31 de diciembre de 2022

Las 5 Dinoticias más Relevantes del 2022

El 2022 está llegando a su fin y de más está decir que ha sido el año menos activo del blog hasta ahora. Desafortunadamente, no puedo prometer que eso cambiará en el 2023, pues actualmente estoy atendiendo otras prioridades. Así que quizá, no pueda actualizar el blog tan seguidamente como antes. Sin embargo, procuraré publicar alguna que otra entrada de manera ocasional. Mientras tanto, como es mi costumbre, cerremos este año con un resumen de las noticias que más me cautivaron este año en lo que respecta a la investigación de la vida mesozoica, no sin antes mencionar como siempre que no por eso se le resta mérito a otros importantes descubrimientos realizados durante el 2022 que simplemente, no puedo cubrir aquí por cuestiones de tiempo. Con eso dicho, comencemos.

1. Tesoros macabros del sitio Tanis

El sitio Tanis es un yacimiento fosilífero al sur del estado de North Dakota, EE.UU, perteneciente a la formación Hell Creek, el cual se caracteriza por presentar signos de una gran inundación ocurrida durante la etapa maastrichtiense del Cretácico tardío. Desde su descubrimiento en 2008, este lugar nos ha provisto de fósiles de animales marinos y dulceacuícolas, así como de dinosaurios y pterosaurios, cuyos restos fueron depositados en relativa cercanía unos de otros, probablemente por las grandes oleadas ocurridas durante el evento de inundación. Varios de estos fósiles están muy bien preservados y algunos incluso conservan restos de piel. A esta colección se suma una pata “momificada” de tescelosáurido recuperada el pasado mes de abril, siendo el primer fósil de este tipo de dinosaurio en el que se encuentran restos de piel. La pata muestra indicios de haber sido desgarrada, pero no hay señales patológicas que sugieran que fue arrancada por un depredador o carroñero, tales como marcas de mordida o huesos faltantes, ni tampoco hay signos de desgaste producidos por alguna enfermedad, lo que fortalece la hipótesis de que fue separada del resto del cuerpo y sepultada de manera instantánea a causa de las violentas marejadas. Pese a que Tanis no es el único sitio con este tipo de propiedades, algunos paleontólogos teorizan que, en este caso, los indicios de inundación reflejados en sus rocas podrían representar pruebas de un tsunami causado por el impacto del meteorito que produjo lo que hoy es el cráter Chicxulub en la península de Yucatán hace 66 millones de años, por lo que los fósiles encontrados aquí podrían contener pistas directamente asociadas al evento K-Pg, lo que podría ayudarnos a comprender mejor cómo se desenlazó la extinción de los dinosaurios no avianos y otros integrantes importantes de la biosfera mesozoica. Esta teoría es reforzada por la identificación de microtectitas (partículas diminutas de lo que probablemente fueron escombros lanzados a la atmósfera y reingresados a la Tierra como resultado del impacto del meteorito) en la zona con una composición química semejante a la de la litología del sitio del impacto, algunas de las cuales han sido encontradas entre las branquias de peces fosilizados preservados en posiciones indicativas de sofocación, sugiriendo que murieron al respirar estas partículas cuando éstas reingresaron a la Tierra tras el impacto. Los paleontólogos Robert DePalma y Phil Manning, quienes reportaron el descubrimiento, indican que los fósiles del tescelosaurio y de los peces provienen de la misma capa estratigráfica, lo que incrementaría la probabilidad de que este dinosaurio hubiese sido una víctima directa del impacto del asteroide. No obstante, hay quien sugiere la posibilidad de que el tescelosaurio y otros organismos fosilizados encontrados en el lugar hubiesen muerto antes del impacto, con sus cuerpos habiendo sido exhumados, arrastrados y enterrados nuevamente por las marejadas. Independientemente de cuál haya sido el caso, es sumamente raro encontrar fósiles con tal nivel de preservación, por lo que este descubrimiento no deja de ser significativo, pudiendo revelarnos información importante sobre cómo era este dinosaurio en vida y sobre cómo murió. Aparte de la pata de tescelosaurio, también se reportó el hallazgo de un huevo de pterosaurio (probablemente, azdárquido) con un embrión fosilizado en su interior que parece sugerir que éstos nacían de huevos de cáscara blanda, llevando a la hipótesis de que las madres enterraban los huevos en sedimento blando. Estos descubrimientos aún no han sido formalmente detallados y publicados en una revista científica, pero los paleontólogos a cargo del mismo aseguran que dicha gestión está en proceso.

El bloque de piedra que contiene la pata "momificada" de tescelosaurio
Crédito de la fotografía: BBC

2. ¿Sangre caliente o sangre fría? ¿Por qué no las dos?

Uno de los mayores misterios que ha intrigado a la humanidad sobre los dinosaurios es si éstos eran endotérmicos (de sangre caliente) como las aves o ectotérmicos (de sangre fría) como los cocodrilos y otros reptiles. Es decir, si su tasa metabólica le permitía retener calor y mantener una temperatura corporal estable o si eran más dependientes de factores ambientales para ello. Varios estudios realizados previamente a partir de análisis químicos de los huesos fosilizados han arrojado resultados diferentes, con los modelos pareciendo favorecer la endotermia y la mesotermia (un punto intermedio entre la ectotermia y la endotermia). No obstante, es de notar que varios de estos métodos se basan en el estudio de rastros isotópicos que pudieron haber sido alterados durante la fosilización en medidas desconocidas. El pasado mes de mayo fue publicado un estudio por parte de un equipo internacional de paleontólogos encabezado por Jasmina Wiemann que plantea un nuevo método consistente en analizar los residuos moleculares en los huesos surgidos como subproducto de los procesos metabólicos, los cuales son más estables e insolubles en agua, por lo que es más probable que se conserven durante la fosilización. De esta forma, los investigadores analizaron huesos de 55 grupos diferentes de animales tanto vivos como extintos, comparando la cantidad de subproductos moleculares asociados a la respiración con las tasas metabólicas de los animales modernos y utilizando esos datos para inferir las de los grupos extintos. Los resultados sugieren que los dinosaurios son ancestralmente endotérmicos y que los saurisquios mantuvieron esa adaptación durante su historia evolutiva, aunque los ornitisquios parecieron inclinarse hacia la ectotermia a medida que evolucionaban y se diversificaban. Esto sugiere que los primeros dinosaurios, los terópodos y los grandes saurópodos debían tener un estilo de vida activo y habrían requerido comer con determinada frecuencia para mantener sus funciones corporales, mientras que los ornitisquios, gracias a su metabolismo más lento, habrían podido permitirse un estilo de vida menos activo y mayores períodos sin alimento, aunque habrían sido más dependientes de la temperatura ambiental para la termorregulación. El estudio también abarca a los pterosaurios y plesiosaurios, con los resultados indicando que ambos grupos estaban conformados por animales endotérmicos. De hecho, según la investigación, tal parece que la endotermia es la condición ancestral de los ornitodiros (el grupo de arcosaurios del que derivan los dinosaurios y pterosaurios). Este aspecto de su biología probablemente fue clave para su éxito, especialmente cuando se tiene en cuenta aspectos como el que se discute en la próxima noticia.

