios y los anquilosaurios como el Pinacosaurus son parte del linaje de los ornitisquios, es razonable teorizar que esta condición haya surgido antes de la separación de ambos grupos, lo que implicaría que sería más común en el amplio árbol filogenético de los dinosaurios. Cabe aclarar, sin embargo, que aunque esto presenta un argumento plausible para fundamentar la teoría de que los dinosaurios podían emitir determinados sonidos, dichos sonidos habrían sido más comparables a las vocalizaciones de las aves que a los rugidos y bramidos de los mamíferos que suelen usarse como base para los efectos sonoros en muchos medios audiovisuales.

2. ¡Abuela, qué garras tan grandes tienes!
    Son sólo para exhibición, cariño.

Un Therizinosaurus exhibiendo sus garras
Arte de Luis Rey

El pasado 16 de febrero un equipo internacional de paleontólogos de la Universidad de Bristol y el Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Beijing, encabezado por Zichuan Qin, publicó un estudio en la revista Nature sobre las funciones y usos de las unguales manuales (los huesos de las garras de las extremidades delanteras) de un par de grupos de terópodos maniraptores con adaptaciones distintivas en estos huesos: los alvarezsáuridos y los terizinosáuridos. El equipo de Zichuan desarrolló un enfoque computacional mediante el cual, se realizaron modelos tridimensionales de las garras de los dinosaurios a partir de tomografías computarizadas. Estos modelos posteriormente fueron puestos a prueba en cuanto a su resistencia al estrés y tensión a la hora de realizar ciertas funciones biomecánicas con relación a lo observado en las garras de animales modernos que realizan dichas funciones. En este caso, tirar, perforar y cavar. Los resultados parecen indicar que los alvarezsaurios y los terizinosaurios siguieron prácticamente, caminos evolutivos opuestos, especialmente en lo que respecta al uso de sus garras. A medida que evolucionaban, los alvaresáuridos parecían ir desarrollando brazos cada vez más cortos dotados de una sola, pero prominente y ancha garra funcional en forma de garfio que, de acuerdo a la investigación, era apta para cavar, pudiendo resistir el estrés necesario para realizar dicha acción. Esto refuerza la teoría de que estos dinosaurios se especializaban en excavar montículos y escondrijos de hormigas y otros insectos subterráneos para alimentarse de ellos. Por otra parte, los terizinosaurios iban desarrollando garras cada vez más largas, pero consecuentemente, menos resistentes al estrés. Los miembros menos derivados del grupo, como el Beipiaosaurus del Cretácico temprano, muestran una resistencia al estrés tolerable en sus unguales manuales a la hora de analizar funciones como tirar de una rama para alcanzarla, pero el Therizinosaurus del Cretácico superior no lo hace. El estudio indica que las alargadas unguales manuales del Therizinosaurus muestran muy poca resistencia al estrés y la tención en todas las funciones analizadas, lo que sugiere que sus garras eran muy frágiles y se romperían con relativa facilidad al momento de realizar las mismas, llevando a los investigadores a concluir que éstas probablemente habrían sido empleadas, más que nada, para propósitos de exhibición. Es decir, como un instrumento visual para ahuyentar rivales o depredadores potenciales o bien, para atraer pareja, de una manera no muy distinta a cómo las iguanas se valen de su saco gular.

3. Abuela, ¿dónde están tus dientes?
    Detrás de mis labios, cariño… ¡Para comerte mejor!

Un Tyrannosaurus con "labios" de varano
Arte de Allan Palmer

Una de las entradas más populares del blog ha sido esta, que se centra en el debate de si los dinosaurios tenían o no un integumento oral a manera de labios. La misma termina en una nota abierta, pues ambos extremos del debate parecían estar más o menos emparejados, pero el pasado 30 de marzo, se publicó por primera vez un estudio exhaustivo sobre esta temática, el cual parece inclinar la balanza a favor de la presencia de este tipo de integumento. Los autores de esta investigación, encabezada por Thomas M. Cullen, no sólo recogen los argumentos que sustentan una cobertura de tejido oral (como la presencia de forámenes nutricios y una capa de esmalte dental relativamente fina), sino que también estudiaron la estructura y los patrones de desgaste en los dientes, así como las características mandibulares de varios reptiles con y sin labios, incluyendo varanos, iguanas, tatuaras y caimanes en un amplio análisis de anatomía comparativa y una vez recopilados estos datos, fueron aplicados a los fósiles de terópodos y de cocodrilomorfos basales. Los resultados apuntan a que los dientes y la anatomía de la boca de los terópodos era mucho más parecida a la de los varanos que a la de los cocodrilos. Al igual que los varanos, no sólo los dinosaurios, sino también algunos cocodrilomorfos primitivos, como el Hesperosuchus presentan un cráneo menos rugoso que el de los cocodrilos modernos, pero con forámenes nutricios que sugieren puntos de inserción de tejido oral que a su vez proveería un espacio hermético en el que se acomodarían los dientes con la boca cerrada, a lo que se suma que los tres grupos presentan una dentadura alineada verticalmente, lo que sugiere una barrera integumentaria que los condicionaba a crecer de esta forma. El hecho de que estas características se aprecian no sólo en dinosaurios, sino también en cocodrilomorfos basales sustenta que esta era la condición ancestral de los arcosaurios y que el arreglo bucal que vemos en los cocodrilos actuales es una especialización que evolucionó más tarde en su linaje. Por otra parte, están los hallazgos relativos a la preservación de los dientes. Los autores analizaron un diente de Daspletosaurus cuya histología sugiere que no fue reemplazado por más de 500 días, pero que aun así conservó gran parte de su fina cubierta de esmalte, lo que sugiere que el mismo se mantuvo hidratado mientras estuvo en la boca del animal y entra en conflicto con lo que se ve en los dientes de los cocodrilos, los cuales tienden a dañarse más fácilmente cuando son usados debido en parte a su más deficiente hidratación por la falta de labios que contengan saliva para lubricarlos, razón por la que deben ser reemplazados con mayor regularidad. Por último, los investigadores realizaron modelos computadorizados para probar cómo funcionaría el cierre de la boca de los terópodos si éstos carecieran de tejido extraoral. Los modelos indicaron que, dada la forma de su cráneo, las mandíbulas se tendrían que aplastar entre sí o la mandíbula inferior tendría que desarticularse de su coyuntura para sellar la boca por completo, siendo escenarios muy poco plausibles. Viendo estos patrones, los autores concluyen que los terópodos contaban con tejido extraoral similar al de los varanos actuales que mantenía su dentadura cubierta, protegida y lubricada, especialmente mientras la boca permanecía cerrada.

4. ¿Qué miras? No. En serio, ¿qué miras?

Un Utahraptor y su cría observan un objeto de interés desde el mismo ángulo
Arte de Wingedwolf94 de ArtSatation

Para los seres humanos, adoptar la posición de sus congéneres para ver lo que observan desde su perspectiva puede parecer tan natural que puede resultar sorprendente el hecho de que este comportamiento es poco común en la naturaleza. Esta conducta, denominada “toma de perspectiva visual” es muy útil para animales gregarios a la hora de identificar objetos de interés común, como una presa o una amenaza potencial, pudiendo marcar una diferencia significativa a la hora de sobrevivir. Sin embargo, sólo se ha identificado en algunos grupos animales diversos, como los caninos, las aves, los primates y algunos reptiles. No obstante, el pasado 19 de mayo se publicó una investigación realizada por un equipo de la Universidad de Lund en Suecia, encabezado por Claudia Zeiträg, que insta a añadir a los dinosaurios no avianos a la lista. Los autores realizaron una serie de experimentos con algunos arcosaurios modernos en cautiverio en los que se les incitaba a mirar en una dirección en particular para evaluar su capacidad de seguir la mirada de otros individuos de su misma especie, incluso a través de barreras. Los participantes consistían en caimanes y aves del grupo de los paleognatos (el cual incluye a las aves más primitivas existentes, como los avestruces, los kiwis y los ñandúes). Durante los experimentos, los caimanes no demostraron tomar la perspectiva visual de sus compañeros, aunque sí seguían la mirada de éstos hacia un punto visible. Las aves, por otra parte, demostraron una clara toma de perspectiva visual al navegar con éxito las barreras para ver lo que observaba su compañero desde su punto de vista. Comparando la neuroanatomía de los paleognatos actuales con la de dinosaurios no avianos, los investigadores notaron numerosas similitudes, lo que los llevó a concluir que la toma de perspectiva visual debió originarse en el linaje de los dinosaurios antes de que evolucionaran las aves, aunque es probable que los primeros dinosaurios no asumieran este comportamiento debido a que su configuración neuroanatómica era más similar a la de los cocodrilomorfos, cuya neuroanatomía se ha mantenido prácticamente inalterada por más de 200 millones de años. Esto a su vez implicaría que la toma de perspectiva visual surgió en los dinosaurios antes que en los mamíferos, en los que evolucionó de manera convergente en linajes distintos originados durante el Cenozoico.

5. Abriendo el telón a nuevos personajes

Como en años anteriores, la quinta “dinoticia” de este año no consistirá en una noticia en particular, sino en una recopilación de noticias sobre algunas de las nuevas especies descritas este año. Curiosamente, este año no tenemos dinosaurios en este listado, pero no por eso estas criaturas dejan de resaltar por sus implicaciones para la paleontología. Dicho esto, conozcámoslas.

Balaenognathus maeuseri, un nuevo pterosaurio filtrador

Arte de Hyrotrioskjan de Deviantart

Comenzamos con Balaenognathus maeuseri, un pterosaurio ctenocasmátido, del cual se recuperó un esqueleto bastante bien preservado en la formación Torleite de Alemania, datando del Jurásico superior. Éste fue descrito el pasado 21 de enero por un equipo encabezado por David M. Martill. La razón por la que resalta el Balaenognathus es porque ofrece una nueva mina de información sobre los ctenocasmátidos con adaptaciones para la alimentación por filtración. Aunque no es el primero descubierto con este tipo de adaptaciones, su configuración bucal es bastante distintiva. Éste presenta un pico curvado hacia arriba y en forma de cuchara que probablemente utilizaba para canalizar el agua y, en adición, estaba repleto de dientes bastante derechos y alineados verticalmente que habrían servido para filtrar el exceso de líquido, dejando a la presa atrapada en su boca. Algunos de los dientes presentan un gancho en el extremo, algo nunca antes visto en un pterosaurio y que sus descriptores deducen que habrían funcionado como anzuelos para atrapar pequeños crustáceos, de modo que no se escabulleran entre la dentadura. Las características vistas en el Balaenognathus nos dan pistas sobre cómo la evolución de los ctenocasmátidos se ramificaba, dando origen a nuevas formas con especializaciones distintas y aptas para explotar diferentes nichos ecológicos, brindándonos una idea de lo realmente diversos que eran estos poco convencionales pterosaurios.

El ictiosaurio más antiguo conocido

Arte de Esther van Hulsen

Durante años, los paleontólogos han pensado que los ictiosaurios (reptiles marinos que desarrollaron forma de pez) evolucionaron a principios del Triásico, pues los fósiles más antiguos de estos animales encontrados hasta ahora datan de alrededor de 248 millones de años, siendo poco posteriores a la gran extinción pérmica, ocurrida hace casi 252 millones de años. Esto condujo a la teoría de que los ancestros de este exitoso grupo se vieron obligados a trasladarse al agua tras el evento de extinción en busca de mejores oportunidades de sobrevivir. Sin embargo, un nuevo descubrimiento publicado en la revista Current Biology el pasado 13 de marzo por un equipo encabezado por Benjamin P. Kear insta a revisar esa teoría. Se trata de 11 vértebras recuperadas en el valle de Flower de la isla Spitsbergen, al norte de Noruega, cuyas rocas datan de alrededor de 250 millones de años. Estos fósiles no fueron asignados a un género y especie nombrado, pero presentan la inconfundible forma de vértebras de ictiosaurio. Lo más intrigante para los paleontólogos, sin embargo, es que las vértebras se asemejan más a las de ictiosaurios derivados que a las de miembros basales del grupo, lo que se traduce en que parecían pertenecer a un animal que ya estaba completamente adaptado a la vida en el océano. Esto implica que los ictiosaurios se habían diversificado y adaptado al mar mucho antes de lo previamente pensado y teniendo en cuenta la escala temporal estimada para la transición evolutiva de animales terrestres a criaturas acuáticas, los autores concluyen que lo más probable es que los ictiosaurios hayan tenido un origen pre-mesozoico, habiendo evolucionado en el Pérmico y sobrevivido al evento de extinción en lugar de haber surgido tras el mismo.

Mambachiton fiandohana: Un avemetatarsaliano basal

Arte de Matt Celeskey

Es sabido que los arcosaurios se dividen en dos grandes grupos: los pseudosuquios, que incluyen el linaje que condujo a los cocodrilianos modernos, y los avemetatarsalianos, que incluyen a los ornitodiros (el linaje que condujo a los dinosaurios y pterosaurios) y a los afanosaurios, como el Teleocrater. Sin embargo, es poco el material fósil que se ha podido recuperar de los miembros más basales de ambas ramas. El pasado 25 de julio, sin embargo, un equipo internacional de paleontólogos encabezado por Sterling J. Nesbitt describió lo que parece tratarse del avemetatarsaliano más basal conocido hasta la fecha. El material descrito consiste en huesos postcraneales de un par de ejemplares que fueron excavados entre 1997 y 2003 en la formación Makay de Madagascar. La nueva especie se trata de un animal de no más de 2 metros de largo y recibió el nombre de Mambachiton fiandohana, que significa: “armadura de cocodrilo” en alusión a osteodermos que fueron recuperados entre el material, lo que indica que los avemetatarsalianos eran ancestralmente blindados, atributo que perderían con la evolución, pero que volverían a recuperar de manera independiente en varios linajes derivados. Con esto, el Mambachiton apenas empieza a rellenar algunos agujeros en la historia evolutiva de los ornitodiros, pero seguramente será objeto de futuras investigaciones que ayudarán a seguir esclareciéndola.

Megapterygius wakayamaensis: Un mosasaurio que se creeía ictiosaurio

Diagrama por Takumi

Durante mucho tiempo se pensó que los anteriormente mencionados ictiosaurios fueron los reptiles que se adaptaron más eficazmente a la vida marina al emular anatómicamente a los peces luego de que sus ancestros retornaron al agua. De ahí su nombre (ictiosaurio significa: “lagarto pez”). No obstante, ahora sabemos que no fueron los únicos. El pasado 11 de diciembre se publicó la descripción de un esqueleto bastante bien preservado de un mosasaurio de alrededor de 6 metros de largo, encontrado en la formación Toyajo de Wakayama, Japón. De hecho, el fósil se trata del mosasaurio más completo y mejor conservado encontrado en Japón hasta la fecha y fue descubierto en 2006 por Akihiro Misaki, quien participó en el estudio descriptivo recientemente publicado, el cual fue encabezado por Takuya Konishi. La extraordinaria preservación del material permitió identificar características poco usuales entre los fósiles de mosasaurio encontrados hasta ahora, lo que supuso un reto a la hora de clasificarlo. Por ejemplo, sus aletas traseras parecen ser más largas que las delanteras, las cuales a su vez son más largas que su cráneo. De ahí que le dieran el nombre: Megapterygius wakayamaensis, que significa: “Gran alado de Wakayama”. Los autores teorizan que las grandes aletas delanteras podrían haber ayudado al animal a realizar maniobras rápidas, mientras que las aún mayores aletas traseras podrían haber sido útiles para generar propulsión vertical a fin de ayudarlo a sumergirse o a salir a la superficie rápidamente. Adicionalmente, las espinas neurales de sus vértebras dorsales presentan un cambio de orientación repentino tras lo que sería su centro de gravedad, característica también apreciable en los actuales delfínidos, donde corresponde a la base de su aleta dorsal. Teniendo esto en cuenta, los autores hipotetizan que el Megapterygius pudo haber tenido una aleta dorsal similar a la vista en los ictiosaurios y los delfínidos modernos, la cual pudo haberle proporcionado estabilidad mientras se movía bajo el agua. De ser correcta esta hipótesis, sería la primera vez que se identifica tal característica en un mosasaurio. Con todo esto, el Megapterygius parece contar con rasgos propios de los ictiosaurios, pero no deja de presentar características distintivas de los mosasaurios, tales como la típica forma y proporciones del cráneo de éstos, aparte de que comparte sinapomorfías con varios miembros de la subfamilia de los mosasaurinos, lo que llevó a los investigadores a clasificarlo dentro de ésta. De modo que lo observado en el Megapterygius parece sugerir que el grupo estaba diversificándose en formas cada vez más hidrodinámicas, como lo hicieron los ictiosaurios en una época anterior.

Habiendo culminado con el resumen de noticias del año, quisiera disculparme por el largo silencio que ha habido en el blog últimamente. Me gustaría cambiar esa situación, pero me temo que no estoy en posición de prometer que así será. En su lugar, aviso que el blog permanecerá inactivo por un tiempo indeterminado. Esto no necesariamente significa que esta será la última entrada que verán en él (después de todo, aún tengo algunas ideas para entradas que me gustaría publicar en un futuro), pero en vista a la poca dedicación que le he podido dar durante el último par de años, creo que lo más sensato es suspender la actividad hasta que pueda invertir el tiempo que me gustaría en “el rincón de un dinofriki”. De modo que, por el momento, no digo adiós, sino hasta luego.