Dos terópodos coelurosaurianos (un tiranosáurido y un ave) resaltan en una imagen infrarroja gracias a su condición endotérmica
Arte de Brian Engh

3. Un Ascenso Frío

La extinción del Triásico-Jurásico hace alrededor de 202 millones de años fue un lapso en el que los grupos de arcosaurios terrestres dominantes hasta entonces, tales como los rauisuquios, se extinguieron, lo que le dio a los dinosaurios la oportunidad de escalar y ocupar su lugar en la cadena alimentaria. Sin embargo, es uno de los eventos transicionales más misteriosos y desconocidos en lo que respecta a nuestra comprensión del Mesozoico y se sabe muy poco sobre las causas de tal suceso, aunque se han encontrado pruebas de que hubo una intensa actividad volcánica a nivel global en ese período, probablemente producida por la ruptura del supercontinente Pangea, por lo que algunos expertos asocian la extinción con este evento. El pasado 1 de julio se publicó un estudio realizado por un equipo encabezado por Paul Olsen que parece respaldar esa línea teórica. El estudio consiste en el análisis de huellas fosilizadas de dinosaurio excavadas en el desierto de la cuenca Junggar al noroeste de China junto con fragmentos inusuales de roca que solo podrían haber sido depositados por hielo. Según Olsen y sus colaboradores, tal parece que los dinosaurios estaban adaptándose a climas más fríos que otros arcosaurios eran incapaces de tolerar. Esto les dio una ventaja durante las fases más violentas de vulcanismo, en las que enormes cantidades de azufre habrían sido arrojadas a la atmósfera, superando los niveles de gases de efecto invernadero y desviando la luz solar en el proceso, causando repetidos y duraderos inviernos volcánicos en todo el mundo. Esto probablemente creó condiciones que la mayoría de los reptiles ectotérmicos no pudo resistir, pero sí los dinosaurios que ya estaban adaptados al frío, algo que probablemente fue gracias, en parte, al desarrollo de una capa aislante de plumaje en algunos de ellos y a su potencial endotermia ancestral.

Arte de Larry Felder

4. Los ornitisquios silesaurianos contraatacan

En 2020 se publicó un estudio encabezado por Rodrigo Müller y Mauricio García, cuyos resultados parecen sacudir el árbol filogenético de los dinosaurios ornitisquios como lo conocemos, pero que explicarían por qué resulta tan difícil identificar fósiles de edad triásica que puedan referirse de manera innegable a este grupo. Los autores plantean la hipótesis de que los silesáuridos (un linaje de dinosauriformes que, hasta entonces, estaba separado de Dinosauria) conformaban un grupo parafilético (es decir, que excluye a varios de sus descendientes, como se hace con las aves cuando se habla de los reptiles) de ornitisquios basales. Este año, David B. Norman publicó un estudio junto a Müller, García y su exalumno, Matthew Baron, famoso por su hipótesis del linaje ornitoscélido (según la cual, los terópodos y los ornitisquios son grupos hermanos dentro de un conjunto mayor llamado Ornithoscelida). Este estudio consecutivo parece respaldar la hipótesis de que los silesaurios son ornitisquios basales al poner a prueba el análisis filogenético propuesto por Müller y García con la adición de especies anteriormente no consideradas. En vista a esto, los autores proponen la designación de un par de clados para redefinir al grupo Ornithischia, separándolo en Parapredentata, que incluiría a los linajes del grupo más basales y de edad triásica (lo que inicialmente era el grupo parafilético de los silesaurios) y Prionodontia, que incluiría a lo que tradicionalmente hemos conocido como ornitisquios, los cuales parecen haberse originado en el Jurásico. Aunque de momento siguen siendo de carácter hipotético, las conclusiones de investigaciones como esta contribuyen a llenar lagunas en nuestro entendimiento sobre la evolución de los primeros dinosaurios.

Crédito de la imagen: Norman et al., 2022

5. Pequeños revolucionarios

Pachagnathus benitoi y Yelaphomte pradeori: Los 1ros pterosaurios triásicos del hemisferio sur

El pasado mes de marzo se publicó el hallazgo de restos óseos de pterosaurio encontrados en la formación Quebrada del Barro, al noroeste de Argentina. Las rocas de esta formación datan del triásico superior, por lo que estos fósiles consisten en los primeros huesos inequívocos de pterosaurio de edad triásica encontrados no sólo en Sudamérica, sino en todo el hemisferio sur. Por si fuera poco, los restos parecen representar no uno, sino dos taxones distintos, ambos pertenecientes a la familia de los raeticodactílidos. Pese a estar estrechamente emparentados, es notable una marcada diferencia de tamaño entre ambos ejemplares y dado que, en ambos casos, la osteología sugiere que se trataba de animales maduros al momento de su muerte, es muy poco probable que representen etapas ontogénicas distintas de un mismo taxón. De esta forma, se nombraron dos especies. La de mayor tamaño fue llamada Pachagnathus benitoi y sus restos consisten en una mandíbula parcial sin el extremo anterior, la cual conserva un diente del lado izquierdo y las raíces de tres dientes del lado derecho, mientras que la de menor tamaño recibió el nombre de Yelaphomte praderioi y sus restos consisten en un cráneo parcial con la parte anterior de ambos maxilares y la parte posterior de ambos premaxilares. Hallazgos como este sugieren que los pterosaurios se diversificaron y se expandieron en un punto bastante temprano de su historia evolutiva, siendo esto probablemente una de las claves de su éxito.