Fuentes:

  1. https://phys.org/news/2023-02-larynx-fossil-dinosaur-capable-bird-like.html
  2. https://www.nature.com/articles/s42003-023-04513-x#Sec9
  3. https://phys.org/news/2023-02-dinosaurs-claws-display.html
  4. https://www.nature.com/articles/s42003-023-04552-4
  5. https://phys.org/news/2023-05-dinosaurs-perspectives.html
  6. https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.adf0405
  7. https://www.sciencetimes.com/articles/44138/20230604/visual-perspective-taking-originated-dinosaurs-long-before-evolved-mammals-study.htm
  8. https://markwitton-com.blogspot.com/2023/03/new-paper-fresh-evidence-and-novel.html?m=1
  9. https://phys.org/news/2023-03-predatory-dinosaurs-rex-sported-lizard-like.html
  10. https://www.sciencealert.com/tyrannosaurus-rex-had-lips-like-a-lizard-scientists-reveal
  11. https://link.springer.com/article/10.1007/s12542-022-00644-4
  12. https://www.sci.news/paleontology/balaenognathus-maeuseri-11586.html
  13. https://doi.org/10.1016/j.cub.2022.12.053
  14. https://www.europapress.es/ciencia/ruinas-y-fosiles/noticia-fosiles-ictiosario-alejan-origen-reptiles-marinos-20230313183211.html
  15. https://academic.oup.com/zoolinnean/article/199/2/327/7231066?login=false
  16. https://www.sci.news/paleontology/mambachiton-fiandohana-12130.html
  17. https://www.sci.news/paleontology/megapterygius-wakayamaensis-12526.html
  18. https://www.uc.edu/news/articles/2023/12/uc-paleontologist-describes-wakayama-blue-dragon-that-ruled-prehistoric-waters-off-japan.html

20 de mayo de 2023

El “Ubirajara” finalmente vuelve a casa

En diciembre de 2020 se publicó un estudio describiendo los fósiles de un pequeño terópodo retenidos en las colecciones del Museo Estatal de Historia Natural de Karlsruhe en Alemania. El terópodo en cuestión, conocido por un esqueleto parcial que incluye varias vértebras y costillas del cuello y el lomo y casi todos los huesos del brazo izquierdo, así como una capa de protoplumas bastante bien preservadas, fue nombrado “Ubirajara jubatus”, que significa: “Señor de la lanza melenudo” en alusión a una serie de filamentos notablemente extensos y rígidos que parecen extenderse desde el área de los hombros.

Izquierda: Fósil de "Ubirajara". Fotografía por Felipe L. Pinheiro
Derecha: Reconstrucción artística de "Ubirajara". Arte de Pavel Galvan

Sin embargo, la historia de este descubrimiento es un tanto nebulosa. Los fósiles de este pequeño dinosaurio fueron originalmente descubiertos en Brasil (lo que lo convierte en el primer dinosaurio no aviano con integumento filamentoso encontrado en Suramérica), antes de haber sido importados a Alemania en 1995. No obstante, es de tener en cuenta que la exportación de fósiles, en conjunto con la falta de participación de paleontólogos nativos en artículos científicos sobre material extraído en el suelo del país, constituye una violación a las leyes brasileñas sobre el manejo de sus recursos paleontológicos. Dado que el estudio del “Ubirajara” incumple con estas indicaciones, su publicación ha sido objeto de polémica.

Los autores del artículo alegaban tener un permiso otorgado por un funcionario del Departamento de Producción Mineral de Brasil para la exportación de los fósiles, pero el mismo, tras que no es específico en cuanto al material exportado, se concedió sin seguir los debidos procesos legales, haciéndolo inválido. Por lo tanto, la importación de este material a Alemania se realizó de manera ilegal. En adición, las acciones de los publicadores y del personal del Museo Estatal de Historia Natural de Karlsruhe se han considerado como un acto de colonialismo paleontológico, práctica en la que profesionales de la paleontología de naciones económicamente poderosas se apropian de fósiles encontrados en países de menor ingreso sin dar a los científicos nativos de éstos la oportunidad de estudiarlos. Esto ha hecho de este caso uno de los más abordados por sus implicaciones éticas.

Como consecuencia, en septiembre de 2021, el estudio fue permanentemente retirado de la revista científica Cretaceous Research, donde fue publicado y el nombre “Ubirajara jubatus” pasó a ser informal y actualmente, no tiene significado nomenclatural (por eso el uso de las comillas). No obstante, la controversia no paró ahí. Desde que la naturaleza de los fósiles salió a la luz, múltiples entidades han solicitado que éstos sean regresados a Brasil, donde puedan ser conservados y estudiados de manera legítima.

Finalmente, en julio de 2022, el estado alemán de Baden-Württemberg, donde se encuentra el museo de Karlsruhe, declaró que los fósiles serían devueltos a Brasil y el actual mes de mayo de 2023, se anunció que la devolución se haría al Museo Nacional de Río de Janeiro en junio de este mismo año, el cual está en proceso de reconstrucción tras haber sufrido un incendio en 2018 y espera el material del "Ubirajara" como parte de su nueva colección.

Sin embargo, la historia no termina ahí. Se ha alegado que los fósiles del "Ubirajara" no fueron los únicos ilegalmente expatriados y actualmente se está catalogando más material en el Museo Estatal de Historia Natural de Karlsruhe con intenciones de devolverlo a Brasil.

Tal parece que este caso no sólo tendrá un final feliz para la comunidad científica brasileña, sino que también pasará a la historia como un importante punto de referencia a la hora de aplicar una práctica ética en el campo de la paleontología.

Fuentes:

  1. https://www.nationalgeographic.com/science/article/unique-spear-lord-dinosaur-to-be-returned-to-brazil
  2. https://www.nature.com/articles/d41586-023-01603-y
  3. https://www.science.org/content/article/maned-dinosaur-fossil-will-head-back-to-brazil-after-controversy-over-import-to-germany

2 de abril de 2023

Dinosan (Dinosaur Sanctuary): Un "Jurassic Park" más realista

Con las producciones audiovisuales sobre dinosaurios recobrando fuerza en el mundo mediático, la comunidad dinofriki en internet ha estado bastante activa en cuanto a la cobertura y seguimiento de varios de estos nuevos proyectos y, aunque como aficionado de los dinosaurios, es bueno ver que éstos están ganando auge en la cultura popular, otros medios de entretenimiento tematizados en criaturas prehistóricas en formatos más tradicionales parecen haber sido eclipsados y no han recibido tanta atención. Tal es el caso de un manga recientemente publicado llamado "Dinosaur Sanctuary" (Santuario de Dinosaurios), usualmente abreviado como "Dinosan", del cual no he visto que se hable mucho pese a ser un trabajo bastante notable en términos de su representación poco convencional de los dinosaurios, por lo que me gustaría aprovechar para hacer de él el enfoque de la entrada de hoy.

© Itaru Kinoshita y Shinchosha Publishing Co.

Dinosan es una serie de manga escrita y diseñada por Itaru Kinoshita y publicada por Shinchosha Publishing Co. como parte de la revista Comic Bunch. Hasta la fecha, se han publicado tres volúmenes (aunque sólo dos han sido traducidos para el público occidental hasta la fecha de publicación de esta entrada). El primero de éstos salió al mercado en 2021 y se espera el cuarto para septiembre de 2023. Como es típico en manga, el formato de lectura es oriental (de derecha a izquierda) y la mayoría de los diseños son en blanco y negro.

La premisa del manga consiste en el descubrimiento de una isla que alberga un "mundo perdido", donde varias especies de edad mesozoica han logrado sobrevivir por millones de años. La existencia de dicha isla es hecha pública en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, al mismo tiempo que empezaba a popularizarse la preservación de la vida silvestre. Es por esto que se implementan planes de conservación para las pocas especies remanentes de dinosaurios no avianos y, mediante los avances en bioingeniería, se empieza asimismo a "resucitar" especies extintas a través de la clonación, gracias al acceso a material genético de sus parientes cercanos. Así, se abrieron reservas zoológicas para albergar a los dinosaurios y educar a las personas sobre ellos. La preservación y exhibición de dinosaurios parecía ser un negocio en auge hasta que un trágico incidente con una Allosaurus en la pequeña reserva de Enoshima Dinoland en Japón lo cambió todo. Curiosamente, luego de 15 años, la reserva de Enoshima Dinoland es una de las pocas que permanecen abiertas, aunque experimenta dificultades para mantenerse a flote. Es en esta realidad donde nuestra protagonista, Suma Suzume, comienza su aventura como la nueva cuidadora de dinosaurios del parque con la meta de reavivar el interés del público, algo para lo que su carisma y su ferviente pasión, apreciación y respeto por estos animales le será de gran ayuda.

Entusiasta de los dinosaurios desde su niñez, Kinoshita ha expresado que su idea para Dinosan surgió cuando, tras ver Jurassic Park, quiso explorar más a fondo el concepto de la crianza y manutención de dinosaurios en un zoológico especializado en éstos, deseo que a su vez fue influenciado por su participación en actividades agrícolas en la granja de su familia. De este modo, el manga se centra principalmente en el día a día de Suzume como cuidadora y en las diferentes situaciones que vive con los dinosaurios del parque de una manera no muy distinta a cómo se las apañan los cuidadores de zoológico del mundo real con los animales modernos, ocasionalmente mostrándonos varios eventos desde la perspectiva de otro personaje, sea otro empleado de Enoshima Dinoland o bien, un visitante, adoptando así una narrativa estilo "Slice of Life". En el apartado de los protagonistas, Dinosan cuenta con personajes bastante arquetípicos dentro del formato del manga y el anime, como la novata idealista, el veterano misterioso, la figura de hermana mayor, el jefe de buen corazón, etc. y, como es de esperarse del género “Slice of Life”, no hay antagonistas propiamente dichos, aunque eso, desde luego, no hace que prescinda de conflicto y trama. El formato de la serie es principalmente episódico, con cada capítulo centrándose en Suzume y/o alguno de sus compañeros de trabajo lidiando con una situación que involucra a uno o varios individuos de una misma especie de dinosaurio, aunque no por eso carece de una historia lineal.

Conceptualmente, Dinosan parece una especie de “puente” entre Prehistoric Park y Jurassic Park. Como Prehistoric Park, se enfatiza la conservación y manutención de los dinosaurios en estos santuarios especializados, así como la educación del público sobre estas criaturas. Asimismo, como en Jurassic Park, se explora la idea de exhibirlas al público a fin de generar ingresos monetarios que permitan no sólo mantener el negocio en marcha, sino también ampliarlo (con muy poco de la parte donde los dinosaurios escapan y empiezan a corretear a todo el mundo). Esto permite denotar de manera sublime el dilema dicotomómico de los zoológicos. Si bien, por un lado, se enfatiza el bienestar de los animales y la preservación de las especies ahí albergadas, no se pasa por alto que esto se hace a costa de la inviabilidad de poder liberar a estas criaturas en su hábitat natural mientras se comercializa su cautiverio a fin de poder obtener los fondos necesarios para continuar y ampliar los esfuerzos de conservación.

Pese a tratarse de un manga de ficción, Dinosan también se puede considerar un trabajo de índole educativa. Además de presentar una visión de los dinosaurios como los animales de carne y hueso que eran, el manga, en varias ocasiones y de diversas maneras, informa al público sobre ellos y lo exhorta a respetarlos y apreciarlos como seres vivientes no muy distintos a nosotros en ese aspecto en lugar de partir de ideales y nociones popularizadas o de crear expectativas sobre cómo actuarían sin una base cognitiva sólida, cosa que consigue de manera sublime y sin por eso privar a la narrativa de su constitutivo drama. En cada capítulo, los personajes deben aplicar conocimientos sobre la biología de los dinosaurios para atender su situación lo mejor posible y, en la mayoría de los casos, estos conocimientos derivan de datos paleontológicos reales o bien, de especulación fundamentada en la observación de animales modernos (en su mayor parte, extrapolada de arcosaurios actualmente vivos, como las aves y los cocodrilianos). En adición a eso, al final de cada capítulo, se presenta un comentario del asesor científico sobre la plausibilidad de lo transcurrido en la trama.

Hablando de la asesoría, ésta está en manos del Dr. Shinichi Fujiwara, paleontólogo y profesor en la Universidad de Nagoya y cabe mencionar que el equipo de diseño se la toma tan en serio que no sólo le proporciona al Dr. Fujiwara un espacio para sus notas al final de cada capítulo, sino que también lo acredita en la portada como parte del proceso creativo, algo que se refleja, más que nada, en las viñetas del manga, pues los dinosaurios están diseñados de una manera bastante creíble y consistente con los conocimientos paleontológicos adquiridos gracias a algunas de las investigaciones más recientes. Esto no sólo se hace notar en el diseño de los dinosaurios, sino también en lo que respecta a su comportamiento y a su biología.

Dr. Shinichi Fujiwara, paleontólogo asesor de Dinosan
© anilist.co

Teniendo eso en cuenta, de más está decir que Dinosan no es la típica aventura de ciencia-ficción donde los dinosaurios son monstruos que atacan sin reserva a todo aquel que se les cruce en frente. De hecho, en la mayoría de los casos, se podría decir que se representa a los dinosaurios más mansos de lo que uno esperaría en realidad, aunque es de considerar que se trata de animales criados en cautiverio y bajo cuidado constante por parte de seres humanos, por lo que dicha representación no parece tan descabellada cuando se pone en contexto. Desde luego, no por eso hay falta de incidentes violentos (aunque están lejos de ser el foco de la trama) ni de una sensación de riesgo al momento en que a alguno de los personajes humanos le toca interactuar con los dinosaurios directamente y regularmente se les suele ver tomando estrictas medidas de precaución en dichas circunstancias, con lo que, pese a lo mencionado anteriormente, se denota que los dinosaurios no dejan de tratarse como animales impredecibles. De hecho, cabe mencionar que pese a que, en general, Dinosan tiene un tono agradable que le permite ser disfrutado por todos, algunas viñetas son bastante explícitas en el apartado de violencia y contenido de sangre y podrían resultar perturbadoras para algunos lectores; sobre todo, si son de menor edad.

Dicho esto, aunque Dinosan tiene un evidente enfoque educativo y el trabajo de asesoría se hace notar, no por eso es del todo intachable. Sin embargo, cabe resaltar que en la mayoría de los casos, se trata de asuntos sobre los que no hay un consenso unánime en la comunidad paleontológica, como por ejemplo, el tratamiento del Troodon como un género válido. En esa misma línea, cabe también mencionar la toma de algunas libertades creativas como el concepto de cuernos anillados en el Triceratops de una manera similar a los de los antílopes, algo puramente especulativo que se ha explorado ya en el mundo del paleoarte y que, aunque no tiene mucho respaldo científico, no necesariamente es implausible. Con eso dicho, estos deslices bien podrían considerarse detalles menores y no por eso hacen la obra menos didáctica.

Una pareja de trodóntidos identificados en el manga como miembros del género "Troodon" pese a que la validez de éste actualmente está puesta en duda.
© Itaru Kinoshita y Shinchosha Publishing Co.

Ya entrando en lo personal, aunque el estilo de la serie se siente un poco simple en comparación con mangas más ambiciosos, he de decir que me ha encantado Dinosan y que me parece muy bien lograda en cuanto a lo que pretende conseguir: aprovechar y avivar el interés del público no sólo por los dinosaurios y la vida prehistórica, sino también por la vida en general. Pese a tratarse de un “Slice of Life” didáctico, diría que la serie está lejos de ser monótona y aburrida. Todo lo contrario, de hecho. Opino que la variedad de situaciones exploradas en los diversos capítulos y la forma en que la narrativa se vale de información paleontológica contribuyen a mantener al lector interesado y tienen gran potencial para llevarlo a desear ver qué más va a pasar. Como entusiasta de la paleontología, de más está decir que me quito el sombrero ante la dedicación del equipo de diseño en cuanto a la precisión científica y al elemento didáctico, aparte de que ver cómo los conocimientos paleontológicos son aplicados en las situaciones que enfrentan los personajes resulta gratificante y lleva a uno a intentar visualizar estos escenarios en el mundo real, cumpliendo así su función como obra de ciencia-ficción. Mis únicas críticas en este apartado son que la representación más amansada de los dinosaurios puede crear falsas impresiones (aunque como mencioné anteriormente, esto se justifica por tratarse de animales criados en cautiverio) y que la premisa de “mundo perdido” se siente poco creíble no sólo por carecer de explicación, sino porque se encamina por la línea de que las especies de dinosaurios ahí encontradas se mantuvieron inalteradas y no evolucionaron desde el Mesozoico (sin embargo, dado que no es el enfoque de la serie, se le puede dejar pasar), aparte de algunos detalles que considero que pudieron trabajarse mejor, como el caso de los Troodon mencionado más arriba (tal vez, habría sido más plausible identificarlos como Stenonychosaurus). Por lo demás, la recomiendo a todo aquel a quien le interese la paleontología y el aspecto científico de los dinosaurios. Aunque la serie puede ser disfrutada por público de todas las edades, sugeriría a los padres que le echen un vistazo por su cuenta (especialmente, al segundo volumen) antes de leerla junto a los más pequeñines.