 

Un trío de Pachagnathus sobrevuela el paisaje de la Argentina triásica mientras un Yelaphomte los observa alertamente desde un tronco cercano.
Arte de Jorge Blanco

 Jakapil kanikukura: Un eslabón perdido en el árbol filogenético de los tieróforos

Es sabido que los tieróforos (los notorios dinosaurios herbívoros con osteodermos sofisticados, tales como los estegosáuridos y los ankylosáuridos) evolucionaron de ornitisquios pequeños que probablemente asumían una postura bípeda. Sin embargo, a medida que se fueron diversificando empezaron a desarrollar cuerpos más grandes y macizos que parecían restringirse a una postura cuadrúpeda para soportar eficazmente su peso, con sus ancestros bípedos de pequeño tamaño aparentando haber llegado al final de su historia evolutiva en algún punto del Jurasíco medio hasta que un descubrimiento sin precedentes, publicado el pasado 11 de agosto, demostró lo contrario. Entra el Jakapil kanikukura: un tieróforo encontrado en la formación Candeleros de Argentina, cuyas rocas datan de la etapa cenomaniana del Cretácico. El único ejemplar reportado consiste en un esqueleto bastante fragmentario descrito por un equipo encabezado por Facundo J. Riguetti e incluye una mandíbula inferior completa, algunas vértebras y costillas, partes de algunos huesos de las extremidades y varios osteodermos. Sin embargo, dicho material es suficiente para denotar que, pese a su edad geológica, este dinosaurio presenta características que bien pueden asociarse a una etapa transicional entre los tieróforos basales y los más diversificados. Entre éstas, un cuerpo pequeño que, a pesar de todo, está cubierto de osteodermos prominentes y proporcionalmente más grandes que los de tieróforos más primitivos, como Scutellosaurus y Scelidosaurus, siendo más semejantes a los de los ankylosaurios en ese aspecto. Adicionalmente, los restos sugieren que las extremidades traseras eran considerablemente más largas que las delanteras, las cuales parecían ser bastante pequeñas, lo que indica que el Jakapil, probablemente, pertenece a un linaje de tieróforos en el que las patas delanteras se fueron reduciendo con la evolución, propiciando la postura y locomoción bípeda. El descubrimiento de Jakapil tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de la historia evolutiva de los tieróforos, pues muestra que los miembros antiguos del grupo tuvieron una distribución geográfica mucho más amplia de lo que se pensaba, llegando hasta lo que hoy es Sudamérica en un punto relativamente temprano de su evolución, además de indicar que, contrario a lo que se pensaba hasta ahora, los primeros linajes del grupo en divergir no se extinguieron en el Jurásico, habiendo sobrevivido hasta el Cretácico.

Reconstrucción artística del Jakapil en vida
Arte de Daniel LopPer de ArtStation.com

Mbiresaurus raathi: El sauropodomorfo basal más antiguo de África

Los restos de dinosaurio inequívocos más antiguos conocidos datan de poco más de 230 millones de años y han sido encontrados en formaciones de Sudamérica como la del Ischigualasto en Argentina o la de Santa María en Brasil. También se ha reportado el hallazgo de fósiles de sauropodomorfos de edad similar en India. En vista a esto, los paleontólogos llevan un tiempo teorizando que una flora y fauna parecida a la de estos sitios debió haber estado distribuida en regiones intermedias del hemisferio sur, siguiendo “cinturones climáticos” con condiciones similares en lo que entonces era el supercontinente Pangea, siendo lo que hoy es el continente africano una de estas regiones. El pasado 31 de agosto se publicó una investigación que valida dicha teoría con evidencia directa, la cual consiste en la descripción de un sauropodomorfo basal de mediano tamaño, cuyos restos fueron encontrados en la Cuenca del Río Cabora Bassa en Zimbabwe. Las rocas de este lugar datan de aproximadamente, 230 millones de años, teniendo una edad similar a la de las localizadas en Sudamérica e India, lo que convierte a este sauropodomorfo en el más antiguo de África, así como en uno de los más antiguos del mundo. Por si eso fuera poco, el material recuperado consiste en un esqueleto bastante completo, lo cual es inusual en fósiles de esta edad. Gracias a esto, se puede tener una idea bastante precisa de su anatomía, la cual refuerza la teoría de que los sauropodomorfos eran ancestralmente bípedos. El equipo de investigación encargado de este descubrimiento fue encabezado por Christopher Griffin, quien le dio al sauropodomorfo el nombre de Mbiresaurus raathi y en su publicación, menciona además la recuperación de restos de lo que probablemente es un herresasáurido (lo que de corroborarse, también lo convertiría en el primero de su tipo descubierto en África), así como de cinodontes, aetosaurios y rincosaurios que esperan ser descritos formalmente, aunque desde ya sugieren una paleofauna semejante a la del Ischigualasto y a la de la formación Santa María. Este hallazgo es importante por su potencial para despertar el interés de continuar investigando este yacimiento tan poco conocido, lo que puede contribuir a ampliar nuestro entendimiento sobre los inicios del reinado de los dinosaurios.  

Reconstrucción artística del Mbiresaurus en el Zimbabwe triásico junto con otros integrantes de su ecosistema en el fondo
Arte de Andrey Atuchin

Referencias:

  1. https://svs.gsfc.nasa.gov/14140
  2. https://www.bbc.com/news/science-environment-61013740
  3. https://www.smithsonianmag.com/smart-news/paleontologists-find-fossilized-remains-of-a-dinosaur-killed-in-the-mass-extinction-180979912/
  4. https://www.science.org/doi/10.1126/sciadv.abo6342
  5. https://www.sciencedaily.com/releases/2022/07/220701143118.htm
  6. https://www.nature.com/articles/s41586-022-04770-6
  7. https://www.sciencedaily.com/releases/2022/05/220525110846.htm
  8. https://phys.org/news/2022-09-dinosaur-family-tree-bird-hipped-dinosaurs.html
  9. https://academic.oup.com/zoolinnean/advance-article/doi/10.1093/zoolinnean/zlac062/6680019
  10. https://paleonerdish.wordpress.com/2022/03/18/first-triassic-records-of-pterosaurs-in-the-southern-hemisphere/comment-page-1/
  11. https://www.nature.com/articles/s41598-022-15535-6
  12. https://www.livescience.com/new-armored-dinosaur-south-america
  13. https://www.science.org/content/article/i-ve-got-dinosaur-african-find-illuminates-dawn-dinos

7 de mayo de 2022

Las Falsas Certezas de los Documentales de Dinosaurios

Si es un dinofriki como yo, lo más probable es que ya esté enterado del próximo estreno del documental "Prehistoric Planet" el próximo 23 de mayo en Apple TV+ y que haya visto los videos lanzados como parte de la campaña publicitaria de esta nueva serie. Dado que otros dinofrikis ya han estando cubriendo el material promocional de la serie en las redes sociales (especialmente, en YouTube), no veo necesidad de simplemente hacer un análisis de dicho material aquí. Sin embargo, en anticipación al estreno de esta serie, sí discutiremos varias cosas que se pueden apreciar en el material publicitario, pero en lugar de centrarnos exclusivamente en ello, hablaremos del formato divulgativo de los documentales tematizados en dinosaurios en general, haciendo énfasis particularmente en la forma en que los mismos transmiten la información paleontológica y su rigurosidad a la hora de diferenciar lo que es un hecho de lo que no necesariamente lo es.