Con todo eso dicho, la serie traducida al español está disponible a la venta aquí.

31 de diciembre de 2022

Las 5 Dinoticias más Relevantes del 2022

El 2022 está llegando a su fin y de más está decir que ha sido el año menos activo del blog hasta ahora. Desafortunadamente, no puedo prometer que eso cambiará en el 2023, pues actualmente estoy atendiendo otras prioridades. Así que quizá, no pueda actualizar el blog tan seguidamente como antes. Sin embargo, procuraré publicar alguna que otra entrada de manera ocasional. Mientras tanto, como es mi costumbre, cerremos este año con un resumen de las noticias que más me cautivaron este año en lo que respecta a la investigación de la vida mesozoica, no sin antes mencionar como siempre que no por eso se le resta mérito a otros importantes descubrimientos realizados durante el 2022 que simplemente, no puedo cubrir aquí por cuestiones de tiempo. Con eso dicho, comencemos.

1. Tesoros macabros del sitio Tanis

El sitio Tanis es un yacimiento fosilífero al sur del estado de North Dakota, EE.UU, perteneciente a la formación Hell Creek, el cual se caracteriza por presentar signos de una gran inundación ocurrida durante la etapa maastrichtiense del Cretácico tardío. Desde su descubrimiento en 2008, este lugar nos ha provisto de fósiles de animales marinos y dulceacuícolas, así como de dinosaurios y pterosaurios, cuyos restos fueron depositados en relativa cercanía unos de otros, probablemente por las grandes oleadas ocurridas durante el evento de inundación. Varios de estos fósiles están muy bien preservados y algunos incluso conservan restos de piel. A esta colección se suma una pata “momificada” de tescelosáurido recuperada el pasado mes de abril, siendo el primer fósil de este tipo de dinosaurio en el que se encuentran restos de piel. La pata muestra indicios de haber sido desgarrada, pero no hay señales patológicas que sugieran que fue arrancada por un depredador o carroñero, tales como marcas de mordida o huesos faltantes, ni tampoco hay signos de desgaste producidos por alguna enfermedad, lo que fortalece la hipótesis de que fue separada del resto del cuerpo y sepultada de manera instantánea a causa de las violentas marejadas. Pese a que Tanis no es el único sitio con este tipo de propiedades, algunos paleontólogos teorizan que, en este caso, los indicios de inundación reflejados en sus rocas podrían representar pruebas de un tsunami causado por el impacto del meteorito que produjo lo que hoy es el cráter Chicxulub en la península de Yucatán hace 66 millones de años, por lo que los fósiles encontrados aquí podrían contener pistas directamente asociadas al evento K-Pg, lo que podría ayudarnos a comprender mejor cómo se desenlazó la extinción de los dinosaurios no avianos y otros integrantes importantes de la biosfera mesozoica. Esta teoría es reforzada por la identificación de microtectitas (partículas diminutas de lo que probablemente fueron escombros lanzados a la atmósfera y reingresados a la Tierra como resultado del impacto del meteorito) en la zona con una composición química semejante a la de la litología del sitio del impacto, algunas de las cuales han sido encontradas entre las branquias de peces fosilizados preservados en posiciones indicativas de sofocación, sugiriendo que murieron al respirar estas partículas cuando éstas reingresaron a la Tierra tras el impacto. Los paleontólogos Robert DePalma y Phil Manning, quienes reportaron el descubrimiento, indican que los fósiles del tescelosaurio y de los peces provienen de la misma capa estratigráfica, lo que incrementaría la probabilidad de que este dinosaurio hubiese sido una víctima directa del impacto del asteroide. No obstante, hay quien sugiere la posibilidad de que el tescelosaurio y otros organismos fosilizados encontrados en el lugar hubiesen muerto antes del impacto, con sus cuerpos habiendo sido exhumados, arrastrados y enterrados nuevamente por las marejadas. Independientemente de cuál haya sido el caso, es sumamente raro encontrar fósiles con tal nivel de preservación, por lo que este descubrimiento no deja de ser significativo, pudiendo revelarnos información importante sobre cómo era este dinosaurio en vida y sobre cómo murió. Aparte de la pata de tescelosaurio, también se reportó el hallazgo de un huevo de pterosaurio (probablemente, azdárquido) con un embrión fosilizado en su interior que parece sugerir que éstos nacían de huevos de cáscara blanda, llevando a la hipótesis de que las madres enterraban los huevos en sedimento blando. Estos descubrimientos aún no han sido formalmente detallados y publicados en una revista científica, pero los paleontólogos a cargo del mismo aseguran que dicha gestión está en proceso.

El bloque de piedra que contiene la pata "momificada" de tescelosaurio
Crédito de la fotografía: BBC

2. ¿Sangre caliente o sangre fría? ¿Por qué no las dos?

Uno de los mayores misterios que ha intrigado a la humanidad sobre los dinosaurios es si éstos eran endotérmicos (de sangre caliente) como las aves o ectotérmicos (de sangre fría) como los cocodrilos y otros reptiles. Es decir, si su tasa metabólica le permitía retener calor y mantener una temperatura corporal estable o si eran más dependientes de factores ambientales para ello. Varios estudios realizados previamente a partir de análisis químicos de los huesos fosilizados han arrojado resultados diferentes, con los modelos pareciendo favorecer la endotermia y la mesotermia (un punto intermedio entre la ectotermia y la endotermia). No obstante, es de notar que varios de estos métodos se basan en el estudio de rastros isotópicos que pudieron haber sido alterados durante la fosilización en medidas desconocidas. El pasado mes de mayo fue publicado un estudio por parte de un equipo internacional de paleontólogos encabezado por Jasmina Wiemann que plantea un nuevo método consistente en analizar los residuos moleculares en los huesos surgidos como subproducto de los procesos metabólicos, los cuales son más estables e insolubles en agua, por lo que es más probable que se conserven durante la fosilización. De esta forma, los investigadores analizaron huesos de 55 grupos diferentes de animales tanto vivos como extintos, comparando la cantidad de subproductos moleculares asociados a la respiración con las tasas metabólicas de los animales modernos y utilizando esos datos para inferir las de los grupos extintos. Los resultados sugieren que los dinosaurios son ancestralmente endotérmicos y que los saurisquios mantuvieron esa adaptación durante su historia evolutiva, aunque los ornitisquios parecieron inclinarse hacia la ectotermia a medida que evolucionaban y se diversificaban. Esto sugiere que los primeros dinosaurios, los terópodos y los grandes saurópodos debían tener un estilo de vida activo y habrían requerido comer con determinada frecuencia para mantener sus funciones corporales, mientras que los ornitisquios, gracias a su metabolismo más lento, habrían podido permitirse un estilo de vida menos activo y mayores períodos sin alimento, aunque habrían sido más dependientes de la temperatura ambiental para la termorregulación. El estudio también abarca a los pterosaurios y plesiosaurios, con los resultados indicando que ambos grupos estaban conformados por animales endotérmicos. De hecho, según la investigación, tal parece que la endotermia es la condición ancestral de los ornitodiros (el grupo de arcosaurios del que derivan los dinosaurios y pterosaurios). Este aspecto de su biología probablemente fue clave para su éxito, especialmente cuando se tiene en cuenta aspectos como el que se discute en la próxima noticia.

Dos terópodos coelurosaurianos (un tiranosáurido y un ave) resaltan en una imagen infrarroja gracias a su condición endotérmica
Arte de Brian Engh

3. Un Ascenso Frío

La extinción del Triásico-Jurásico hace alrededor de 202 millones de años fue un lapso en el que los grupos de arcosaurios terrestres dominantes hasta entonces, tales como los rauisuquios, se extinguieron, lo que le dio a los dinosaurios la oportunidad de escalar y ocupar su lugar en la cadena alimentaria. Sin embargo, es uno de los eventos transicionales más misteriosos y desconocidos en lo que respecta a nuestra comprensión del Mesozoico y se sabe muy poco sobre las causas de tal suceso, aunque se han encontrado pruebas de que hubo una intensa actividad volcánica a nivel global en ese período, probablemente producida por la ruptura del supercontinente Pangea, por lo que algunos expertos asocian la extinción con este evento. El pasado 1 de julio se publicó un estudio realizado por un equipo encabezado por Paul Olsen que parece respaldar esa línea teórica. El estudio consiste en el análisis de huellas fosilizadas de dinosaurio excavadas en el desierto de la cuenca Junggar al noroeste de China junto con fragmentos inusuales de roca que solo podrían haber sido depositados por hielo. Según Olsen y sus colaboradores, tal parece que los dinosaurios estaban adaptándose a climas más fríos que otros arcosaurios eran incapaces de tolerar. Esto les dio una ventaja durante las fases más violentas de vulcanismo, en las que enormes cantidades de azufre habrían sido arrojadas a la atmósfera, superando los niveles de gases de efecto invernadero y desviando la luz solar en el proceso, causando repetidos y duraderos inviernos volcánicos en todo el mundo. Esto probablemente creó condiciones que la mayoría de los reptiles ectotérmicos no pudo resistir, pero sí los dinosaurios que ya estaban adaptados al frío, algo que probablemente fue gracias, en parte, al desarrollo de una capa aislante de plumaje en algunos de ellos y a su potencial endotermia ancestral.

Arte de Larry Felder

4. Los ornitisquios silesaurianos contraatacan

En 2020 se publicó un estudio encabezado por Rodrigo Müller y Mauricio García, cuyos resultados parecen sacudir el árbol filogenético de los dinosaurios ornitisquios como lo conocemos, pero que explicarían por qué resulta tan difícil identificar fósiles de edad triásica que puedan referirse de manera innegable a este grupo. Los autores plantean la hipótesis de que los silesáuridos (un linaje de dinosauriformes que, hasta entonces, estaba separado de Dinosauria) conformaban un grupo parafilético (es decir, que excluye a varios de sus descendientes, como se hace con las aves cuando se habla de los reptiles) de ornitisquios basales. Este año, David B. Norman publicó un estudio junto a Müller, García y su exalumno, Matthew Baron, famoso por su hipótesis del linaje ornitoscélido (según la cual, los terópodos y los ornitisquios son grupos hermanos dentro de un conjunto mayor llamado Ornithoscelida). Este estudio consecutivo parece respaldar la hipótesis de que los silesaurios son ornitisquios basales al poner a prueba el análisis filogenético propuesto por Müller y García con la adición de especies anteriormente no consideradas. En vista a esto, los autores proponen la designación de un par de clados para redefinir al grupo Ornithischia, separándolo en Parapredentata, que incluiría a los linajes del grupo más basales y de edad triásica (lo que inicialmente era el grupo parafilético de los silesaurios) y Prionodontia, que incluiría a lo que tradicionalmente hemos conocido como ornitisquios, los cuales parecen haberse originado en el Jurásico. Aunque de momento siguen siendo de carácter hipotético, las conclusiones de investigaciones como esta contribuyen a llenar lagunas en nuestro entendimiento sobre la evolución de los primeros dinosaurios.

Crédito de la imagen: Norman et al., 2022

5. Pequeños revolucionarios

Pachagnathus benitoi y Yelaphomte pradeori: Los 1ros pterosaurios triásicos del hemisferio sur

El pasado mes de marzo se publicó el hallazgo de restos óseos de pterosaurio encontrados en la formación Quebrada del Barro, al noroeste de Argentina. Las rocas de esta formación datan del triásico superior, por lo que estos fósiles consisten en los primeros huesos inequívocos de pterosaurio de edad triásica encontrados no sólo en Sudamérica, sino en todo el hemisferio sur. Por si fuera poco, los restos parecen representar no uno, sino dos taxones distintos, ambos pertenecientes a la familia de los raeticodactílidos. Pese a estar estrechamente emparentados, es notable una marcada diferencia de tamaño entre ambos ejemplares y dado que, en ambos casos, la osteología sugiere que se trataba de animales maduros al momento de su muerte, es muy poco probable que representen etapas ontogénicas distintas de un mismo taxón. De esta forma, se nombraron dos especies. La de mayor tamaño fue llamada Pachagnathus benitoi y sus restos consisten en una mandíbula parcial sin el extremo anterior, la cual conserva un diente del lado izquierdo y las raíces de tres dientes del lado derecho, mientras que la de menor tamaño recibió el nombre de Yelaphomte praderioi y sus restos consisten en un cráneo parcial con la parte anterior de ambos maxilares y la parte posterior de ambos premaxilares. Hallazgos como este sugieren que los pterosaurios se diversificaron y se expandieron en un punto bastante temprano de su historia evolutiva, siendo esto probablemente una de las claves de su éxito.

 

Un trío de Pachagnathus sobrevuela el paisaje de la Argentina triásica mientras un Yelaphomte los observa alertamente desde un tronco cercano.
Arte de Jorge Blanco

 Jakapil kanikukura: Un eslabón perdido en el árbol filogenético de los tieróforos

Es sabido que los tieróforos (los notorios dinosaurios herbívoros con osteodermos sofisticados, tales como los estegosáuridos y los ankylosáuridos) evolucionaron de ornitisquios pequeños que probablemente asumían una postura bípeda. Sin embargo, a medida que se fueron diversificando empezaron a desarrollar cuerpos más grandes y macizos que parecían restringirse a una postura cuadrúpeda para soportar eficazmente su peso, con sus ancestros bípedos de pequeño tamaño aparentando haber llegado al final de su historia evolutiva en algún punto del Jurasíco medio hasta que un descubrimiento sin precedentes, publicado el pasado 11 de agosto, demostró lo contrario. Entra el Jakapil kanikukura: un tieróforo encontrado en la formación Candeleros de Argentina, cuyas rocas datan de la etapa cenomaniana del Cretácico. El único ejemplar reportado consiste en un esqueleto bastante fragmentario descrito por un equipo encabezado por Facundo J. Riguetti e incluye una mandíbula inferior completa, algunas vértebras y costillas, partes de algunos huesos de las extremidades y varios osteodermos. Sin embargo, dicho material es suficiente para denotar que, pese a su edad geológica, este dinosaurio presenta características que bien pueden asociarse a una etapa transicional entre los tieróforos basales y los más diversificados. Entre éstas, un cuerpo pequeño que, a pesar de todo, está cubierto de osteodermos prominentes y proporcionalmente más grandes que los de tieróforos más primitivos, como Scutellosaurus y Scelidosaurus, siendo más semejantes a los de los ankylosaurios en ese aspecto. Adicionalmente, los restos sugieren que las extremidades traseras eran considerablemente más largas que las delanteras, las cuales parecían ser bastante pequeñas, lo que indica que el Jakapil, probablemente, pertenece a un linaje de tieróforos en el que las patas delanteras se fueron reduciendo con la evolución, propiciando la postura y locomoción bípeda. El descubrimiento de Jakapil tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de la historia evolutiva de los tieróforos, pues muestra que los miembros antiguos del grupo tuvieron una distribución geográfica mucho más amplia de lo que se pensaba, llegando hasta lo que hoy es Sudamérica en un punto relativamente temprano de su evolución, además de indicar que, contrario a lo que se pensaba hasta ahora, los primeros linajes del grupo en divergir no se extinguieron en el Jurásico, habiendo sobrevivido hasta el Cretácico.

Reconstrucción artística del Jakapil en vida
Arte de Daniel LopPer de ArtStation.com

Mbiresaurus raathi: El sauropodomorfo basal más antiguo de África

Los restos de dinosaurio inequívocos más antiguos conocidos datan de poco más de 230 millones de años y han sido encontrados en formaciones de Sudamérica como la del Ischigualasto en Argentina o la de Santa María en Brasil. También se ha reportado el hallazgo de fósiles de sauropodomorfos de edad similar en India. En vista a esto, los paleontólogos llevan un tiempo teorizando que una flora y fauna parecida a la de estos sitios debió haber estado distribuida en regiones intermedias del hemisferio sur, siguiendo “cinturones climáticos” con condiciones similares en lo que entonces era el supercontinente Pangea, siendo lo que hoy es el continente africano una de estas regiones. El pasado 31 de agosto se publicó una investigación que valida dicha teoría con evidencia directa, la cual consiste en la descripción de un sauropodomorfo basal de mediano tamaño, cuyos restos fueron encontrados en la Cuenca del Río Cabora Bassa en Zimbabwe. Las rocas de este lugar datan de aproximadamente, 230 millones de años, teniendo una edad similar a la de las localizadas en Sudamérica e India, lo que convierte a este sauropodomorfo en el más antiguo de África, así como en uno de los más antiguos del mundo. Por si eso fuera poco, el material recuperado consiste en un esqueleto bastante completo, lo cual es inusual en fósiles de esta edad. Gracias a esto, se puede tener una idea bastante precisa de su anatomía, la cual refuerza la teoría de que los sauropodomorfos eran ancestralmente bípedos. El equipo de investigación encargado de este descubrimiento fue encabezado por Christopher Griffin, quien le dio al sauropodomorfo el nombre de Mbiresaurus raathi y en su publicación, menciona además la recuperación de restos de lo que probablemente es un herresasáurido (lo que de corroborarse, también lo convertiría en el primero de su tipo descubierto en África), así como de cinodontes, aetosaurios y rincosaurios que esperan ser descritos formalmente, aunque desde ya sugieren una paleofauna semejante a la del Ischigualasto y a la de la formación Santa María. Este hallazgo es importante por su potencial para despertar el interés de continuar investigando este yacimiento tan poco conocido, lo que puede contribuir a ampliar nuestro entendimiento sobre los inicios del reinado de los dinosaurios.  