Una familia de Tyrannosaurus nadando en una de las imágenes promocionales de "Prehistoric Planet", una posibilidad sobre la cual, como veremos más adelante, podemos especular sin dejar de dar espacio a un grado razonable de duda.
Imagen de Apple TV+

Y es que, como hemos visto en otras entradas de este blog, tales como las de la serie "Errores en Documentales", no todo lo que vemos en estos medios es totalmente factual y de hecho, rara vez lo es. Esto se debe a varias razones. Una de ellas es que la paleontología, como toda ciencia, es versátil y progresiva, por lo que los conocimientos que podemos obtener de ella bien pueden estar sujetos a revisiones, con nuevos descubrimientos pudiendo reemplazar nociones previas. Por ejemplo, cuando se estrenó "Walking with Dinosaurs" a finales de la década de 1990, ya se sabía que los dromeosaurios, como el Utahraptor estaban emparentados con las aves, pero la idea de que tuviesen plumas no era tan comúnmente aceptada ni siquiera en la comunidad científica, salvo por algunas excepciones, ya que no había evidencia directa que así lo probara (en ese entonces sólo había evidencia indirecta que permitía teorizarlo), razón por la que el Utahraptor fue representado con un cuerpo cubierto de escamas de un modo no muy diferente a la mayoría de los otros dinosaurios vistos en la serie. Hoy sabemos que probablemente todos los dromeosaurios tenían una cobertura de plumaje no muy diferente a la de las aves modernas y que al igual que éstas, dicha familia era ancestralmente emplumada. Adicionalmente, para cuando se produjo la serie, no contábamos con el material fósil de Utaharaptor con el que contamos hoy, por lo que su diseño para el documental estuvo basado en material de algunos de sus parientes más próximos, tales como el Deinonychus, por lo que presenta una complexión más grácil y un cráneo más fino de lo que hoy sabemos que tenía en realidad. De modo que hoy en día, el diseño del Utahraptor y de los demás dromeosaurios de la serie "Walking with Dinosaurs" está desactualizado. Eso sin embargo, no significa que fuese bastante decente para la época en que el documental fue lanzado.

Arriba: Utahraptor como aparece en "Walking with Dinosaurs". Imagen de la BBC
Abajo: Reconstrucción artística del Utahraptor de acuerdo a lo que conocemos hoy. Arte de Frederic Wierum

Por otra parte y posiblemente la razón principal por la que los documentales suelen presentar información que no siempre es factual es debido a que la paleontología con poca frecuencia suele ofrecer respuestas absolutas. Por ejemplo, en 2008 se identificó una espina neural referida a Spinosaurus, la cual evidentemente sufrió una ruptura. Es un hecho que la espina fue dañada, pero las causas sólo se pueden inferir, por lo que ya no caen en la categoría de hechos. En el documental "Planet Dinosaur" de 2011 se hace referencia a este hallazgo y el narrador recita que se ha sugerido que el daño pudo haber sido producido por la mordida de otro dinosaurio carnívoro, mientras la narrativa visual así lo muestra en una secuencia en la que vemos cómo la espina neural es arrancada por un Carcharodontosaurus en una pelea. No obstante, si bien es cierto que se ha sugerido que ese pudo haber sido el caso, de momento no hay forma de probarlo con certeza y hay mucha cabida para la posibilidad de que la vértebra haya sido rota por otras causas. Adicionalmente, aún en el caso de que haya sido arrancada por otro dinosaurio, no necesariamente tuvo que ser en una pelea, como se muestra en el documental, sino que la ruptura bien pudo haber ocurrido cuando el animal ya estaba muerto. Sin embargo, es comprensible que la producción viera más viable inclinarse por la posibilidad que resultara más llamativa y emocionante para el público. Al final del día, en un documental de naturaleza en el que se pretende contar una historia y mantener una narrativa fluida, uniforme y visualmente consistente, la información ha de presentarse de manera factual, ya que de lo contrario, se rompería la estructura narrativa y sería imposible contar una historia lineal, con lo que a su vez, se perdería la ilusión de realismo. Es decir, en este caso, no tendría mucho sentido que el narrador dijera algo como: "Algunos paleontólogos piensan que la espina neural fue arrancada en una pelea contra otro depredador como el Carcharodontosaurus, aunque otros piensan que el daño pudo haber sido ocasionado luego de que el Spinosaurus murió." ni que se muestren ambos escenarios en pantalla, especialmente cuando la narración supuestamente está ocurriendo en el momento en el que transcurre la escena. Y es que en este formato no hay espacio para explorar todas las posibilidades, especialmente cuando una contrasta con otra, por lo que usualmente se termina decantándose por la que los asesores entiendan que es más viable o bien, por la que los ejecutivos consideren más rentable.

Esto nos lleva a la herramienta principal a la que se recurre a la hora de recrear estos escenarios sin dejar de contar una historia lineal cuando la evidencia disponible no es suficiente para ensamblar el rompecabezas completo: la especulación. La especulación juega un papel importante a la hora de reconstruir el mundo prehistórico, ya que ninguno de nosotros estuvo ahí para verlo tal y como era, de modo que siempre es necesario un poco de imaginación para rellenar los huecos que no se pueden llenar con evidencia, especialmente cuando se pretende representarlo a través de medios artísticos, tales como la filmación. En el contexto paleontológico, se suele aplicar la especulación en ámbitos que van más allá de lo que se puede observar o estudiar de manera experimental, como por ejemplo, lo referente al comportamiento de animales extintos. Dado que ningún ser humano pudo presenciar la vida de los dinosaurios en el Mesozoico, no podemos decir con exactitud cómo era su comportamiento, aunque sí podemos hacer conjeturas a partir de lo que observamos en el mundo actual, lo cual se hace con frecuencia, especialmente a la hora de representarlos en medios audiovisuales de carácter didáctico. De hecho, todas las producciones tematizadas en dinosaurios filmadas en un estilo de documental de naturaleza se valen de la especulación para contar las historias que pretenden contar debido a la necesidad de plasmar una imagen lo más completa posible de las circunstancias en las que se desarrollan dichas historias, para lo cual deben rellenar los huecos que no se pueden cubrir con la evidencia paleontológica disponible. De ahí que veamos cómo el Triceratops macho entra en un estado similar al "must", durante el cual su gola cambia de color en "Prehistoric Park", cómo un pterosaurio realiza un viaje migratorio de un continente a otro en "Walking with Dinosaurs" o cómo los saurópodos inflan sacos de aire en su cuello como un mecanismo de comunicación visual en "Prehistoric Planet", por mencionar algunos ejemplos. Ninguno de estos escenarios está basado en evidencia paleontológica y aunque se plasmen de manera gráfica en un medio didáctico para representar un concepto determinado de manera visual, no necesariamente son una representación fiel de la realidad.

Un saurópodo titanosauriano infla sacos aéreos en los costados de la parte inferior de su cuello como un mecanismo de comunicación visual similar al de algunas aves modernas en uno de los avances de "Prehistoric Planet".
Imagen de Apple TV+

Es de tener en consideración sin embargo, que la especulación en este caso no necesariamente actúa como un sinónimo de ficción y no se debe confundir una con la otra. La ficción suele ser simplemente una manifestación de la imaginación humana con poca o ninguna influencia de la realidad, valiéndose por el contrario de la toma de libertades artísticas. Ejemplo de esto es la representación de los pterosaurios agarrando presas potenciales con sus extremidades posteriores como las aves de rapiña modernas, pues su osteología indica que los dedos de sus patas no estaban adaptados para eso y que su cuerpo no estaba diseñado para levantar un peso extra con sus patas, por lo que la idea de pterosaurios cargando a sus presas en sus extremidades posteriores hasta su nido no tiene bases en la realidad, sino que es puramente ficción.

En películas de ficción como las de Jurassic Park se suelen ver pterosaurios agarrando a sus presas con sus extremidades posteriores, algo que es muy poco probable que estos animales pudiesen hacer en realidad.
Imagen de Universal Pictures

Quizá un caso más relevante para este tema es la adjudicación de cualidades o comportamientos humanísticos o caricaturescos a otras especies animales, algo que aunque usualmente es implementado en trabajos puramente de ficción, también lo suele ser ocasionalmente en documentales, siendo un ejemplo bastante notorio la miniserie "Dinosaur Revolution", donde podemos ver por ejemplo, cómo en uno de sus episodios, un pequeño terópodo corre erráticamente de un lado a otro por un breve período tras ser decapitado por una madre Allosaurus debido a que su presunta llamada de apareamiento le impedía a ésta y a sus crías conciliar el sueño. Por supuesto, no es del todo inverosímil que en el mundo natural un organismo sea indirectamente provocado por la actividad de otro, mas esta escena se vale de la prosopopeya para conseguir un efecto identificable y humorístico. Es decir, la producción deliberadamente se tomó algunas libertades artísticas en la filmación de esta escena de una forma que trasciende lo verificable y lo racionalmente plausible no para remediar las limitaciones del conocimiento paleontológico, sino simplemente para generar emociones determinadas en el público, por lo que en cierto sentido, bien se podría considerar ficción.

Clip de "Dinosaur Revolution" en el que se puede apreciar el escenario ficticio arriba descrito.
Video extraído del canal de YouTube de Discovery Channel

Por otra parte, la especulación, a diferencia de la ficción, consiste en la consideración de posibles escenarios que sí son sustentados por uno o varios hechos o precedentes, que en estos casos usualmente se fundamentan en la biología y otras ciencias naturales. En estos casos, la aplicación de comportamientos o cualidades de animales modernos a animales extintos. Un ejemplo de especulación es representar al Tyrannosaurus como un buen padre, como se ve en uno de los clips recientemente publicados de "Prehistoric Planet", en el que escuchamos a David Attenborough narrar que "el T. rex adulto es el depredador más poderoso de la Tierra, pero hoy sólo está siendo un padre", dejando implícito que el Tyrannosaurus macho cuidaba de sus crías, algo que si bien la paleontología no puede decirnos con certeza, no deja de ser posible, pues se trata de un comportamiento que se puede deducir por lo observado en algunas aves actuales, tales como los emúes y los pájaros carpinteros, por lo que no es descabellado inferir que este también pudo haber sido el caso de algunos dinosaurios no avianos. Esto por supuesto no significa que ese definitivamente haya sido el caso, mas no deja de ser una posibilidad. Es de tener en cuenta sin embargo, que la especulación puede aplicarse en diferentes niveles. A veces puede ser rigurosamente consistente con la evidencia directa o indirecta o bien, con lo que se puede observar actualmente en la naturaleza, mientras que otras puede no serlo tanto. Sin ir más lejos, en el mismo clip de "Prehistoric Planet", se puede apreciar que los Tyrannosaurus juveniles están cubiertos por un integumento filamentoso, del cual carece el adulto, sugiriendo la idea de que los miembros de este género nacían con plumaje y lo iban perdiendo a medida que crecían. Tras que no hay forma de probar que este haya sido el caso, en el mundo actual no encontramos una base analógica sobre la cual cimentar esta idea, pues en el caso de las aves, que son el único grupo animal que presenta plumas, lo que suele ocurrir es que los polluelos mudan el tipo de plumaje con el que nacen, reemplazándolo por uno más apto para las actividades que han de realizar en la adultez. Ninguna especie de ave pierde las plumas a medida que crece. No obstante, sí hay casos en los que algunos animales van perdiendo el integumento filamentoso con el que nacen a medida que se desarrollan, tales como los elefantes. Es posible que los productores del documental se hayan basado en éstos a la hora de representar las diferentes etapas ontogénicas del Tyrannosaurus. El problema de recurrir a los elefantes como punto de partida para especular sobre el integumento del Tyrannosaurus es que los mamíferos y los dinosaurios varían demasiado evolutivamente como para hacer tal analogía, además de que biológicamente, el pelo y las plumas no funcionan de la misma manera. Eso no significa que el escenario visto en el clip sea imposible, mas considerando los conocimientos, precedentes y pruebas disponibles a la fecha, parece poco probable.

Un Tyrannosaurus adulto acaricia a su cría en uno de los avances de "Prehistoric Planet".
Imagen de Apple TV+

Independientemente de qué tan plausible sea el nivel de especulación, ésta puede contribuir a la ruptura de esquemas y visiones usualmente popularizadas gracias en gran medida a la ficción. Por ejemplo, la representación del Tyrannosaurus como un padre atento puede contribuir a contrarrestar la concepción de los dinosaurios carnívoros como asesinos desalmados y crear conciencia de que en realidad, eran más complejos de lo que se suele visualizar al mostrar diferentes facetas de su vida (tal y como las tienen también los depredadores de hoy).

Sin embargo, no por eso deja de ser importante tener en cuenta que la especulación no debe aceptarse como una verdad absoluta, pues a fin de cuentas, sigue tratándose simplemente de inferencias y posibilidades y no de hechos, como pueden hacer creer diversos medios como los documentales al crear la ilusión de certeza. Dicho esto, ¿cómo saber diferenciar la especulación de los hechos? Pues el primer paso es ser críticos. A la hora de apreciar un documental o cualquier otro medio de carácter didáctico relacionado a la vida prehistórica, debemos recordar que se trata de una recreación y como tal, no debe interpretarse como un extracto o un reflejo fiel de la realidad. Es de tener en consideración además que el registro fósil con poca frecuencia tiende a ofrecer respuestas precisas sobre la apariencia externa y el comportamiento de especies extintas, por lo que al ver cómo lucen y el modo en el que se comportan estas versiones recreadas, cabe preguntarnos: ¿Cómo se sabe si realmente ese era el caso y qué se sabe en realidad a raíz del material encontrado? Para responder esta pregunta, lo mejor que podemos hacer es investigar y buscar información por cuenta propia, consultando fuentes más directas, como "papers" de investigación, artículos o libros escritos por los expertos e incluso, a los mismos paleontólogos (hoy más accesibles que nunca gracias a las redes sociales). Con eso dicho, desde luego que podemos disfrutar, apreciar y también aprender de los documentales sobre la vida prehistórica, mas no por eso debemos tratarlos como una fuente de información factual y totalmente verídica.