Reconstrucción artística del Mbiresaurus en el Zimbabwe triásico junto con otros integrantes de su ecosistema en el fondo
Arte de Andrey Atuchin

Referencias:

  1. https://svs.gsfc.nasa.gov/14140
  2. https://www.bbc.com/news/science-environment-61013740
  3. https://www.smithsonianmag.com/smart-news/paleontologists-find-fossilized-remains-of-a-dinosaur-killed-in-the-mass-extinction-180979912/
  4. https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.abo6342
  5. https://www.sciencedaily.com/releases/2022/07/220701143118.htm
  6. https://www.nature.com/articles/s41586-022-04770-6
  7. https://www.sciencedaily.com/releases/2022/05/220525110846.htm
  8. https://phys.org/news/2022-09-dinosaur-family-tree-bird-hipped-dinosaurs.html
  9. https://academic.oup.com/zoolinnean/advance-article/doi/10.1093/zoolinnean/zlac062/6680019
  10. https://paleonerdish.wordpress.com/2022/03/18/first-triassic-records-of-pterosaurs-in-the-southern-hemisphere/comment-page-1/
  11. https://www.nature.com/articles/s41598-022-15535-6
  12. https://www.livescience.com/new-armored-dinosaur-south-america
  13. https://www.science.org/content/article/i-ve-got-dinosaur-african-find-illuminates-dawn-dinos

7 de mayo de 2022

Las Falsas Certezas de los Documentales de Dinosaurios

Si es un dinofriki como yo, lo más probable es que ya esté enterado del próximo estreno del documental "Prehistoric Planet" el próximo 23 de mayo en Apple TV+ y que haya visto los videos lanzados como parte de la campaña publicitaria de esta nueva serie. Dado que otros dinofrikis ya han estando cubriendo el material promocional de la serie en las redes sociales (especialmente, en YouTube), no veo necesidad de simplemente hacer un análisis de dicho material aquí. Sin embargo, en anticipación al estreno de esta serie, sí discutiremos varias cosas que se pueden apreciar en el material publicitario, pero en lugar de centrarnos exclusivamente en ello, hablaremos del formato divulgativo de los documentales tematizados en dinosaurios en general, haciendo énfasis particularmente en la forma en que los mismos transmiten la información paleontológica y su rigurosidad a la hora de diferenciar lo que es un hecho de lo que no necesariamente lo es.

Una familia de Tyrannosaurus nadando en una de las imágenes promocionales de "Prehistoric Planet", una posibilidad sobre la cual, como veremos más adelante, podemos especular sin dejar de dar espacio a un grado razonable de duda.
Imagen de Apple TV+

Y es que, como hemos visto en otras entradas de este blog, tales como las de la serie "Errores en Documentales", no todo lo que vemos en estos medios es totalmente factual y de hecho, rara vez lo es. Esto se debe a varias razones. Una de ellas es que la paleontología, como toda ciencia, es versátil y progresiva, por lo que los conocimientos que podemos obtener de ella bien pueden estar sujetos a revisiones, con nuevos descubrimientos pudiendo reemplazar nociones previas. Por ejemplo, cuando se estrenó "Walking with Dinosaurs" a finales de la década de 1990, ya se sabía que los dromeosaurios, como el Utahraptor estaban emparentados con las aves, pero la idea de que tuviesen plumas no era tan comúnmente aceptada ni siquiera en la comunidad científica, salvo por algunas excepciones, ya que no había evidencia directa que así lo probara (en ese entonces sólo había evidencia indirecta que permitía teorizarlo), razón por la que el Utahraptor fue representado con un cuerpo cubierto de escamas de un modo no muy diferente a la mayoría de los otros dinosaurios vistos en la serie. Hoy sabemos que probablemente todos los dromeosaurios tenían una cobertura de plumaje no muy diferente a la de las aves modernas y que al igual que éstas, dicha familia era ancestralmente emplumada. Adicionalmente, para cuando se produjo la serie, no contábamos con el material fósil de Utaharaptor con el que contamos hoy, por lo que su diseño para el documental estuvo basado en material de algunos de sus parientes más próximos, tales como el Deinonychus, por lo que presenta una complexión más grácil y un cráneo más fino de lo que hoy sabemos que tenía en realidad. De modo que hoy en día, el diseño del Utahraptor y de los demás dromeosaurios de la serie "Walking with Dinosaurs" está desactualizado. Eso sin embargo, no significa que fuese bastante decente para la época en que el documental fue lanzado.

Arriba: Utahraptor como aparece en "Walking with Dinosaurs". Imagen de la BBC
Abajo: Reconstrucción artística del Utahraptor de acuerdo a lo que conocemos hoy. Arte de Frederic Wierum

Por otra parte y posiblemente la razón principal por la que los documentales suelen presentar información que no siempre es factual es debido a que la paleontología con poca frecuencia suele ofrecer respuestas absolutas. Por ejemplo, en 2008 se identificó una espina neural referida a Spinosaurus, la cual evidentemente sufrió una ruptura. Es un hecho que la espina fue dañada, pero las causas sólo se pueden inferir, por lo que ya no caen en la categoría de hechos. En el documental "Planet Dinosaur" de 2011 se hace referencia a este hallazgo y el narrador recita que se ha sugerido que el daño pudo haber sido producido por la mordida de otro dinosaurio carnívoro, mientras la narrativa visual así lo muestra en una secuencia en la que vemos cómo la espina neural es arrancada por un Carcharodontosaurus en una pelea. No obstante, si bien es cierto que se ha sugerido que ese pudo haber sido el caso, de momento no hay forma de probarlo con certeza y hay mucha cabida para la posibilidad de que la vértebra haya sido rota por otras causas. Adicionalmente, aún en el caso de que haya sido arrancada por otro dinosaurio, no necesariamente tuvo que ser en una pelea, como se muestra en el documental, sino que la ruptura bien pudo haber ocurrido cuando el animal ya estaba muerto. Sin embargo, es comprensible que la producción viera más viable inclinarse por la posibilidad que resultara más llamativa y emocionante para el público. Al final del día, en un documental de naturaleza en el que se pretende contar una historia y mantener una narrativa fluida, uniforme y visualmente consistente, la información ha de presentarse de manera factual, ya que de lo contrario, se rompería la estructura narrativa y sería imposible contar una historia lineal, con lo que a su vez, se perdería la ilusión de realismo. Es decir, en este caso, no tendría mucho sentido que el narrador dijera algo como: "Algunos paleontólogos piensan que la espina neural fue arrancada en una pelea contra otro depredador como el Carcharodontosaurus, aunque otros piensan que el daño pudo haber sido ocasionado luego de que el Spinosaurus murió." ni que se muestren ambos escenarios en pantalla, especialmente cuando la narración supuestamente está ocurriendo en el momento en el que transcurre la escena. Y es que en este formato no hay espacio para explorar todas las posibilidades, especialmente cuando una contrasta con otra, por lo que usualmente se termina decantándose por la que los asesores entiendan que es más viable o bien, por la que los ejecutivos consideren más rentable.