Referencia:
https://palaeos-blog.blogspot.com/2016/02/el-documental-como-fuente-cientifica.html

21 de abril de 2022

Comercio de Fósiles: ¿Perjudicial o Beneficioso?

Antes que nada, quiero agradecer y dar el correspondiente crédito a un buen amigo mío que prefirió permanecer anónimo (por cierto, un saludo para ti, colega dinofriki) por la idea para esta entrada y para una futura serie de entradas derivada del tema que abordaremos hoy, el cual es un tanto controversial y adquiere cada vez más relevancia en el ámbito de la paleontología. Como habrá visto en el título, hablamos del comercio de fósiles.

El esqueleto de un Triceratops apodado "Big John" es subastado y comprado por $7.7 millones el 21 de octubre de 2021. Su comprador es un coleccionista privado, por lo que el espécimen actualmente es inaccesible para la comunidad científica.
Fotografía por Michel Stoupak de Getty Images

Como bien indica el término, el comercio de fósiles consiste en la recolección de restos de organismos fosilizados con fines lucrativos. Esta práctica se ha llevado a cabo desde incluso antes de que la paleontología diera apenas sus primeros pasos como disciplina científica y de hecho, fue uno de los detonantes del estudio de la vida prehistórica. En tiempos en que los fósiles apenas eran reconocidos como restos de organismos antiguos por un puñado de personas (en su mayoría, pertenecientes a los círculos científicos de entonces), éstos solían ser vistos por el público general simplemente como "rocas con forma curiosa" y eran vendidos como suvenires en mercados turísticos y en ocasiones, como remedios medicinales. Fue en parte gracias a los descubrimientos de una joven comerciante británica llamada Mary Anning que su verdadera naturaleza empezó a adquirir popularidad luego de que ésta, a la edad de 12 años, junto con su hermano Joseph, encontrara el primer esqueleto reconocido de lo que hoy conocemos como un ictiosaurio. Eventualmente, en sus esfuerzos por mantener su hogar a flote mediante la venta de fósiles, Anning descubriría también los primeros esqueletos casi completos de plesiosaurio y los primeros restos de pterosaurio encontrados en Inglaterra, así como múltiples fósiles de peces e invertebrados de edad jurásica y sus descubrimientos ayudaron a la formulación del concepto de extinción y de la idea de que los mamíferos no siempre fueron el grupo animal dominante en la Tierra, además de haber incentivado la recurrencia a los fósiles para reconstruir organismos extintos y los entornos en los que éstos vivían a fin de comprender la historia natural del planeta, pavimentando así el camino para la paleontología tal y como la conocemos hoy. De modo que bien se podría decir que una comerciante de fósiles fue de hecho, una de las pioneras de la paleontología moderna.

Dibujo en pastel de Mary Anning por Benjamin John Merifield Donne

A medida que la paleontología continuaba incentivando el interés tanto de la comunidad científica como del público general en la vida prehistórica, también lo hacía el comercio de fósiles. Después de todo, la idea de criaturas poco ortodoxas que alguna vez vivieron en nuestro planeta y que ya no se pueden atestiguar si no es a través de lo que nuestra imaginación elabora gracias a los fósiles no puede sino despertar la curiosidad, algo a lo que contribuyó la eventual representación de estos seres en el arte y los medios masivos de comunicación y entretenimiento. Por si fuera poco, los fósiles habían demostrado ser algo a lo que se le podía sacar valor monetario siempre que se contara con acceso a sus yacimientos y algunas herramientas de excavación, por lo que no es de extrañarse que haya resultado ser un negocio bastante rentable a lo largo de los años. Es de tener en cuenta, sin embargo, que el interés en los fósiles no es exclusivo de los dedicados al estudio de la vida prehistórica. También se extendió a coleccionistas privados, diseñadores de joyería a base de minerales y rocas y practicantes de la medicina alternativa, por mencionar algunos ejemplos, lo cual ha suscitado inquietudes para muchos en la comunidad científica debido al riesgo que esto  de perder ejemplares cuyo potencial estudio podría tener implicaciones importantes para el conocimiento paleontológico a causa de intereses discordantes. No obstante, no todos en la comunidad paleontológica presentan oposición y hay quien lo considera una actividad que, en cierto sentido, puede ser producente. Por ejemplo, muchos museos, paleontólogos e instituciones educativas adquieren especímenes importantes para sus investigaciones comprándoselos a terratenientes, excavadores independientes o entidades comerciales especializadas en este negocio, tales como FossilEra o Darwin & Wallace. En muchos casos, estos especímenes serían inaccesibles de otra forma, ya sea porque el yacimiento está en propiedad privada o porque los fósiles fueron encontrados en condiciones que terminarían deteriorándolos antes de la llegada de un equipo científico, como también podría darse el caso de que estos cazadores de fósiles independientes tengan acceso a un yacimiento previamente desconocido para los paleontólogos, pudiendo así contribuir con la comunidad científica en la recolección de más material en el área (ejemplo de esto es el ejemplar FSAC-KK 11888 actualmente referido a Spinosaurus) por mencionar algunos ejemplos. Asimismo, incluso hay paleontólogos que practican la venta de fósiles, pero por lo general, son piezas de poco valor científico (tienden a ser fósiles bastante comunes que realmente no aportarían nada nuevo a la ciencia), tales como dientes mudados, conchas de invertebrados extintos y ámbar con insectos atrapados en su interior. Cabe destacar por ejemplo, la Palaeostore del famoso paleontólogo mexicano Roberto Díaz Sibaja, en la cual personas corrientes pueden encontrar fósiles auténticos para la venta a nivel nacional. Otras organizaciones, como el Instituto de Investigación Geológica de Black Hills se valen de la venta de fósiles para financiar expediciones e investigaciones paleontológicas.

Así que, ¿el comercio de fósiles es beneficioso o perjudicial para la paleontología? Pues lo cierto es que no es un asunto tan simple y no hay una respuesta absoluta. A fin de cuentas, casi nada es realmente blanco o negro, habiendo diferentes matices en medio de ambos extremos. Es de tener en cuenta por ejemplo que, aunque las entidades científicas y académicas puedan beneficiarse de la venta de fósiles, los resultados no siempre son fructíferos y a veces, pueden incluso llegar a ser contraproducentes y viceversa. Por mencionar algunos ejemplos, en 1923 se dio el caso de que el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York subastó unos huevos de dinosaurio encontrados en China para recaudar fondos con el fin de financiar sus expediciones de excavación, acción que alertó al gobierno chino, dando lugar a una crisis diplomática que puso fin al acceso internacional a los fósiles de China durante décadas. Otros casos notorios incluyen lo ocurrido tras la recolección de los famosos especímenes de Tyrannosaurus conocidos informalmente como "Sue" (el esqueleto de Tyrannosaurus más completo encontrado hasta la fecha) y "Stan" (el ejemplar de Tyrannosaurus con el cráneo mejor preservado que se ha encontrado hasta hoy) por parte del ya mencionado Instituto de Investigación Geológica de Black Hills. Tras algunas discordias legales, los dos ejemplares fueron en ocasiones separadas subastados y comprados por sumas multimillonarias. En ambos casos, los fósiles terminaron en manos de la comunidad científica. Sue encontró su hogar en el Field Museum de Chicago y Stan espera formar parte de la colección del próximo a abrir Museo de Historia Natural de Abu Dhabi, en los Emiratos Árabes Unidos. Pese a que de lo contrario, estos ejemplares de gran importancia paleontológica probablemente hubiesen terminado en manos privadas y de ser así, difícilmente habrían sido accesibles para su estudio y para la apreciación del público, ambas adquisiciones han sido criticadas por contribuir al aumento en el precio de fósiles similares, lo cual haría más difícil para las entidades académicas adquirir especímenes potencialmente importantes que sólo podrían obtenerse por medios similares en el futuro, especialmente teniendo en cuenta la dificultad de dichas entidades a la hora de recaudar fondos para tales fines.

Arriba: "Sue" en el vestíbulo del Field Museum de Chicago.
Fotografía extraída de la página de Facebook de dicho museo
Abajo: "Stan" en la casa subastadora de Christie's, en la que el espécimen fue comprado.
Fotografía por Spencer Platt de Getty Images

Dicho esto, como todo, esta práctica tiene sus pros y sus contras y hay diferentes posturas al respecto, cada una respaldada por puntos muy válidos. Por un lado, hay quien enfatiza que las oportunidades de empleo para nuevos paleontólogos en el ámbito académico son cada vez más escasas, por lo que algunos opinan que en lugar de formar exclusivamente a nuevos científicos para posteriormente enfrentarlos a un futuro laboral incierto, se debería también fomentar la educación en la llamada "paleontología comercial" y la colaboración con cazadores de fósiles independientes para así crear nuevas oportunidades laborales para los futuros paleontólogos, así como una práctica más regulada del mercado de fósiles. Después de todo, hay casos en los que los cazadores de fósiles no profesionales y los paleontólogos pueden beneficiarse mutuamente uno del otro. Por ejemplo, los terratenientes y excavadores independientes pueden ayudar a los paleontólogos a acceder a yacimientos importantes, mientras que los paleontólogos por su parte, pueden identificar clientes potenciales con el capital monetario suficiente y la disposición de adquirir los fósiles sin necesidad de recurrir a terceros (como lo sería el caso de una casa subastadora), tales como museos o universidades, asegurando a su vez que el ejemplar esté disponible para el estudio por parte de la comunidad científica y para el disfrute del público en general. Teniendo eso en mente, hay quien adopta una posición humanitaria, indicando que esta actividad ayuda a los propietarios de los yacimientos privados (en su mayoría, granjeros con recursos limitados) y al sector mercantil de países en desarrollo a sacar provecho de los recursos naturales a su alcance a fin de subsistir, mientras a su vez contribuyen a la sociedad con sus hallazgos. Asimismo, hay quien sostiene que sin los mercados que apoyan los esfuerzos de excavadores independientes, especialmente en zonas inhóspitas como los desiertos de Marruecos o de Mongolia, difícilmente se habrían descubierto varias especies fósiles que hoy conocemos de esas zonas y muchos fósiles importantes probablemente habrían sido destruidos por fenómenos naturales como la erosión, perdiéndose para siempre. Por otra parte, también es de tener en cuenta que los cazadores de fósiles independientes no suelen tener la misma rigurosidad que un paleontólogo profesional durante el proceso de recolección, lo que no sólo puede llevar a que los fósiles sean dañados al momento de la extracción, sino también a que se pierda información importante del mismo y de su procedencia, incluyendo su contexto geológico, como ocurrió en el caso del famoso Raptorex, el cual supuestamente fue recuperado de la formación Yixian de China, cuyas rocas datan del Cretácico inferior, aunque exámenes más minuciosos sugieren que lo más probable es que provenga de la formación Nemegt de Mongolia, cuyas rocas datan del Cretácico superior. La confusión se debe a que el ejemplar fue extraído sin realizar el debido proceso de datación y puesto en venta clandestinamente, lo cual nos lleva al mayor problema que acarrea el comercio de fósiles: el saqueo y venta ilegal de los mismos. Dada la rentabilidad del negocio, no falta quien busque medios alternativos para obtener "un pedazo de pastel", lo que ha llevado a que muchos fósiles sean extraídos ilegalmente cada año por excavadores furtivos que se infiltran en los yacimientos sin permiso de las entidades en cuya jurisdicción está el terreno, siendo con frecuencia vendidos clandestinamente en el mercado negro. Dado que la principal motivación de estos cazadores de fósiles es obtener un beneficio monetario del material que encuentren, poco interés suelen tener en registrar y fichar el contexto geológico del mismo y debido a que en este caso, lo más práctico es llevar la mercancía al comprador, estos fósiles tienden a ser ilegalmente exportados, lo que dificulta aún más rastrear su origen, pues en el raro caso de que estos excavadores furtivos dejen rastro, suele ser en la forma de material descartado que no pueden cargar o que bien podría considerarse "de poco valor comercial", dejándolo expuesto a condiciones que pueden terminar por deteriorarlo. Por si fuera poco, los fósiles obtenidos por estos medios en ocasiones son alterados a fin de hacerlos más apelativos para compradores potenciales, como ocurrió por ejemplo en el caso del Irritator challengeri, cuyo escaso material fue retocado para hacerlo parecer más completo de lo que estaba en realidad antes de que terminara en manos de la comunidad científica, donde finalmente fue debidamente preparado, estudiado y dado a conocer, mas este no siempre es el caso y con frecuencia, los fósiles obtenidos y distribuidos por medios similares terminan siendo adquiridos por coleccionistas privados, siendo inaccesibles para el resto del mundo y ocasionando que información valiosa se pierda con ellos, pues al estos procesos realizarse clandestinamente, es difícil tener un registro y realizar estadísticas sobre los fósiles mercadeados de esta forma.