Esto nos lleva a la herramienta principal a la que se recurre a la hora de recrear estos escenarios sin dejar de contar una historia lineal cuando la evidencia disponible no es suficiente para ensamblar el rompecabezas completo: la especulación. La especulación juega un papel importante a la hora de reconstruir el mundo prehistórico, ya que ninguno de nosotros estuvo ahí para verlo tal y como era, de modo que siempre es necesario un poco de imaginación para rellenar los huecos que no se pueden llenar con evidencia, especialmente cuando se pretende representarlo a través de medios artísticos, tales como la filmación. En el contexto paleontológico, se suele aplicar la especulación en ámbitos que van más allá de lo que se puede observar o estudiar de manera experimental, como por ejemplo, lo referente al comportamiento de animales extintos. Dado que ningún ser humano pudo presenciar la vida de los dinosaurios en el Mesozoico, no podemos decir con exactitud cómo era su comportamiento, aunque sí podemos hacer conjeturas a partir de lo que observamos en el mundo actual, lo cual se hace con frecuencia, especialmente a la hora de representarlos en medios audiovisuales de carácter didáctico. De hecho, todas las producciones tematizadas en dinosaurios filmadas en un estilo de documental de naturaleza se valen de la especulación para contar las historias que pretenden contar debido a la necesidad de plasmar una imagen lo más completa posible de las circunstancias en las que se desarrollan dichas historias, para lo cual deben rellenar los huecos que no se pueden cubrir con la evidencia paleontológica disponible. De ahí que veamos cómo el Triceratops macho entra en un estado similar al "must", durante el cual su gola cambia de color en "Prehistoric Park", cómo un pterosaurio realiza un viaje migratorio de un continente a otro en "Walking with Dinosaurs" o cómo los saurópodos inflan sacos de aire en su cuello como un mecanismo de comunicación visual en "Prehistoric Planet", por mencionar algunos ejemplos. Ninguno de estos escenarios está basado en evidencia paleontológica y aunque se plasmen de manera gráfica en un medio didáctico para representar un concepto determinado de manera visual, no necesariamente son una representación fiel de la realidad.

Un saurópodo titanosauriano infla sacos aéreos en los costados de la parte inferior de su cuello como un mecanismo de comunicación visual similar al de algunas aves modernas en uno de los avances de "Prehistoric Planet".
Imagen de Apple TV+

Es de tener en consideración sin embargo, que la especulación en este caso no necesariamente actúa como un sinónimo de ficción y no se debe confundir una con la otra. La ficción suele ser simplemente una manifestación de la imaginación humana con poca o ninguna influencia de la realidad, valiéndose por el contrario de la toma de libertades artísticas. Ejemplo de esto es la representación de los pterosaurios agarrando presas potenciales con sus extremidades posteriores como las aves de rapiña modernas, pues su osteología indica que los dedos de sus patas no estaban adaptados para eso y que su cuerpo no estaba diseñado para levantar un peso extra con sus patas, por lo que la idea de pterosaurios cargando a sus presas en sus extremidades posteriores hasta su nido no tiene bases en la realidad, sino que es puramente ficción.

En películas de ficción como las de Jurassic Park se suelen ver pterosaurios agarrando a sus presas con sus extremidades posteriores, algo que es muy poco probable que estos animales pudiesen hacer en realidad.
Imagen de Universal Pictures

Quizá un caso más relevante para este tema es la adjudicación de cualidades o comportamientos humanísticos o caricaturescos a otras especies animales, algo que aunque usualmente es implementado en trabajos puramente de ficción, también lo suele ser ocasionalmente en documentales, siendo un ejemplo bastante notorio la miniserie "Dinosaur Revolution", donde podemos ver por ejemplo, cómo en uno de sus episodios, un pequeño terópodo corre erráticamente de un lado a otro por un breve período tras ser decapitado por una madre Allosaurus debido a que su presunta llamada de apareamiento le impedía a ésta y a sus crías conciliar el sueño. Por supuesto, no es del todo inverosímil que en el mundo natural un organismo sea indirectamente provocado por la actividad de otro, mas esta escena se vale de la prosopopeya para conseguir un efecto identificable y humorístico. Es decir, la producción deliberadamente se tomó algunas libertades artísticas en la filmación de esta escena de una forma que trasciende lo verificable y lo racionalmente plausible no para remediar las limitaciones del conocimiento paleontológico, sino simplemente para generar emociones determinadas en el público, por lo que en cierto sentido, bien se podría considerar ficción.

Clip de "Dinosaur Revolution" en el que se puede apreciar el escenario ficticio arriba descrito.
Video extraído del canal de YouTube de Discovery Channel

Por otra parte, la especulación, a diferencia de la ficción, consiste en la consideración de posibles escenarios que sí son sustentados por uno o varios hechos o precedentes, que en estos casos usualmente se fundamentan en la biología y otras ciencias naturales. En estos casos, la aplicación de comportamientos o cualidades de animales modernos a animales extintos. Un ejemplo de especulación es representar al Tyrannosaurus como un buen padre, como se ve en uno de los clips recientemente publicados de "Prehistoric Planet", en el que escuchamos a David Attenborough narrar que "el T. rex adulto es el depredador más poderoso de la Tierra, pero hoy sólo está siendo un padre", dejando implícito que el Tyrannosaurus macho cuidaba de sus crías, algo que si bien la paleontología no puede decirnos con certeza, no deja de ser posible, pues se trata de un comportamiento que se puede deducir por lo observado en algunas aves actuales, tales como los emúes y los pájaros carpinteros, por lo que no es descabellado inferir que este también pudo haber sido el caso de algunos dinosaurios no avianos. Esto por supuesto no significa que ese definitivamente haya sido el caso, mas no deja de ser una posibilidad. Es de tener en cuenta sin embargo, que la especulación puede aplicarse en diferentes niveles. A veces puede ser rigurosamente consistente con la evidencia directa o indirecta o bien, con lo que se puede observar actualmente en la naturaleza, mientras que otras puede no serlo tanto. Sin ir más lejos, en el mismo clip de "Prehistoric Planet", se puede apreciar que los Tyrannosaurus juveniles están cubiertos por un integumento filamentoso, del cual carece el adulto, sugiriendo la idea de que los miembros de este género nacían con plumaje y lo iban perdiendo a medida que crecían. Tras que no hay forma de probar que este haya sido el caso, en el mundo actual no encontramos una base analógica sobre la cual cimentar esta idea, pues en el caso de las aves, que son el único grupo animal que presenta plumas, lo que suele ocurrir es que los polluelos mudan el tipo de plumaje con el que nacen, reemplazándolo por uno más apto para las actividades que han de realizar en la adultez. Ninguna especie de ave pierde las plumas a medida que crece. No obstante, sí hay casos en los que algunos animales van perdiendo el integumento filamentoso con el que nacen a medida que se desarrollan, tales como los elefantes. Es posible que los productores del documental se hayan basado en éstos a la hora de representar las diferentes etapas ontogénicas del Tyrannosaurus. El problema de recurrir a los elefantes como punto de partida para especular sobre el integumento del Tyrannosaurus es que los mamíferos y los dinosaurios varían demasiado evolutivamente como para hacer tal analogía, además de que biológicamente, el pelo y las plumas no funcionan de la misma manera. Eso no significa que el escenario visto en el clip sea imposible, mas considerando los conocimientos, precedentes y pruebas disponibles a la fecha, parece poco probable.

Un Tyrannosaurus adulto acaricia a su cría en uno de los avances de "Prehistoric Planet".
Imagen de Apple TV+

Independientemente de qué tan plausible sea el nivel de especulación, ésta puede contribuir a la ruptura de esquemas y visiones usualmente popularizadas gracias en gran medida a la ficción. Por ejemplo, la representación del Tyrannosaurus como un padre atento puede contribuir a contrarrestar la concepción de los dinosaurios carnívoros como asesinos desalmados y crear conciencia de que en realidad, eran más complejos de lo que se suele visualizar al mostrar diferentes facetas de su vida (tal y como las tienen también los depredadores de hoy).

Sin embargo, no por eso deja de ser importante tener en cuenta que la especulación no debe aceptarse como una verdad absoluta, pues a fin de cuentas, sigue tratándose simplemente de inferencias y posibilidades y no de hechos, como pueden hacer creer diversos medios como los documentales al crear la ilusión de certeza. Dicho esto, ¿cómo saber diferenciar la especulación de los hechos? Pues el primer paso es ser críticos. A la hora de apreciar un documental o cualquier otro medio de carácter didáctico relacionado a la vida prehistórica, debemos recordar que se trata de una recreación y como tal, no debe interpretarse como un extracto o un reflejo fiel de la realidad. Es de tener en consideración además que el registro fósil con poca frecuencia tiende a ofrecer respuestas precisas sobre la apariencia externa y el comportamiento de especies extintas, por lo que al ver cómo lucen y el modo en el que se comportan estas versiones recreadas, cabe preguntarnos: ¿Cómo se sabe si realmente ese era el caso y qué se sabe en realidad a raíz del material encontrado? Para responder esta pregunta, lo mejor que podemos hacer es investigar y buscar información por cuenta propia, consultando fuentes más directas, como "papers" de investigación, artículos o libros escritos por los expertos e incluso, a los mismos paleontólogos (hoy más accesibles que nunca gracias a las redes sociales). Con eso dicho, desde luego que podemos disfrutar, apreciar y también aprender de los documentales sobre la vida prehistórica, mas no por eso debemos tratarlos como una fuente de información factual y totalmente verídica.

Referencia:
https://palaeos-blog.blogspot.com/2016/02/el-documental-como-fuente-cientifica.html