Teniendo todo esto en cuenta, bien podríamos decir que el comercio de fósiles es una actividad que podría ser beneficiosa para la paleontología siempre y cuando se realice de manera legal, concorde con los códigos éticos de la profesión y bajo la supervisión conjunta de la comunidad científica y de las autoridades gubernamentales del país donde se ubique el yacimiento en el que se encuentren. Actualmente, hay organizaciones, como la Sociedad de Paleontología de Vertebrados o SVP, por sus siglas en inglés, las cuales tienen el objetivo de fomentar la conservación de fósiles de vertebrados, así como la educación sobre los mismos y procuran la implementación de las condiciones previamente mencionadas. A raíz de esto, en su Artículo 12, se establece un código de ética sobre la recolección, preparación, disposición y comercialización de estos fósiles. En su primera sección, el mismo se estipula que la recolección responsable debe incluir un registro detallado de los datos contextuales pertinentes, como la información geográfica, estratigráfica, sedimentológica y tafonómica. Asimismo, la segunda sección establece que se deben obtener todos los permisos exigidos por las leyes tanto locales como internacionales para excavar y extraer fósiles en un determinado yacimiento, incluyendo el consentimiento de los terratenientes en el caso de que éste se encuentre en propiedad privada. En su Sección 3, el código de ética de la SVP indica que los especímenes de vertebrados fósiles deben ser preparados por o bajo la supervisión de personal capacitado. La Sección 4, posiblemente la sección más relevante en este caso, estipula que los especímenes científicamente significativos, junto con sus datos auxiliares, deben permanecer en las colecciones de instituciones encargadas de conservarlos para la posteridad en pro de su estudio científico y la educación, tales museos acreditados, universidades, colegios y otras instituciones educativas. Para cumplir con estos criterios, la SVP procura trabajar en conjunto con el cuerpo legislativo y las autoridades gubernamentales a fin de fomentar estas prácticas, procurando que este código se traduzca en leyes que faciliten e incentiven su acatamiento. Pese a que ha habido avances y se han concretado y rectificado leyes en consonancia con este código, lo cierto es que en la práctica, el escenario puede ser ambiguo, aparte de que las regulaciones en cuanto al manejo de los fósiles no es algo que se pueda tratar de manera uniforme. Por un lado, cabe destacar que cada país tiene su propio contexto particular en cuanto al manejo de los recursos naturales o minerales encontrados en su jurisdicción, como lo serían en este caso los fósiles y por consiguiente, las políticas y leyes referentes a la extracción y comercialización de los mismos tienden a variar. Algunos países, especialmente aquellos que están en desarrollo, tienden a prohibir la exportación de los fósiles ahí encontrados a otros territorios y varios incluso prohíben totalmente su comercialización. Los países más desarrollados, por su parte, suelen ser más abiertos a la práctica de mercadear fósiles y sus políticas referentes a dicha actividad tienden a depender más de la propiedad del yacimiento (si está en terreno público o privado), mas cabe agregar que pueden darse situaciones excepcionales o legalmente precarias que requieren un acercamiento diferente, como en el anteriormente mencionado caso de "Stan", el cual tuvo que ser subastado por orden judicial debido a su naturaleza como propiedad legal de un ex-accionista del Instituto de Investigación Geológica de Black Hills, situación ante la cual la comunidad científica tenía voz limitada.

En vista a esto, aún hay mucho por hacer en pro de fomentar una práctica sana del comercio de fósiles que resulte beneficiosa tanto para el sector académico como para el mercantil. De todas las acciones a llevar a cabo, la principal sería educar al público sobre la importancia de los fósiles y su valor didáctico, así como sobre los efectos y consecuencias de su explotación para fines exclusivamente lucrativos u ornamentales. Bien implementados, estos esfuerzos educativos podrían crear conciencia, especialmente en el sector que suele verlos más como piezas de colección y ayudar a sopesar los beneficios de lo atractivo en contraposición al valor cognitivo, enfatizando en que los fósiles, a diferencia de las obras de arte, no fueron creados como mercancía o propiedad personal, sino que son restos de seres que alguna vez vivieron en nuestro planeta, los cuales hoy pueden enseñarnos mucho sobre él y ayudarnos a valorarlo y cuidarlo más. Del mismo modo, convendría sopesar el beneficio personal de adquirir un fósil con respecto al colectivo, teniendo en consideración que un espécimen de gran importancia para la ciencia podrá pertenecer a una entidad particular por el derecho de haberlo comprado, aunque a expensas del derecho de todos los seres humanos al conocimiento que se puede obtener de él. Otro posible remedio que se podría aplicar y que podría ser tan o más efectivo es no auspiciar la venta de fósiles valiosos para la ciencia y de en su lugar, incentivar la producción y venta de réplicas de ejemplares notables que bien podrían ayudar a financiar la labor de los paleontólogos y a su vez, actuar como un sustituto decente que cumpla con las expectativas de los coleccionistas privados interesados en utilizar fósiles como piezas decorativas. Finalmente, una acción que podría tomarse como último recurso es organizar campañas no violentas a fin de exigir leyes en pro de la preservación de los fósiles y del patrimonio científico, según la situación de cada país. Idealmente, dichas leyes irían dirigidas a aumentar la vigilancia en los yacimientos fosilíferos (especialmente, aquellos en terreno público), a promover una mayor rigurosidad en el área de exportación, a fomentar una mayor participación de la comunidad científica en asuntos legales concernientes a los fósiles y a asegurar que material importante para la ciencia sea accesible para las entidades académicas y designado a áreas en las que se pueda conservar para la posteridad. Un factor común que cabe señalar en las medidas anteriormente mencionadas es que envuelven acciones a través de las cuales todos podemos aportar nuestro granito de arena a fin de promover una práctica más responsable del comercio de fósiles.

En conclusión, pese a ser una navaja de doble filo al impulsar actividades que pueden ser perjudiciales para la paleontología y el conocimiento que la misma aporta, el comercio de fósiles por sí solo no es tan nocivo para ésta si se realiza de manera responsable y hasta se podría decir que hasta cierto punto, los practicantes de la paleontología académica y los de la comercial pueden beneficiarse mutuamente al reconocer que al final del día, el verdadero valor de los fósiles es mucho mayor de lo que el dinero puede comprar.

Referencias:

  1. http://theropoda.blogspot.com/2021/11/indiana-jones-ed-il-commercio-dei.html
  2. https://daily.jstor.org/the-popular-but-legally-questionable-fossil-trade/
  3. https://serc.carleton.edu/research_education/paleontology/ethics.html
  4. https://vertpaleo.org/member-bylaw-on-ethics-statement/
  5. https://www.smithsonianmag.com/science-nature/commercial-collectors-and-the-plight-of-paleontology-41226166/
  6. https://www.smithsonianmag.com/science-nature/why-smuggled-fossils-are-hurting-paleontology-180979480/